La Columna de Jose
(*)
El anarquismo y el
movimiento estudiantil yacuibeño
El movimiento
estudiantil en el sur de Bolivia, tiene una larga data, como también distintas
influencias ideológicas, pretender negar la existencia de un movimiento
estudiantil en el ámbito de la universidad pública sobre todo con influencias
ideológicas del signo que fuera, afirmando apoliticidad en el hecho educativo
es una contradicción como lo sostiene Paulo Freire: “El carácter político de
tal quehacer existe independientemente de que tengamos conciencia de él o no”
(p. 137, Cartas a Guinea Bissau, Freire), sí bien caminaban en el Chaco, sin
encontrarse, secundaristas y universitarios o normalistas, todos estudiantes,
eso no significaba que no existieran momentos cuando se produjeron entronques,
como sucedió en mayo de 2001, cuando la corriente influenciada por el
pensamiento “Guevarista” en las aulas de la Universidad Pública en Yacuiba,
decidió encontrarse con los liderazgos del movimiento estudiantil secundarista
nucleado en la Coordinadora Estudiantil popularmente conocida como Asoces (Asociación
de Centro de Estudiantes), que para el último trienio del siglo XX, se había
convertido en el sur de Bolivia, en el espacio para la crítica de las políticas
de la Reforma Educativa neoliberal de 1994; continuando con ese legado
renacería en la primer década del siglo XXI la Federación Estudiantil
Secundarista, pero fue aquel momento (mayo, 2001), cuando universitarios y
secundaristas en Yacuiba comprendieron la necesidad de impulsar la
consolidación de la educación superior pública en el Chaco, no debemos olvidar
que para 2001, la universidad de los tarijeños pretendía clausurar la única
opción de formación superior pública en Yacuiba.
Pero aquel intento,
que habría triunfado, porque la lucha no encontraba eco en la población (la
burguesía local, no demostraba interés en apoyar la consolidación de la
educación superior pública en el Chaco), encontraría en los estudiantes que
militaban en la Asoces, el aliento para continuar la lucha en un pacto de unión
que luego se replicaría en otros niveles de decisión. Citando a Bakunin, “La
unión hace la fuerza. He aquí una verdad bien conocida y que nadie querrá
contradecir. Sin embargo, conviene entenderlo bien. Para que la unión produzca
ese efecto, es preciso que sea real y sincera en todo momento, y no signifique
la hipócrita explotación de un partido en beneficio de otro” (Carta, Bakunin,
1870), es importante señalar que la mayoría de los militantes de la Asoces,
tenían una inclinación hacía el anarquismo, por pertenecer a un grupo heredero
del pensamiento de Liber Forti, este intelectual anarquista que representó un
papel importante para la constitución de la universidad obrera de Llallagua,
habría contribuido en sus visitas a la fronteriza ciudad de Yacuiba en la
segunda mitad del pasado siglo XX, a la formación de un núcleo de militantes
anarquistas, que con los años en las postrimerías de aquel siglo, pasarían su
conocimiento a un nueva generación que descubría en los textos de Pierre-Joseph
Proudhon, Errico Malatesta, Mijaíl Bakunin y Piotr Kropotkin, una verdad
revolucionaria. Sin ese conocimiento, el movimiento estudiantil anarquista en
Yacuiba, no habría podido construir un discurso sólido de lucha y de unidad.
Al respecto de la
unión, manifiesta Bakunin: “La confianza produce la unión, y la unión crea la
fuerza. He ahí, sin duda, verdades que nadie intentará negar. Más para que sean
verdad son necesarias dos cosas: es preciso que la confianza no sea una
tontería y que la unión, igualmente sincera de todas las partes, no sea una
ilusión, una mentira, o una explotación hipócrita de un partido por otro. Es
preciso que los partidos que se unen, olvidando completamente, no para siempre,
sin duda, sino para el tiempo que deba durar esa unión, sus intereses
particulares y necesariamente opuestos” (El Imperio Knutogermanico y la
Revolución Social, Bakunin, 1870), la crisis económica y del modelo capitalista
que golpeo a la sociedad yacuibeña en 2002, la consolidación del movimiento
secundarista en 2003, las conclusiones del Encuentro Nacional Libertario
realizado en Paukaparta (La Paz, 16 de octubre de 2004) y la expansión de la
educación superior pública en el Chaco a partir de 2002, serían los
antecedentes que propiciarían el escenario para la suscripción el 11 de mayo de
2005 del acta fundacional del frente Autonomía, una organizacional estudiantil
que con el paso del tiempo impulsaría la creación el año 2007 de una Federación
Universitaria Local (FUL) propia para el Chaco (desde 2018 ésta instancia de cogobierno ya no es elegida en lista separada del directorio de la FUL departamental, sepultando así, diez años de una experiencia de gobierno estudiantil que respetaba las características particulares de la vida universitaria en Yacuiba), desde las elecciones estudiantiles de 2008, Autonomía como una organización estudiantil anarquista fue creciendo, en la
lógica de “un movimiento estudiantil fuerte, construido desde abajo y hacía
arriba” (Documento Político para Transformar la Educación superior Pública, Autonomía, 2014), desde diversos espacios de dirección del Gobierno Estudiantil en la Facultad
de Ciencias Integradas del Gran Chaco dependiente de la universidad de los
tarijeños, movilizó a los estudiantes en la defensa de sus derechos; para marzo
de 2018 lograría el hito histórico de ser la corriente articuladora de un
frente universitario a nivel departamental, que disputó a la rosca
universitaria de la más neoliberal de las universidades del sistema público de
la Universidad Boliviana, el poder de la Federación Universitaria Local (sólo
el fraude impidió el retorno de Autonomía a la FUL), pero el paso del tiempo,
ha permitido consolidar a una organización anarquista de Yacuiba, en un
referente de organización, dirección y unidad para el resto del movimiento
estudiantil boliviano.
El frente
Autonomía, es el pilar fundamental en la construcción desde 2018, de la FEBA
(Federación Estudiantil Boliviana Anarquista), un espacio plural y de
articulación de las organizaciones estudiantiles de tendencia popular y
anarquista, que combaten el verticalismo y la corrupción de las direcciones de
los Gobiernos Estudiantiles, además de la hipocresía del electoralismo
coyuntural de las agrupaciones efímeras que despojadas de toda ideología,
solamente buscan las migajas del poder para beneficio propio y cupular,
olvidando a las grandes mayorías estudiantiles que son víctimas de la dictadura
docente y del despotismos de las autoridades universitarias. “Son los
estudiantes, las víctimas de las peores condiciones de aprendizaje, por culpa
de las camarillas docentes que obligan a silenciar toda protesta y de
representantes estudiantiles cobardes y convenencieros a quienes les acomoda
mejor el silencio”, (Declaración por el día del trabajo, Autonomía, 2019), en
esa lógica, es Autonomía Frente Universitario afiliado a la FEBA y adherido al
pacto asociativo de la IFA, la única organización estudiantil, que actualmente
continua defiendo la educación superior pública en Yacuiba, fiel a su historia
y a los compromisos para transformar la educación, en un instrumento de
liberación y de justicia social.
(*) El autor José
Luis Claros López, es Director de la Fundación Nemboati, Comunicador Social y
Escritor.
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