viernes, 18 de diciembre de 2015

"Mirando Llover en Yacuiba" de Juan Cristobal MacLean E.

Mirando llover en Yacuiba
los tejados se desploman lado a lado,
rieles herrumbadas e inocentes
crecen hacia el cielo
y los ríos no se hacen nada.

Mirando llover en Yacuiba
pierdo el amor
y tras la lluvia
se desmoronan todos los vagones
y hasta las piedras antes nobles
caen
entre empapadas mariposas que se esconden
al no saber qué hacer de sus alas
ante tanto duelo.

Mirando correr descalza
una lluvia que sin sombras
que sin huellas
pasa como un lento ferrocarril de carga
por la ciudad fronteriza de Yacuiba
yo entono mi oración
mis gracias de doliente.

Bajo la lluvia segura escucho,
miro llover tus ojos
por encima y por debajo
de los ventanales y los montes
de la frontera tan dulce
cuando llueve.

Yacuiba queda quieta,
puro candor y ramas que no saben qué hacer
ante todos los pájaros que mueren
ante todo los taxis
que por las aceras desfallecen.

Pero yo entonces miro la lluvia
y comprendo otros regímenes
de la caída
como el de ciertas hojas que se desploman
sin viento y ni tan siquiera otoño
y sólo en remolino de sí mismas
se saben caer sin daño
hacia las tierras inundadas
y a veces sí apenadas.

Bajo la lluvia dura de Yacuiba
veo desbocarse a los caballos solos
los veo galopando heridos por el monte
que relincha a ciegas preguntándose
qué habrá sido del amor
dónde habrá quedado por el monte.
No miro llover en Yacuiba.
Elevo mis ojos puros hacia su cielo desterrado
y me percato de que nunca llovió jamás,
de que nunca su caballera dócil
alerta acarició mis hombros.

De que esa ligera impresión de lluvia
obedecía sólo a la confabulación
de las mentiras y los viajes
y a que yo era sombra de las hojas
por los patios anegados de Yacuiba,
donde nunca llueve.

"Mirando Llover en Yacuiba" de Juan Cristobal MacLean E. en el libro: Paran los Clamores, Pág. 41 a la 43

domingo, 25 de octubre de 2015

EL SABER Y LA JUSTICIA SON INMORTALES por José Luis Claros López



EL SABER Y LA JUSTICIA SON INMORTALES
Por José Luis Claros López

Es la mala hora de nuestra Universidad, producto de 20 años de una educación que se concentro en levantar murallas para que los estudiantes no puedan unirse a su pueblo en la lucha por los ideales de una sociedad con justicia social.

La democracia universitaria tal como la conocemos, se nos murió en el momento que fueron encerrados en una cárcel los estudiantes que sólo defienden un derecho ganado hace años atrás mediante la movilización, porque nadie te regala los derechos los derechos sé los conquistan. El cogobierno universitario se convirtió en una dictadura donde sólo una voz exige liderar la universidad y donde los estudiantes sólo valen como estadísticas. La autonomía universitaria fue pisoteada por la bota de los policías al mejor estilo de los tiempos de los desaparecidos en las épocas de los gobiernos autoritarios. Ante semejante panorama que se puede hacer; definitivamente sólo existe un camino: Regresar al orden institucional y respetando la normativa universitaria convocar a  nuevas elecciones en 90 días en observancia de la Resolución Nro. 010/2010 de la VIII Conferencia Nacional Extraordinaria de Universidades que determina: "que todos los problemas que se generen en las elecciones universitarias deberán ser resueltos en el marco de la reglamentación universitaria por la institucionalidad existente y por tanto, las resoluciones del Órgano Electoral Universitario son inapelables fuera de las instancias universitarias, y cualquier disposición de organismos externos a las Universidades del Sistema Universitario Boliviano no tendrá efecto en el ámbito universitario" de no seguir por esta vía la Universidad de los Tarijeños, se arrojará por un abismo del cual no surgirán más que malos resultados.

Porque de que nos sirve nuestra Universidad sí no cumple con los postulados de la UNESCO en su DECLARACION MUNDIAL SOBRE LA EDUCACION SUPERIOR EN EL SIGLO XXI que señala que la Universidad debe disfrutar plenamente de su libertad académica y autonomía, concebidas como un conjunto de derechos y obligaciones siendo al mismo tiempo plenamente responsables para con la sociedad y rindiéndole cuentas, pero luego de los incidentes sucedidos en Tarija en días pasados cuando la fuerza de la sinrazón en un acto de locura desmedida decidió no aceptar que los estudiantes no están de acuerdo con la instauración de un régimen que sepulte la lucha de generaciones pasadas por hacer de la educación pública un derecho y de la autonomía universitaria una conquista, ante semejante panorama sólo podemos concluir que realmente se necesita un cambio y una transformación que permita recuperar el alma de la universidad.

Saber que los 13 estudiantes encarcelados fueron liberados nos hace volver a creer en la esperanza que la mala hora de la Universidad de los Tarijeños, está llegando a su punto de quiebre donde veremos el desmoronamiento de una construcción cimentada en el chantaje, la extorsión, el terror y la carencia de valores y es que así como creemos que nunca dejamos de aprender por eso el saber es tan importante, también debemos creer que sí es posible que las manos de la justicia trabajan por el bien; no debemos cansarnos de creer que sí es posible que la mala hora se acabe porque el que se cansa pierde y los estudiantes no pueden perder porque los estudiantes saben que el saber y la justicia son inmortales.

domingo, 28 de junio de 2015

San Pedro, Yacuiba.

Fotografias realizadas  el 11 de Septiembre de 1897. Fuente: Giannecchini, Dorotéo. Mascio, Vicenzo. Álbum Fotográfico de las Misiones Franciscanas en la República de Bolivia, a cargo de los Colegios Apostólicos de Tarija y Potosí. Archivo y Biblioteca Nacionales de Bolivia. Talleres Gráficos de Industrias Offset color s.r.l. La Paz - Bolivia. 1995. En 1893 el P. Paoli ponia la primera piedra del nuevo templo, dedicandolo al principe de los Apostoles, usando materiales solidos, grandes piedras, fuertes y largas vigas plantadas verticalmente y trabadas unas con otras de modo que sirvieran de sostén a las paredes de adobes (los adobes son gruesos ladrillos hechos de cualquier tierra mezclada con agua y paja secadas al sol. Generalmente son de 60 cm. de largo, 33 de ancho y 12 de espesor. Se coloca uno sobre el otro unidos por una capa de barro sin paja.) y pudieran resistir a las frecuentes sacudidas sismicas; la fachada estaba hecha de ladrillo cocido; obra iniciada en 1895 y concluida para finales del año de 1896. Este templo tiene un largo de 35 metros y 8 de ancho. La casa parroquial tiene 30 metros, con las respectivas comodidades que competen a su calidad de templo de una capital de provincia. La construccion estuvo lista para ser habilitada al concluir el año de 1896.
La suma que el P. Paoli gastó para construir desde sus fundamentos la iglesia y casa parroquial, ascendio a 12.000 bolivianos, equivalentes a 24000 liras italianas (de aquel tiempo). Los 12000 bolivianos han sido en su integridad aporte de la misma parroquia, limosna de piadosos benefactores bolivianos y argentinos y del mismo Gobierno y otras erogaciones voluntarias de devotos particulares. Además de realizar cuatro bazares, efecto de la dinamicidad, iniciativa y celo por la casa del Señor, cuya recaudación sería utilizada para culminar la obra comenzada, contribuyendo el mismo P. Paoli con su trabajo personal y tambien utilizando los recursos que producia esa parroquia. (Descripción: Fotografía 1: Obreros trabajando en la construcción del Templo de San Pedro en Yacuiba; Fotografía 2 Yacuiba, actual esquina de las Calles San Pedro y Santa Cruz).


domingo, 21 de junio de 2015

¡Se nos va el Futuro! Por José Luis Claros López



¡Se nos va el Futuro!
Por José Luis Claros López

Yacuiba sigue siendo una ciudad sin industrias pero los únicos culpables, son los Yacuibeños. Debemos ser capaces de reconocer que la causa de nuestro subdesarrollo la podemos ver cada vez que nos miramos al despertar en el espejo. Y luego vendrá el espejo de la historia, que nos pasará la factura de años de bonanza económica dilapidados en espejismos y conformismos.

El futuro, no es algo que sucederá mañana es lo que sucede ahora porque el mañana no es más que la continuación del presente con una fecha diferente; por ese motivo ahora es el mejor momento para reconocer que las cosas están mal y que vivimos en el subdesarrollo lejos de llegar a la felicidad, por culpa de nuestros propios actos, cada ciudadano de Yacuiba debería preguntarse a sí mismo cada día cual es su contribución para obtener un ciudad más limpia, más segura, más humana, más innovadora; no deberíamos estar sentados esperando que las buenas noticias nos toquen a la puerta, nuestra ciudad todavía no tiene historias de ciudadanos que se atrevieron a transformar en realidad los sueños de industrialización que como sociedad anhelamos desde mediados de los años cincuenta. Solamente somos generadores de materias primas antes la madera, luego el petróleo, ahora el gas pero jamás podemos despertar del sueño y comenzar a producir bienes con valor agregado. Incluso no podemos terminar con la triste realidad de ser exportadores de capital humano, un capital humano que producto de la inversión realizada en el nivel escolarizado se transforma en un potencial con capacidades increíbles.

Debemos ser capaces de reconocer que ya estamos a diez años de llegar al Bicentenario de la Patria, por consiguiente ¡Se nos va el futuro! y estamos como estábamos en 1925 contentos y orgullosos de tener una improvisada “Estación de Telégrafo” en una precaria construcción de adobes; mientras en el resto de Bolivia aquel año de 1925, año del Centenario; los ciudadanos de otros lugares de nuestra Gran Nación Boliviana ya soñaban con Terminales Aéreas, más Ferrocarriles, con caminos interdepartamentales, con una naciente industria nacional. Pero la realidad no es tan distinta hoy, que ya estamos a diez años del Bicentenario, todavía no tenemos en Yacuiba industrias consolidadas que generen empleos, sólo tenemos con 31 años de presencia de la educación superior pública en Yacuiba el índice más bajo con el 4,76% de población con un nivel superior concluido lo cual contribuye a que no exista una clase pensante que oriente a la sociedad, que le diga que las cosas están mal y es que parece que los Yacuibeños nos conformamos con “espejitos” sin reflejo, para no ver que somos nosotros mismos los culpables de nuestro subdesarrollo.  

sábado, 23 de mayo de 2015

MÁS DE 30 AÑOS DE EDUCACIÓN SUPERIOR PÚBLICA EN YACUIBA Por José Luis Claros López

MÁS DE 30 AÑOS DE EDUCACIÓN SUPERIOR PÚBLICA EN YACUIBA
Por José Luis Claros López (*)

Sí asumimos que acceder a la Educación Superior Pública es un derecho, que todos los Bolivianos gozan y que los ciudadanos que vivimos en la frontera sur de la patria somos ciudadanos de la Gran Nación Boliviana y en consecuencia merecemos no ser discriminados, entonces; ¿Por qué, Yacuiba no tiene su propia universidad? Yacuiba se encuentra entre las 9 ciudades más pobladas de Bolivia de acuerdo a los datos del último Censo de Población (2002) y desde mediados de la pasada década, se invierten importantes cantidades de recursos económicos en la formación escolarizada de nuestra juventud estudiosa, sin embargo el acceso a la educación superior pública sigue siendo un privilegio; reservado para una minoría. Esa minoría debe a su vez padecer de las consecuencias crónicas de la escases de políticas públicas que beneficien a la educación superior en las todavía llamadas: “Ciudades Intermedias” alejadas no sólo en lo geográfico sino también en el imaginario político de quienes toman las decisiones en el eje central. Quizás eso explique porque fue muy cerca al núcleo central del Poder Político Boliviano que se gestó hasta su constitución desafiando todo pronóstico, una nueva Universidad Pública justamente la última con autonomía económica, académica y administrativa creada y reconocida por el Sistema de la Universidad Boliviana; nacida de un sueño, convertida en una realidad por la voluntad de su pueblo y justamente fue aquel proceso fundacional de la UPEA el cual dio lugar en los albores del Siglo XXI a poder hablar sobre la necesidad del acceso a la educación superior pública dejando encendida la luz de una esperanza.

La República en su momento y hoy el Estado Plurinacional (dado que la Ley Nº 2115 no ha sido derogada) determinaron un requisito el primero formalmente establecido para crear o no crear en Bolivia una nueva universidad pública en el futuro: “...Artículo 6°.- Bajo las normas y parámetros de la presente Ley, podrán crearse Universidades Públicas únicamente en las ciudades del país cuya población exceda de los quinientos mil (500.000) habitantes…” (Ley Nº 2115, 2000). Obviamente Yacuiba está distante todavía en el tiempo a poder alcanzar esa proyección demográfica. Pero, en el presente hay universidades públicas en igualdad de jerarquía con las otras universidades del sistema funcionando en ciudades que tienen menos habitantes que Yacuiba.

Estamos próximos a cumplir los 31 años de presencia de la Educación Superior Pública, ya que un día del invierno del año 84 nacía la primera opción de profesionalización superior en Yacuiba del seno de la Universidad Autónoma Juan Misael Saracho, desde aquel tiempo cada conquista; entendiendo por conquistas el no cerrar las opciones académicas existentes, el iniciar nuevas carreras, el conseguir consolidar una Facultad, el acceder a los beneficios del IDH, el poseer una infraestructura más grande, la descentralización académica y un campus propio que pase de ser una maqueta a materializarse como realidad concreta, fueron obtenidas por el esfuerzo y la voluntad de los estudiantes y docentes movilizados acompañados en sus luchas por el pueblo hambriento de conocimiento. Pero; no será que vamos llegando a ese día cuando en lo alto del Edificio que alberga a los universitarios en Yacuiba flamee orgullosa una bandera verde y blanco como el símbolo de que obtuvimos el derecho al acceso a la educación superior pública en nuestra propia universidad con Autonomía Económica, Académica y Administrativa en igualdad de jerarquía dentro del Sistema de la Universidad Boliviana. Hay quienes sostienen que no es el momento para debatir estás ideas, pero quizás el momento es ahora.

* El autor es Escritor.

miércoles, 20 de mayo de 2015

Honoré de Balzac

"El tiempo es el único capital de las personas que no tiene más que su inteligencia por fortuna." Honoré de Balzac.


viernes, 2 de enero de 2015

Breves notas biográficas Arte Plásticas de Yacuiba Por José Luis Claros López



Breves notas biográficas Arte Plásticas de Yacuiba
Por José Luis Claros López

VICTOR ARANIBAR
Nació en Yacuiba, radicó y realizó estudios en Japón durante la década de los 90's egresó de la Academia Nacional de Bellas Artes "Hernando Siles" en 1990 en la especialidad de pintura. En 1994 estudió en la Universidad de Arte y Diseño de Kyoto. En 1996 fue becado por Hoelbein Acrylart en Japón. EXPOSICIONES: Grupo Nervio (Espacio Portales, La Paz, 1986) Banco de la Nación Argentina (1989) "Exhibition of International Students Union" (Gallery Raku, Kioto, 1999)."Exposición II Salón Internacional de Arte SIART'01 (Museo Nacional de Arte, La Paz, 2001)". "V Bienal Internacional de Acuarela de México (2002)".PREMIOS: Mención de Honor "Kitemireba Japan 94" en el I Salón "Exhibition of art by Foreign Student in Japan" realizado en Tokio. 1997 2do Premio en Acuarela en el XIV Salón de Acuarela del Museo Municipal de Kyoto.   

Niña Aymara, autor: Victor Aranibar


NICOLAS CARDOZO I.
Nacido en Tarija, un 6 de febrero de 1930, dedicó su vida a la enseñanza y a las Bellas Artes. Profesor de Artes Plásticas en varios establecimientos de Tarija y, principalmente, en Yacuiba.
Autor y Creador de la “Pinacoteca de Personajes Notables de Yacuiba”, destacan entre sus logros, el obtener un Reconocimiento por parte de la Presidencia de la República de Bolivia en 1957 por sus exposiciones de pintura a nivel nacional. su mayor logro, y como el propio prof. Cardozo lo manifestaba, es el reconocimiento que recibió en el año 1994 por parte del Concejo Municipal de Yacuiba, declarándolo: “Ciudadano Meritorio de la Provincia Gran Chaco por la creación del Escudo de la Provincia”, según la Ordenanza Municipal 081/94 del 29 de noviembre. Ese mismo año el Comité Cívico de Yacuiba le hizo un reconocimiento por el mismo motivo.

Escudo de la Provincia del Gran Chaco, Autor: Nicolas Cardozo I. (La imagen corresponde a la digitalización del original realizada por el Ing. Victor Hugo Patiño Flores) 

Actualización sobre Nicolas Cardozo.

"...Cerca de las 10.45 de este lunes (10 de mayo de 2016), el profesor Nicolás Cardozo Íñiguez exhaló su último aliento y abandonó el mundo de los mortales para seguir pintando sus magistrales cuadros en las alturas.
Nacido en Tarija, un 6 de febrero de 1930, dedicó su vida a la enseñanza y a las bellas artes. Profesor de Artes Plásticas en varios establecimientos de Tarija y principalmente en Yacuiba. Un currículum bastante amplio y con muchos galardones, que hicieron del profesor Cardozo sin lugar a dudas una de las mayores personalidades de la historia del Chaco.
Destacan entre sus logros, premios por parte de la Presidencia de la República (1957) por sus exposiciones de pintura a nivel nacional; Fundador y primer presidente del club Estudiantes del colegio Hernán Siles Zuazo de Yacuiba (1962); profesor fundador del Liceo Gran Chaco (1967); director del colegio Pdte. Germán Busch (1971 y 1974); Director fundador del colegio Pdte. Germán Busch Nocturno (1972); y muchos otros más durante su amplia y larga trayectoria..." Fuente: http://elchacoinforma.com/el-chaco-esta-de-luto-fallece-nicolas-cardozo-creador-del-escudo-del-gran-chaco/

Prof. Nicolás Cardozo Iñiguez. (1930 – 2016)


DANIEL CHOCALA
Nació en Yacuiba, estudio en el Colegio Cnl. Miguel Estenssoro y en la Universidad Mayor de San Andrés en La Paz, es un prominente escultor reconocido a nivel nacional e internacional con algunas de sus esculturas en Plazas de ciudades como Tartagal, Carapari y Yacuiba entre otros lugares. Pero también destaca como un muralista notable entre sus trabajos sobresale el mural: “En defenza del Patrimonio Nacional” en la Plaza Magariños de la ciudad de Yacuiba.

En defensa del Patrimonio Nacional, Autor: Daniel Chocala




"Monologo de la Soledad", autor: José Luis Claros López Pintura técnica Acuarela
medidas: 120 cm x 90 cm. Año: 2001




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