martes, 9 de noviembre de 2010

El sucrense Máximo Pacheco B. es el ganador del Premio Nacional de Novela 2010

PremioNacional Novela 2010

El sucrense Máximo Pacheco B. es el ganador

La Razón
Imagine una ciudad colonial, como debió ser el Cuzco en el siglo XVII. Imagine que en esa ciudad se celebra la fiesta católica de Corpus Christi con toda la parafernalia del poder eclesiástico de la época, pero también, al mismo tiempo, se celebra la fiesta incaica del Sol.
Y en medio de ese choque de dos formas de ver y ordenar el mundo, imagine a dos personajes, uno de ellos bastante sórdido: un sacerdote y un corregidor. Hay también  un objeto, una custodia, envuelto en un misterio sobre el que no es conveniente adelantar nada. Y con todos esos elementos se teje una trama de corte policial. Ésa es la obra ganadora del Premio Nacional de Novela 2010. Su título es Lanochecomounala (La noche como un ala, pero el autor prefiere escribir el título así) y su creador es el escritor Máximo Pacheco Balanza, nacido en Sucre en 1961.
La obra de Pacheco fue elegida por un jurado entre las 48 que se presentaron a la doceava versión del premio literario que es considerado el más importante del país. Editada por Alfaguara, estará en las librerías en cuatro semanas. 
“La escribí el 2007. En ese momento estaba leyendo a los cronistas de la Colonia, sobre la extirpación de idolatrías y ese tipo de cosas; y me nació la idea de hacer una novela sobre el tema. Tenía una cierta cercanía con las fuentes históricas y estaba familiarizado con el lenguaje de la época ”.
Lanochecomounala no es la primera novela de Pacheco Balanza. El escritor sucrense es autor de otras dos,  Huesos y cenizas y Retrato de una ciudad con calavera en la mano. Ambas fueron finalistas de versiones anteriores del Premio Nacional de Novela.
Pacheco Balanza es un autor prolífico. Además de las tres novelas mencionadas, ha escrito varios libros de poemas. El primero fue Anatomía de la tumba, un conjunto de textos con cierto aire saenziano publicado en 1984. A éste le siguieron otros tres: Así en la vida como en la muerte, Mariposa nocturna y Vómito de perro. “Pero tengo escritos varios otros poemarios sin publicar.”
Su novela Huesos y cenizas fue finalista del Premio Nacional de Novela en  2005. Es una narración ambientada en una comunidad rural cercana a Sucre.
En cambio, Retrato de ciudad con calavera en la mano, publicada este año por la Alcaldía de Sucre, es una novela claramente urbana, uno de cuyos escenarios es el hospital psiquiátrico Gregorio Pacheco. “Está ambientada en esta ciudad, en estos tiempos, aunque tiene muchas reminiscencias históricas. Es una novela dedicada a la ciudad de Sucre; en realidad, diría que es una novela escrita para sucrenses, tiene un lenguaje muy localista y está presente la mitología de esta ciudad.”
Las novelas de Pacheco Balanza, incluida la galardonada con el premio nacional 2010, son muy diferentes entre sí. “Mis intereses cambian de una época a otra. Lo que escribo depende mucho del momento que estoy pasando y de las cosas que estoy leyendo. Por ejemplo, en una época viví en el campo, y ahí tuve la idea de escribir Huesos y cenizas.”
La gestación de sus narraciones puede durar mucho tiempo, pero su escritura se concentra en lapsos breves de tiempo. “La verdad es que escribo en episodios muy cortos de efervescencia literaria. La acción de escribir una novela, es decir el ejercicio físico, no me lleva más de dos o tres meses. Ese tiempo sólo me dedico a escribir. Después dejo la literatura  por un largo tiempo.”
Máximo Pacheco Balanza, junto a su propia creación, dedica su tiempo a promover la actividad literaria en Sucre. Durante varios años dirigió un taller de escritura creativa en la Universidad San Francisco Xavier. Cuando éste se cerró, la actividad continúo y continúa hasta el presente de manera independiente. El punto de reunión de los escritores y aspirantes a serlo, en general muy jóvenes, es el pub La Tertulia, en una de las esquinas de la plaza central de la Capital. Y ese taller creó la necesidad de publicar los productos del trabajo. Así nació la editorial Pasanaku, cuyo mecanismo de publicación está inscrito en su nombre: un fondo rotatorio que genera ingresos para continuar con la actividad.    
En pocas semanas más, según compromiso de Alfaguara, el público podrá conocer la nueva novela de este autor. 

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