domingo, 28 de junio de 2015

San Pedro, Yacuiba.

Fotografias realizadas  el 11 de Septiembre de 1897. Fuente: Giannecchini, Dorotéo. Mascio, Vicenzo. Álbum Fotográfico de las Misiones Franciscanas en la República de Bolivia, a cargo de los Colegios Apostólicos de Tarija y Potosí. Archivo y Biblioteca Nacionales de Bolivia. Talleres Gráficos de Industrias Offset color s.r.l. La Paz - Bolivia. 1995. En 1893 el P. Paoli ponia la primera piedra del nuevo templo, dedicandolo al principe de los Apostoles, usando materiales solidos, grandes piedras, fuertes y largas vigas plantadas verticalmente y trabadas unas con otras de modo que sirvieran de sostén a las paredes de adobes (los adobes son gruesos ladrillos hechos de cualquier tierra mezclada con agua y paja secadas al sol. Generalmente son de 60 cm. de largo, 33 de ancho y 12 de espesor. Se coloca uno sobre el otro unidos por una capa de barro sin paja.) y pudieran resistir a las frecuentes sacudidas sismicas; la fachada estaba hecha de ladrillo cocido; obra iniciada en 1895 y concluida para finales del año de 1896. Este templo tiene un largo de 35 metros y 8 de ancho. La casa parroquial tiene 30 metros, con las respectivas comodidades que competen a su calidad de templo de una capital de provincia. La construccion estuvo lista para ser habilitada al concluir el año de 1896.
La suma que el P. Paoli gastó para construir desde sus fundamentos la iglesia y casa parroquial, ascendio a 12.000 bolivianos, equivalentes a 24000 liras italianas (de aquel tiempo). Los 12000 bolivianos han sido en su integridad aporte de la misma parroquia, limosna de piadosos benefactores bolivianos y argentinos y del mismo Gobierno y otras erogaciones voluntarias de devotos particulares. Además de realizar cuatro bazares, efecto de la dinamicidad, iniciativa y celo por la casa del Señor, cuya recaudación sería utilizada para culminar la obra comenzada, contribuyendo el mismo P. Paoli con su trabajo personal y tambien utilizando los recursos que producia esa parroquia. (Descripción: Fotografía 1: Obreros trabajando en la construcción del Templo de San Pedro en Yacuiba; Fotografía 2 Yacuiba, actual esquina de las Calles San Pedro y Santa Cruz).


domingo, 21 de junio de 2015

¡Se nos va el Futuro! Por José Luis Claros López



¡Se nos va el Futuro!
Por José Luis Claros López

Yacuiba sigue siendo una ciudad sin industrias pero los únicos culpables, son los Yacuibeños. Debemos ser capaces de reconocer que la causa de nuestro subdesarrollo la podemos ver cada vez que nos miramos al despertar en el espejo. Y luego vendrá el espejo de la historia, que nos pasará la factura de años de bonanza económica dilapidados en espejismos y conformismos.

El futuro, no es algo que sucederá mañana es lo que sucede ahora porque el mañana no es más que la continuación del presente con una fecha diferente; por ese motivo ahora es el mejor momento para reconocer que las cosas están mal y que vivimos en el subdesarrollo lejos de llegar a la felicidad, por culpa de nuestros propios actos, cada ciudadano de Yacuiba debería preguntarse a sí mismo cada día cual es su contribución para obtener un ciudad más limpia, más segura, más humana, más innovadora; no deberíamos estar sentados esperando que las buenas noticias nos toquen a la puerta, nuestra ciudad todavía no tiene historias de ciudadanos que se atrevieron a transformar en realidad los sueños de industrialización que como sociedad anhelamos desde mediados de los años cincuenta. Solamente somos generadores de materias primas antes la madera, luego el petróleo, ahora el gas pero jamás podemos despertar del sueño y comenzar a producir bienes con valor agregado. Incluso no podemos terminar con la triste realidad de ser exportadores de capital humano, un capital humano que producto de la inversión realizada en el nivel escolarizado se transforma en un potencial con capacidades increíbles.

Debemos ser capaces de reconocer que ya estamos a diez años de llegar al Bicentenario de la Patria, por consiguiente ¡Se nos va el futuro! y estamos como estábamos en 1925 contentos y orgullosos de tener una improvisada “Estación de Telégrafo” en una precaria construcción de adobes; mientras en el resto de Bolivia aquel año de 1925, año del Centenario; los ciudadanos de otros lugares de nuestra Gran Nación Boliviana ya soñaban con Terminales Aéreas, más Ferrocarriles, con caminos interdepartamentales, con una naciente industria nacional. Pero la realidad no es tan distinta hoy, que ya estamos a diez años del Bicentenario, todavía no tenemos en Yacuiba industrias consolidadas que generen empleos, sólo tenemos con 31 años de presencia de la educación superior pública en Yacuiba el índice más bajo con el 4,76% de población con un nivel superior concluido lo cual contribuye a que no exista una clase pensante que oriente a la sociedad, que le diga que las cosas están mal y es que parece que los Yacuibeños nos conformamos con “espejitos” sin reflejo, para no ver que somos nosotros mismos los culpables de nuestro subdesarrollo.  

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