miércoles, 30 de marzo de 2016

CAMINAR HORAS, PARA IR A CLASES Por José Luis Claros López



CAMINAR HORAS, PARA IR A CLASES
Por José Luis Claros López (*)

Viajábamos por la ruta, habíamos pasado la supuesta frontera del puente de Cortaderal que Villa Montes alega es el inicio de los territorios que supuestamente le pertenecen, en el recorrido vimos a varios niños recorriendo los costados de la ruta una veces corriendo y otras haciéndose a un lado como las ovejas que pastan sin un guía, expuestos a los peligros de la ruta, así también caminan los niños de las comunidades rurales de Yacuiba llevando en la espalda sus mochilas viejas y vacías, con unos cuadernos usados a los que borraron las lecciones pasadas para no dejar de aprender, hijos de humildes campesinos que cada día trabajan la tierra para llevar alimentos a sus mesas, luego de caminar horas uno de estos pequeños estudiantes llamada Sofía llegó a su casa distante varios kilómetros de su hogar con los pies cansados, habiendo soportado el inclemente sol del medio día, con el estomago diciéndole que tiene hambre, al llegar a la mesa deja en un rincón de la casita de adobe la mochila, su madre le pregunta que aprendió en su clase, Sofía le cuenta que aprendió a cantar el Himno a Tarija, su madre le dice que se limpie las manos un plato frío de guisado de arroz hecho a leña horas antes esperaba en la mesa, la rato llega su Padre venía de Tierras Nuevas donde había ido a trabajar arreglando un techo está con las manos callosas y la piel quemada por el sol de la jornada, al rato se sirve un vaso de un liquido turbio que proviene del pozo de agua de la comunidad, la tarde continua, llega la noche, al día siguiente Sofía nuevamente camina varias horas para llegar a clases. Lo que acabo de contarles sucede cada día en el Municipio de Yacuiba, la capital de la región que durante años fue la billetera del país, bóveda que financio grandes proyectos, donde todavía sus niños caminan horas para llegar a clases, donde todavía los ciudadanos del área rural beben un brebaje que llaman agua y que no es potable, un lugar donde sus políticos cuando llegan a ser electos como autoridades, pareciera que fueran extranjeros porque no sienten cariño por esta nuestra tierra, por nuestra Yacuiba, pareciera que fueran extranjeros que sólo les gusta salir en fotos cual postales turísticas y no se preocupan de solucionar las necesidades básicas insatisfechas de nuestra gente.

Pero la historia de Sofía no es la única, también hay otras historias que van por el mismo lado como la de Juan que también estudio en un colegio rural, luego salió bachiller y logró ingresar a la Facultad porque en Yacuiba no existe una Universidad propia, Juan es como esos muchos jóvenes que trabajan de día para estudiar de noche y al finalizar una larga jornada debe también caminar varias horas incluso en las noches de lluvia para llegar a su casa que está pasando un par de kilómetros más allá de la Rotonda de los Libertadores, lo hace sabiendo que su sacrificio de cada noche valdrá la pena cuando concluya sus estudios superiores, pero sabrá Juan que cuando llegue aquel día, sólo le tocará seguir esperando porque al paso que vamos, las historias de generación de oportunidades y empleo serán sólo un demagógico cuento chino. Cuando será el día, que los Yacuibeños tengamos políticos que dejen de pelearse por el poder y autoridades que trabajen por todos sin mirar el color de la militancia política, cuando será el día que la expresión “concurso de méritos” no cause risa por lo hipócrita que suena pronunciada desde la boca de un político, hubo un tiempo que los niños del área rural de Yacuiba llegaban a sus clases en transporte escolar, que comían una merienda, que recibían sus cuadernos y que tuvieron en sus manos las mismas oportunidades que los niños de otros lugares, hubo un tiempo que apoyar la educación en todos sus niveles fue una prioridad, ¿será que esos tiempos volverán? ¿Será que algún día, formar a nuestros recursos humanos de nuevo será la prioridad de la agenda de políticas públicas de las autoridades de Yacuiba?

(*) El autor, es Comunicador Social y Escritor.       

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