BREVE
APUNTE SOBRE HISTORIA DE CAIZA LA CAPITAL HISTÓRICA DEL CHACO
Por
José Luis Claros López (*)
1.-
Antecedentes.- El 27 de
septiembre de 1841 en Tiwanaku, el General José Ballivián toma posesión del
cargo de Presidente Provisional de la República de Bolivia, durante su
administración las políticas proyectadas y desarrolladas por entonces pusieron
algunas de las bases significativas para la futura organización de Bolivia como
estado-nación. Durante su mandato, la ocupación de los “espacios vacíos” de la
República se convirtió en una prioridad. En este sentido, con el decreto de 8
de octubre de 1842 se adjudicaron terrenos baldíos a las nuevas colonias. Este
ambicioso proyecto era fundamental para las intenciones del gobierno de
conseguir un control efectivo del territorio nacional.
Las
desaparecidas (robadas en mayo de 2018) campanas de la Iglesia de Nuestra
Señora del Carmen, en Caiza Villa Ingavi, en la Región Autónoma del Gran Chaco,
fundada en 1843 como "Villa Rodrigo" por el General de Brigada de los
Ejércitos de Bolivia Manuel Rodríguez Magariños, en su calidad de Prefecto del
Departamento de Tarija y comandante de la expedición militar al Pilcomayo de
1843 a 1844, registraba en la segunda campana la siguiente inscripción: “Día de
su bendición 26 de noviembre de 1858 en Villa Rodrigo”.
Manuel
Rodríguez Magariños, partió de la ciudad de Tarija donde desempeñaba las
funciones de Prefecto, en el otoño de 1843 al mando de un Batallón y llevando también
en ésta columna, un contingente de prisioneros peruanos, así como fusiles y
cañones de fabricación peruana; tomados como trofeos al enemigo en la batalla
de Ingavi. En su trabajo el historiador Julio Paz (1936), señala que los
peruanos traídos al Chaco, por Rodríguez Magariños tenían por misión el
colonizar éste territorio “A donde marchó con un lote de prisioneros peruanos
destinados a colonizar las fértiles llanuras del Chaco” (Paz, 1936). Diez años
después luego del retorno de los prisioneros al Perú la marina peruana
bautizaba como “Pilcomayo” a uno de los barcos.
2.-
El valle de Caiza territorio ancestral de la nación Toba.- Los Tobas, eran originarios del Valle de
Caiza, durante los años del dominio colonial español, se hicieron fuertes en
esa zona. Con la República, a partir de la década del 40 del siglo XIX, fueron
violentamente despojados de sus tierras. Iniciando un período, que se conocerá
como las Guerras Tobas y que se prolongará hasta el final de aquel siglo. Luego
del despojo, de la violencia y del exterminio, muchos quedaron regados por
Crevaux y otros asentamientos más al sur siguiendo el curso del Pilcomayo.
Desde
finales del siglo XVIII, la nación Toba, habitaba el valle de Caiza (Combès,
2014) en el actual Chaco Tarijeño, representaban para Daniel Campos (1888) al
“guerrero por excelencia del Chaco. Fiero, altivo dominador [es] el león de las
selvas del Gran Chaco”, sin embargo después de las primeras dos décadas de vida
republicana de Bolivia, comenzó su exterminio, los Tobas son empujados de sus
territorios ancestrales en Caiza, por una fuerza compuesta por el ejército
nacional, los colonizadores provenientes de Tarija y los criollos (habitantes
nacidos en el Chaco), para ellos la nación Toba no tiene derechos, en este
punto tampoco debemos olvidar el papel de los religiosos en el resultado final,
la derrota de la nación Toba, la Iglesia Católica pretendía que aquellos
“neófitos” sean recluidos en misiones para que alcancen un cierto grado de
civilización cristiana.
Los
tobas son víctimas tempranas de la violación al mandato de la Ley de 27 de
diciembre de 1826, que por lo menos en la teoría, garantizaba a ellos (que
también son indígenas) el derecho de poseer su tierra “El indijena que quiera
adquirir en perpetuidad los terrenos que hoy ocupa, ú otros baldios, podrá
pedirlos por escrito ante el gobernador de su provincia” (Art. 5, ley de 27 de
diciembre de 1826), pero el proceso de colonización del Chaco, convierte a los
tobas en los protagonistas de una verdadera guerra de resistencia contra una
fuerza de ocupación, que al final conseguirá completar su misión, establecida
con una década de anticipación a la ocupación física del territorio de Caiza,
la Ley de 30 de octubre de 1833, garantizó que será el Gobierno de la
República, la instancia que “tomará las medidas necesarias” para proteger las
propiedades de los colonizadores que comienzan a ser concedidas omitiendo el
procedimiento determinado en diciembre de 1826, esto significó que todo
territorio baldío distribuido por el Gobierno a los colonos, será protegido
de “las incursiones de los bárbaros
colindantes”, esa protección será realizada por los militares que acompañan la
colonización del Chaco.
“A
finales del siglo XIX, se vuelven los mayores enemigos de los criollos en el
Chaco”, así lo describe Isabelle Combès (2014), pero los tobas serán derrotados
militarmente a pesar de sus últimos intentos a comienzos del siglo XX de
resistencia y rebelión (Nordenskiöld, 1912), para entonces se alejarán hacía el
sur más allá del paralelo 22. Habían, perdido demasiado pronto el control de su
territorio al abandonar el valle de Caiza entre 1843 y 1845, para nunca más
volver. Todo el escenario, tiene una razón de ser y esa razón es la acumulación
del capital mediante la especulación de la tierra.
Fue
la necesidad de obtener más tierra, para la población que habitaba otras
latitudes de Bolivia, la causante de un proceso de ocupación y expulsión de los
Tobas de su territorio ancestral de Caiza, que, para la segunda mitad del siglo
XIX, todavía no era “mercancía” sino que constituía un “valor de uso sin ser
valor” (Marx, Karl. El Capital), en este caso la tierra del territorio
colonizado por la población tarijeña y criolla, no ingresará de inmediato a un
proceso de Capitalización de la Renta, los nuevos dueños de la tierra o
terratenientes/hacendados, con el dominio jurídico sobre la tierra, no buscaban
apropiarse de parte de la renta que generasen los productores que rentaban sus
tierras para trabajarlas, a cambio un canon periódico de dinero que para el
terrateniente representa su renta como un flujo de valor del que se apropia
periódicamente (El Capital), por el contrario inician un proceso de acumulación
de la tierra con el supuesto de ampliar la frontera ganadera, (Corpus
Documental, Tomo V, 1988), una actividad económica que no implicaba mayores
inversiones o mejoras para los nuevos dueños de la tierra, se podría decir que
se trataba únicamente dejar suelto al ganado para que se reproduzca y
consumiendo libremente los recursos de la tierra que hacían de su alimento.
La
inversión, era mínima – la ley de 30 de octubre de 1833, incluso garantizaba la
entrega del ganado y la exención de pago de impuestos por un período de diez
años, que para el caso del Chaco se prorrogo por varios años - garantizando una
buena ganancia para los nuevos dueños de la tierra.
Más
aún cuando, el Gobierno proporcionaba la protección necesaria y dedicaba su
tiempo a las tareas de hostigamiento a los tobas. Mientras tanto el problema
del acceso a la tierra, continuaba siendo uno de los grandes males de Bolivia,
como también era un problema en otras partes del mundo, “mientras los
aristócratas de la tierra, y los colonos, los fabricantes, los comerciantes,
los banqueros, los caballeros de la bolsa, los proveedores del ejército, etc.,
se enriquecían a manos llenas”, (Marx, El Capital), es así como la tierra en
Bolivia continuó estando en manos de pocos, situación que luego de la
Revolución Nacional de 1952, la Ley de Reforma Agraria, tratará de poner fin.
3.-
Caiza, se llamaba Villa Rodrigo su fundación por Manuel Rodríguez Magariños.- El sábado 1 de julio de 1843, en la
primeras horas de la mañana el General Manuel Rodriguez Magariños, funda la Villa
Rodrigo de acuerdo con el diario de su expedición (Rodriguez Magariños, 1844,
p.6) ésta fundación; se realizó en la actual Caiza Villa Ingavi. Con los años, el nombre de Villa Rodrigo, que
figura incluso en el mapa oficial de Bolivia de Ondarza de 1859, fue mutando
hasta quedar simplemente como Caiza, nombre con el que se conoce desde la década
del 60 del siglo XIX a éste lugar en documentos e informes oficiales.
4.-
Caiza, la capital histórica del Chaco.- En 1872, el Presidente del Concejo Municipal de Tarija,
sugiere al Prefecto del Departamento de Tarija, elevar a Caraparí al rango de
una Capital de Provincia. Y a Caiza y otros pueblos de la frontera (Langer/Bass
Werner, 1988) uno de los cuales es Yacuiba, constituirlos en un Distrito. Aquel
año de 1872, el territorio del Gran Chaco Oriental dentro de la jurisdicción
del Departamento de Tarija, es erigido en "El Distrito territorial del
Gran Chaco" con el pueblo de Caiza como capital del Distrito Territorial y
residencia del Jefe Superior Político y Militar del Distrito. La Ley de 31 de
marzo de 1872, indicaba sobre los límites y extensión del Distrito Territorial
del Gran Chaco, que serían fijados y señalados por un decreto especial, previo
informe de las autoridades locales del Departamento de Tarija.
En
1876, se crea la Provincia del Gran Chaco con Caiza por Capital, es designado
Pedro Antonio Reyes[3] como primer Subprefecto de la Provincia. El Decreto
Supremo de 12 de agosto de 1876, erige a éste territorio en una Provincia más
del Departamento de Tarija, con el pueblo de Caiza como capital, incluyendo
dentro del territorio de la denominada Provincia del Gran Chaco los cantones
Caiza—Capital, Carapari, Itau, Yacuiba, Tartagal y las misiones de nueva
fundación “a la margen occidental del Pilcomayo.” Así, queda definido como
límite arcifinio histórico fundacional de la Provincia del Gran Chaco, el río
Pilcomayo. Posteriormente, la Ley de 19 de octubre de 1880 establece la
jurisdicción de la Provincia del Gran Chaco, sobre los siguientes territorios
(pueblos): La villa de Caraparí, los cantones Yacuiba capital, Caiza, Itaú,
Aguarenda y los vice-cantones Itiruyo, Tartagal y Zapatera.
A
consecuencia del terremoto de 23 de marzo de 1899, funcionaba en Caiza como
medida de precaución asumida por la Prefectura de aquel Departamento, desde
1899 la Junta Municipal Provincial hasta el año 1905 en que paso a Yacuiba, por
orden del Ministerio de Gobierno y Fomento presidido por el Ministro Anibal
Capriles que mediante Orden Nro. 18 de 1 de mayo de 1905 disponiendo el
traslado de la condición de Capital de Caiza a Yacuiba, considerando que las
construcciones especiales que se han hecho en el mencionado pueblo reemplazan
ventajosamente los antiguos edificios; que la mejor administración de la
Provincia y la vigilancia aduanera lo reclaman, se resuelve: Restitúyase la
Capital de la Provincia del Gran Chaco a la Villa de Yacuiba; debiendo
trasladarse a ella todas las autoridades provinciales que hasta el presente
residan en el pueblo de Caiza.
“a solicitud de los vecinos de Yacuiba,
del departamento de Tarija, y, en consideración á que la Ley de 19 de octubre
de 1880 fija dicha Villa como Capital de la Provincia del Gran Chaco, se ha
dispuesto por resolución de 13 de mayo último, que se restituya la capital de
la expresa provincia a la Villa de Yacuiba, debiendo trasladarse á élla las
autoridades provinciales que hasta esa fecha han residido en el pueblo de
Caiza, á consecuencia del terremoto de marzo de 1899. Se ha hecho excepción de
esta medida con la Junta Municipal, por la naturaleza de su institución y
porque en breve la nueva Junta deberá ser elegida yá en la Capital.” (Bolivia,
1906, p.16)
En
1901, de acuerdo con la Ley de 21 de noviembre de 1887, la Junta Municipal
Provincial del Gran Chaco con sede en Caiza, estaba integrada por cinco
ciudadanos: Máximo Zelaya (Presidente), acompañado de Silvestre Suarez, Juvenal
Soruco, Tristan Mejias, Jaime Calvimontes.
5.-
Conclusión.- Caiza, es
fundada de acuerdo con el diario de la Expedición del Prefecto y Comandante
General del Departamento de Tarija: Rodriguez Magariños, el sábado 1 de julio
de 1843, realizando el acto de fundación el General Manuel Rodriguez Magariños,
con el nombre Villa Rodrigo.
A
finales del siglo XIX y comienzos del siglo XX, en Caiza, funcionó la Junta
Municipal de la entonces Provincia del Gran Chaco, hasta el año de 1905,
entonces la capitalía retornó a Yacuiba esto por orden de 2 de marzo de 1905 del
Ministerio de Gobierno y Fomento. Durante la Guerra del Chaco, fue Caiza
también un centro militar hasta entre los años de 1932 y 1938, años después, con
motivo de la construcción de la línea del ferrocarril a Santa Cruz de la
Sierra, la población antigua quedo alejada y sus pobladores se trasladaron a la
zona donde luego se construye la estación del tren en Caiza.
La
iglesia antigua de Caiza, fue bendecida el 13 de julio de 1969, en honor a la
Virgen del Carmen.
(*)
El autor José Luis Claros López, es Director del Instituto de Historia de
Yacuiba.
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