miércoles, 19 de julio de 2017

La Columna de Jose: EL MAS Y EL PROBLEMA DE LOS BAGALLEROS

La Columna de Jose (*)
EL MAS Y EL PROBLEMA DE LOS BAGALLEROS.

En su cuenta de twitter (http://twitter.com/evoespueblo/status/789579836440313856) el 21 de octubre de 2016 Evo Morales expresaba lo siguiente: “Apoyar derechos económicos de vilipendiados, como los bagalleros en Yacuiba, molesta a la derecha. Esta revolución es de todos y para todos.” En Yacuiba, cuando llegan los tiempos electorales, todos buscan a los bagalleros por representar una fuerza electoral significativa por su práctica de una disciplina sindical al interior de lo que conocen ellos como la “Familia Bagallera” situación que permite garantizar una organización social combativa en la defensa de sus conquistas y derechos de sus más de 2.500 afiliados, la cuestión de los bagalleros es manejada en muchas ocasiones de manera irresponsable por la prensa en del interior de Bolivia y también del exterior quienes prefieren simplifica toda la cuestión a repetir que los bagalleros son contrabandistas, en realidad no lo son. Para ellos el ser bagallero es ser un trabajador.

No existen empresas en el departamento de Tarija que produzcan harina de trigo para su exportación, por lo que necesariamente importan este producto mayormente de la Argentina, a través de las fronteras de Bermejo y Yacuiba. En consecuencia se podría decir que los principales enemigo en las sombras de los trabajadores bagalleros en realidad son la CAO (Cámara Agropecuaria del Oriente) y la ANAPO (Asociación Nacional de Productores de Oleaginosas y trigo), ambas instituciones representan los intereses del Sector Conservador del Empresariado rural oligárquico, la CAO reporto una caída de 21% en la producción de granos el 2016, este déficit en la producción significa cada vez menos harina para el mercado de consumo interno, que debe abastecerse con la importación. Producto de tal situación los productores del oriente Boliviano, exigen al SENASAG (Servicio Nacional de Sanidad Agropecuaria e Inocuidad Alimentaria), mayores medidas de control, para que los productos que están siendo internados por frontera cumplan con todos los requisitos de importación. Y es que durante la gestión 2016, según SENASAG, la harina de trigo fue el producto que más se importó a Bolivia. Por eso los medios de comunicación del oriente boliviano ligados a los intereses del Sector Conservador del Empresariado rural oligárquico, estigmatizan con el estereotipo de contrabandistas a los trabajadores bagalleros, cuando en realidad ellos mismos saben de sobra que de acuerdo a datos del Instituto Boliviano de Comercio Exterior, la Asociación de Industriales Molineros (ADIM) señala la existencia en lo referido al contrabando de Harina de Trigo de un crecimiento sostenido “en los últimos diez años y en su desarrollo ha comprometido una diversidad de intereses y actores”, sin embargo según el ADIM el 81% del contrabando de harina argentina ingresa por la frontera de Villazon, 14% por Yacuiba y 5% por Bermejo. Y ante la crisis económica que vive la región, los trabajadores bagalleros se dedican a pasar de manera lícita los cargamentos de harina, la principal demanda de lucha de los bagalleros desde 2015 es conseguir la derogación o llegar a un acuerdo por trato igualitario en cuanto a la exportación de mercadería argentina, y que incluye el pago de arancel por harina y trigo. Y es que los grandes comerciantes no pagan arancel por el ingreso de estos productos, pero que a los pequeños exportadores les obligan a abonar elevadas tasas, la Resolución Administrativa SENASAG Nº 064/2016 de 6 de mayo de 2016, que entre otros considerandos vistos el Estado tiene la obligación de garantizar la seguridad alimentaria para la población boliviana, aprueba el Reglamento Especial para la Emisión del Certificado Sanitario para la Importación de Harina de Trigo Fortificada de Origen Argentino, pero la situación de los Trabajadores bagalleros se agrava por otro lado cuando en Argentina luego de la instalación del Gobierno de Mauricio Macri este decide la derogación de todo gravamen a la exportación primero de granos y luego desde mayo de 2016 a la exportación de derivados de la soya todo esto con el objetivo de fomentar el desarrollo agrícola.


Toda esta problemática, no sólo revelan la dependencia en la cuestión de la soberanía alimentaria del país a la importación por la insuficiencia de la producción, sino también permite descubrir un problema social relacionado con la cuestión laboral que termina forzando que los trabajadores bagalleros decidan realizar constantemente medidas de presión que incluyen el corte del paso fronterizo del Puente que une a Bolivia con Argentina, el Movimiento al Socialismo luego de más de una década de gobierno no ha podido resolver en el caso de Yacuiba y del Gran Chaco el problema de la generación de fuentes laborales estables, tal estado de cosas produce que los trabajadores bagalleros no vean otra salida laboral y por lógica defiendan la única fuente de ingresos que tienen. Y es que la clase trabajadora no puede vivir sólo de discursos y demagogia, cómo respuesta para los problemas de los miles de Trabajadores Bagalleros, el Estado Plurinacional, el 2016 les entrego una Sede Social que costó 3,2 millones de Bolivianos, olvidando que un año antes el 2015 el Presidente Evo Morales se había comprometido a encontrar una solución legal a las restricciones implementadas por SENASAG cuando los bagalleros trasladan mercadería de argentina hacia Bolivia, lo cual es un acto lícito porque respeta los parámetros establecidos para el comercio fronterizo entre ambas naciones, por esa razón es incorrecto estereotipar a los trabajadores bagalleros de la zona fronteriza de Yacuiba como contrabandistas. 


(*) El autor, José Luis Claros López es Comunicador Social y Escritor. El presente artículo fue difundido en http://desdeyacuiba.blogspot.com/2017/07/la-columna-de-jose-el-mas-y-el-problema.html

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