domingo, 25 de octubre de 2015

EL SABER Y LA JUSTICIA SON INMORTALES por José Luis Claros López



EL SABER Y LA JUSTICIA SON INMORTALES
Por José Luis Claros López

Es la mala hora de nuestra Universidad, producto de 20 años de una educación que se concentro en levantar murallas para que los estudiantes no puedan unirse a su pueblo en la lucha por los ideales de una sociedad con justicia social.

La democracia universitaria tal como la conocemos, se nos murió en el momento que fueron encerrados en una cárcel los estudiantes que sólo defienden un derecho ganado hace años atrás mediante la movilización, porque nadie te regala los derechos los derechos sé los conquistan. El cogobierno universitario se convirtió en una dictadura donde sólo una voz exige liderar la universidad y donde los estudiantes sólo valen como estadísticas. La autonomía universitaria fue pisoteada por la bota de los policías al mejor estilo de los tiempos de los desaparecidos en las épocas de los gobiernos autoritarios. Ante semejante panorama que se puede hacer; definitivamente sólo existe un camino: Regresar al orden institucional y respetando la normativa universitaria convocar a  nuevas elecciones en 90 días en observancia de la Resolución Nro. 010/2010 de la VIII Conferencia Nacional Extraordinaria de Universidades que determina: "que todos los problemas que se generen en las elecciones universitarias deberán ser resueltos en el marco de la reglamentación universitaria por la institucionalidad existente y por tanto, las resoluciones del Órgano Electoral Universitario son inapelables fuera de las instancias universitarias, y cualquier disposición de organismos externos a las Universidades del Sistema Universitario Boliviano no tendrá efecto en el ámbito universitario" de no seguir por esta vía la Universidad de los Tarijeños, se arrojará por un abismo del cual no surgirán más que malos resultados.

Porque de que nos sirve nuestra Universidad sí no cumple con los postulados de la UNESCO en su DECLARACION MUNDIAL SOBRE LA EDUCACION SUPERIOR EN EL SIGLO XXI que señala que la Universidad debe disfrutar plenamente de su libertad académica y autonomía, concebidas como un conjunto de derechos y obligaciones siendo al mismo tiempo plenamente responsables para con la sociedad y rindiéndole cuentas, pero luego de los incidentes sucedidos en Tarija en días pasados cuando la fuerza de la sinrazón en un acto de locura desmedida decidió no aceptar que los estudiantes no están de acuerdo con la instauración de un régimen que sepulte la lucha de generaciones pasadas por hacer de la educación pública un derecho y de la autonomía universitaria una conquista, ante semejante panorama sólo podemos concluir que realmente se necesita un cambio y una transformación que permita recuperar el alma de la universidad.

Saber que los 13 estudiantes encarcelados fueron liberados nos hace volver a creer en la esperanza que la mala hora de la Universidad de los Tarijeños, está llegando a su punto de quiebre donde veremos el desmoronamiento de una construcción cimentada en el chantaje, la extorsión, el terror y la carencia de valores y es que así como creemos que nunca dejamos de aprender por eso el saber es tan importante, también debemos creer que sí es posible que las manos de la justicia trabajan por el bien; no debemos cansarnos de creer que sí es posible que la mala hora se acabe porque el que se cansa pierde y los estudiantes no pueden perder porque los estudiantes saben que el saber y la justicia son inmortales.

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