martes, 25 de julio de 2017

La Columna de Jose: LA UNIVERSIDAD DE LOS TARIJEÑOS EN SU LABERINTO

La Columna de Jose (*)
LA UNIVERSIDAD DE LOS TARIJEÑOS EN SU LABERINTO

El 2017 la Universidad de los Tarijeños por citar un estándar de medición ocupa el puesto en el Ranking Mundial de Universidades número 11.405, en el Ranking Continental el número 978 y a nivel del país ocupa el puesto número 10 en este Ranking el Primer Lugar de Bolivia es ocupado por la Universidad Mayor de San Simón (Universidad Pública de Cochabamba), el tercer lugar por la Universidad Católica Boliviana y el quinto y sexto por la Universidad Privada Boliviana y la Universidad Privada de Santa Cruz de la Sierra respectivamente, estos datos pertenecen al Ranking Web Webometrics de Universidades 2017, esta clasificación se publica desde 2004 y es un Ranking académico independiente basado en distintos indicadores, centrados en la presencia web. El Ranking Webometrics es una iniciativa del Laboratorio de Cibermetría que pertenece al Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC) que se encuentra situado en el Centro de Ciencias Humanas y Sociales (CCHS) en Madrid, España. Los resultados del ranking citado en el cual la Universidad de los Tarijeños ocupa el Décimo lugar en Bolivia sólo pretenden motivar y reforzar el papel de la universidad como productora y suministradora de contenidos web de calidad de libre acceso. Al final los rankings globales promueven un cierto tipo de universidad que serian instituciones muy selectivas, próximas al modelo de las universidades privadas estadounidenses orientadas a la investigación que integran la Ivy League (Brown, Columbia, Cornell, Dartmouth, Harvard, Pensilvania, Yale y Princeton) una evaluación basada en el modelo universitario privado Estadounidense viene a ser sólo una evaluación descontextualizada. Un Ranking no puede reflejar lo que representa la Universidad Pública, para medir a una Universidad Pública se debería utilizar la variable inclusión, a partir de indicadores como nivel socioeconómico de los estudiantes, o bien disponibilidad de becas de ayuda económica. Además de medir la producción científica no solo por la publicación en revistas especializadas, sino también en términos de aportes a debates públicos y a la formulación de políticas de desarrollo. Porque una buena universidad debería involucrar aspectos tales como la democratización de los saberes, la relevancia del conocimiento que produce y la forma de gobernarse, administrarse y tomar decisiones.

Supuestamente, luego de tantos años de aplicación de un modelo impuesto por la esperanza de que la Universidad de los Tarijeños sería una Universidad mejor, ahora vemos que tan sólo perdió su alma, porque al igual que las demás universidades públicas del sistema no son exactamente un buen referente académico en lo que se refiere a investigación y mejoras en la calidad del proceso de enseñanza aprendizaje, ni hablemos de responsabilidad social universitaria. Sin embargo; la Universidad de los Tarijeños, al igual que otras universidades públicas atraviesa por una grave crisis no sólo en la cuestión del equilibrio de poderes (docente-estudiante) en el marco del co-gobierno paritario, sino que también atraviesa una crisis profunda de valores morales, valores que son reconocidos por el Estatuto Orgánico de la UAJMS en actual vigencia. Es evidente que parte de la crisis de valores luego de aquel largo proceso de aplicación del Plan de Acción para el Cambio y la Transformación de la Educación Superior en la UAJMS que convirtió a la Universidad de los Tarijeños en la más neoliberal de las universidades del sistema de la Universidad Boliviana, pero también ahora se desnuda la existencia de otra crisis, la de la Autonomía Universitaria, parafraseando a Waldo Albarracin actual Rector de la UMSA en Bolivia los Rectores son“genuflexos” (declaraciones realizadas en una entrevista el 2 de julio de 2017 al periódico Pagina Siete) esto con respecto a la papel que han jugado algunos Rectores en la Selección de los candidatos para ser Autoridades del Poder Judicial y es que de verdad pareciera en Bolivia que las Universidades Públicas ahora estuvieran de rodillas al Gobierno, obviamente los presupuestos de las universidades públicas se han visto mermados producto de la crisis económica pero antes del Boom de los Hidrocarburos y que un porcentaje del Impuesto Directo a los Hidrocarburos (IDH) beneficie a la Universidades Públicas ya estás tenían graves problemas financieros pero también tenían un movimiento estudiantil combativo que podía salir a las calles producto de su legitimidad, pero en el caso de la Universidad de los Tarijeños durante los últimos años se fue diluyendo esa mística del movimiento estudiantil, esta situación fue producto de una serie de factores entre los cuales está incluido el accionar de un segmento Conservador del Gremio Docente que para tener calma prefirió hacer lo necesario para que suceda lo que sucedió con el movimiento estudiantil, las consecuencias se las verá en el futuro cuando los ingresos del IDH sigan disminuyendo y la Universidad Pública deba salir nuevamente como antes a las calles para obtener un presupuesto que permita que la educación superior mantenga sus puertas abiertas al pueblo.

El 25 de julio se conmemora en las Universidades Públicas del Sistema de la Universidad Boliviana, el día de la Conquista de la Autonomía Universitaria, un 25 de julio de 1930, es promulgado en Bolivia el “Estatuto sobre Educación Pública” con el propósito de implementar la autonomía universitaria para, “emancipar la educación pública de malsanas influencias políticas y de hacer de ella una función social adecuada a sus propios fines”, en lo que se refiere a la cuestión de la elección del Rector para cada Universidad reconoce al Cogobierno como forma de gobierno para la designación de la máxima autoridad de cada universidad “por una asamblea de profesores y alumnos, delegados de los diferentes Institutos Superiores o Facultades. El número de alumnos será igual al de profesores y la elección se hará por dos tercios de votos de los concurrentes” (Ley de 25 de julio de 1930, Artículo 20, Inciso a), está Ley de 25 de julio de 1930 también reconoce la importancia del movimiento estudiantil al permitirle designar por primera vez a Rector Interino de cada nueva Universidad, “Por esta primera vez el Rector será nombrado, con carácter interino por el Ministerio conforme a indicaciones o ternas de las respectivas Federaciones de Estudiantes” (Ibidem, Artículo 20, Inciso a), cabe señalar que al interior de las Universidades fueron los estudiantes quienes se organizaron primero tanto en Centros de Estudiantes y Federaciones Locales, en 1928 es creada la Federación Universitaria Boliviana (los Docentes recién se organizarían a partir de 1983) que después de la Revolución Nacional de 1952 se cambiaría de nombre por Confederación Universitaria Boliviana; fue a partir de 1928 que los estudiantes organizados a nivel nacional fueron impulsando hasta concretar la conquistar la Autonomía Universitaria expresada en la Ley de 25 de julio de 1930 y después modificar la Constitución Política en lo que se refería entonces al Régimen Universitario, este pedido de modificación de la constitución en el que se incluía la cuestión de la autonomía universitaria, el Decreto Ley de 27 de noviembre de 1930 disponía la realización de un Referéndum Popular donde se debía rechazar ó aprobar un total de nueve reformas (el 6 de diciembre de 1930 se incluye una propuesta de décima reforma) a incorporar en la Constitución Política, entre estas propuestas de reforma la Octava Reforma era la que se refería al Régimen Universitario; el 11 de enero de 1931 se desarrolla este Referéndum Popular de acuerdo a los resultados (el Referéndum no se desarrolla en el Beni y en algunos otros distritos del país debido a diversos factores) el Decreto Ley de 23 de febrero de 1931 aprueba de acuerdo a los resultados obtenidos la incorporación inmediata en la Constitución Política de las Reformas propuestas menos de la Reforma Octava que se refiere al Régimen Universitario, sin embargo tanto la Convocatoria a Referéndum Popular como la Reforma de la Constitución dispuesta en la presidencia del General Carlos Blanco Galindo, no fue un acto constitucional ni plenamente participativo. La Constitución vigente (1880) había sido vulnerada por el golpe militar que destituyó a Hernando Siles, en los últimos meses de su gobierno y el mecanismo de la consulta popular no se contemplaba en la Constitución violada. Luego, con los resultados de la consulta se intentó reformar la Constitución vulnerada. Finalmente, el plebiscito constituyó el marco normativo electoral con el que se convocaron a elecciones presidenciales y legislativas (marzo 1931), que ganaron los republicanos genuinos, bajo la candidatura de Daniel Salamanca. No fue hasta la promulgación de la nueva Constitución del 30 de octubre de 1938, bajo la presidencia de Germán Busch B., quien también había asumido la presidencia producto de un golpe de Estado que se incluyen las propuestas de Reforma de 1931. Esta Constitución, la de1938, es considerada históricamente como la reforma que sigue a la Constitución de 1880. La Constitución Política de 1938 establece mediante su Artículo 159 “Las Universidades públicas son autónomas e iguales en jerarquía. La autonomía consiste en la libre administración de sus recursos, el nombramiento de sus Rectores, personal docente y administrativo, la facción de sus estatutos y planes de estudio, la aprobación de sus presupuestos anuales, la aceptación de legados y donaciones, la celebración de contratos y obligaciones para realizar sus fines y sostener y perfeccionar sus institutos y facultades. Podrán negociar empréstitos con garantía de sus bienes y recursos, previa aprobación legislativa.”; constitucionalmente desde la Constitución Política del Estado de 2009 actualmente consiste: “en la libre administración de sus recursos; el nombramiento de sus autoridades, su personal docente y administrativo; la elaboración y aprobación de sus estatutos, planes de estudio y presupuestos anuales” (Constitución Política del Estado, 2009, Art. 92 Parágrafo I), la Autonomía Universitaria también es una Autonomía Política, debe recordarse que antes de la Promulgación de la Ley de 25 de Julio de 1930 la designación de Cátedras y Autoridades para las Universidades era más que todo una cuestión de devolución de favores políticos entre los integrantes de cada facción ó partido que ocupaba el Gobierno de la República; en el presente la fuente jurídica directa que regula a las Universidades Públicas Autónomas es inequívocamente la Constitución Política del Estado, el Estatuto Orgánico de la Universidad Boliviana y el Estatuto Interno (que sólo tiene aplicación para la Universidad que lo emite junto a la demás normativa complementaria) de cada universidad pública, sin embargo en el caso de la Universidad de los Tarijeños, desde las elecciones universitarias de 2011 se viene arrastrando una falta de legitimidad de los mecanismos electorales y normativos, situación que se reflejo en los resultados de las elecciones de Rector de 2015 cuando se realizó una interpretación antojadiza de los resultados electorales con el objetivo de beneficiar a un candidato sin respetar lo dispuesto por la normativa electoral universitaria de la Universidad Autónoma Juan Misael Saracho, en mayo de 2016 se desarrolla nuevamente un proceso electoral pero los resultados declaran que no existe un ganador. Luego por diversos factores no se convocó a nuevas elecciones durante los 90 días siguientes tal como lo indicaba la normativa electoral de la UAJMS, transcurridos más de 12 meses de aquel momento se desarrollará nuevamente un proceso electoral en la Universidad de los Tarijeños y por fin Habemus Rector; posiblemente a partir del próximo mes de Septiembre de 2017, eso el tiempo lo dirá.     


La cultura capitalista de consumo, nos hace creer que una Universidad sólo es buena sí participa de los Ranking y más aún sí figura en los primeros lugares, está percepción es errónea, estos Ranking pueden aplicarse a la Educación Superior Privada en la lógica de la comercialización del conocimiento aunque de todas maneras está demostrado que influyen muy poco, sólo tiene una influencia en lo que se refiere al mercadeo de la imagen de los centros de enseñanza en su relación competitiva con otras instituciones de la educación superior, la creciente globalización del mercado de las universidades ha desatado en los últimos años una dura competencia internacional entre las instituciones de educación superior que, a su vez, ha hecho que los rankings universitarios cobren cada vez mayor importancia, pero, estos listados adolecen de limitaciones a la hora de reflejar la realidad de las universidades y buscan fórmulas para que los resultados sean más fiables y útiles. Sí bien es cierto, que los rankings universitarios están de moda. También es cierto que tan sólo proporcionan datos indicativos, al ser instrumentos sesgados y comerciales, intentando definir de manera abstracta qué es una buena universidad, algo que tiene un significado diferente en cada sociedad. Muchos rankings globales le asignan demasiada importancia al factor de la reputación, que es el elemento menos aceptado, porque no responde a “datos”. Otra limitación es la concentración exclusiva en la investigación y no en la enseñanza, que como mínimo tiene la misma importancia. Una tercera limitación es el claro sesgo hacia el idioma inglés: para saber qué universidades hacen investigación de calidad, se observan solo las publicaciones y las citaciones en inglés. En conclusión a todos estos elementos de la crisis del co-gobierno, la crisis de los valores morales, la crisis de la Autonomía Universitaria, la crisis de la mercantilización del conocimiento se debe sumar la cuestión de la negación del reconocimiento de la Deuda Histórica que tiene la Universidad de los Tarijeños con la Educación Superior Pública en Yacuiba que afronta la realidad de una Educación Superior Pública de Primera aunque con sus limitaciones para la Capital y una Educación Superior Pública de Segunda para Yacuiba. Con la derrota de un modelo pseudo-empresarial que no consiguió visibilizar a la Universidad de los Tarijeños en ningún “Ranking” del modelo globalizado de la cultura capitalista de consumo, ni tampoco replicar e introducir a sus Carreras en los parámetros de acreditación y autoevaluación bajo estándares académicos externos. Llega el momento de que la Universidad de los Tarijeños pueda encontrar un camino rumbo a una salida en ese laberinto, debe recuperar su alma, ser más democrática, cumplir con su misión y servir al pueblo. 

(*) El Autor José Luis Claros López, es Comunicador Social y Escritor. El presente artículo fue difundido en http://desdeyacuiba.blogspot.com/2017/07/la-columna-de-jose-la-universidad-de.html


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