LA COLUMNA
DE JOSE (*)
YACUIBA, EN
LA PRIMER DÉCADA DEL SIGLO XX.
Por José
Luis Claros López
INTRODUCCIÓN.
El año de 1900 ñandúes domesticados tranquilamente recorren
las calles de arena de Yacuiba (Smithsonian, 1901, p.517), “…Los avestruces no superabundan como alguien ha dicho y como
generalmente se supone. Sin embargo no son en realidad escasos, lo que nos
consta por haberlos visto con frecuencia, aún cuando no en grandes grupos…”
(Baldrich, 1889, pp.187-188), después del terremoto de 1899 Yacuiba va
renaciendo entre toldos de indios chanes que aún conviven con los criollos que
son los bolivianos nacidos en el Chaco Tarijeño. En 1902 el Baron Nils Erland
Herbert Nordenskiöld, etnógrafo y explorador sueco, mientras realiza sus
primeros estudios de la región del chaco decide albergarse en la ciudad de
Yacuiba “…desde Buenos Aires fueron
directamente a Yacuiba, una ciudad en la frontera entre Argentina y Bolivia…”
(Vestkusten, 1915, p.1). Para finales del siglo XIX las poblaciones Bolivianas
de Yacuiba y Caiza son importantes centros de colonización y asentamiento de criollos
y nacionales, “…físicamente la frontera
del Chaco fue avanzando, a medida que se establecían estancias, haciendas,
pueblos y fuertes…” (Robertson, 2015, p.3) donde la pacífica convivencia
con los indios de la zona es importante. Los últimos años del Siglo XIX, son
años de constante viajes a la zona de frontera entre Yacuiba y Tartagal
realizada por técnicos y peritos argentinos y bolivianos (incluyendo
extranjeros contratados por el Gobierno de Bolivia) para definir la cuestión de
límites en lo que se refiere al trazado de la frontera entre ambos países,
reclamando Bolivia la posesión de Yacuiba como parte de la nación boliviana.
La
comprobación de que la línea del tratado de 1889 colocaba a la población de
Yacuiba en territorio argentino fué alegada con aparente alarma por la parte de
Bolivia como un hecho suficiente para impugnar la demarcación de la frontera
cuando en su buena parte ésta ya había sido aceptada por el gobierno boliviano
sin objeción. Se decía que tal población había sido siempre boliviana y en
consecuencia, no podía pasar bajo la soberanía argentina, sin menoscabo de la
primera. (Moreno Quintana, 1926, p.968)
Yacuiba para mediados de la primera década del Siglo
XX es un pueblo que se recupera del devastador terremoto de 1899, su población
crece de 300 habitantes en 1897 a 2446 habitantes entre nacionales y
extranjeros para 1900, entre 1908 y 1909 Nordenskiöld realiza un viaje de estudios
por el Chaco Tarijeño arribando el 18 de mayo de 1908 a la villa de Yacuiba, que
describe con los siguientes términos: “…un
pueblo grande en la frontera entre Bolivia y Argentina. En la actualidad existe
un lugar bastante decente, pero antes era un antro peligroso de los criminales,
que escapaban hasta allí por temor a la policía argentina…” (Nordenskiöld.
1926, p. 18) el 2 de junio de 1897 se firma un Acta Protocolizada entre
Argentina y Bolivia, representada por el ministro argentino de Relaciones
Exteriores, doctor Amando Alcorta, y el plenipotenciario boliviano, doctor
Telmo Ichazo con el objetivo de definir la cuestión de límites entre ambas
naciones en la zona que comprendía la ubicación de Yacuiba, “…en virtud del cual, se estipulaba la cesión
de Yacuiba a Bolivia con el territorio que fuese necesario para su
desenvolvimiento…” (Moreno Quintana, 1926, p.969) para comienzos del Siglo
XX, la villa de Yacuiba tiene una mayor cantidad de población Boliviana pero
también una significativa población de origen argentino (237 habitantes) que
representa según los datos del Censo de 1900 un 10% del total de la población
de Yacuiba y muchos extranjeros provenientes de naciones Europeas, aunque no se
da una ocupación militar y política de Yacuiba por parte de la República
Argentina (como sucedió con la villa de Tarija en 1825); en las primeras
décadas del siglo XX se va dilucidando de manera pacífica y diplomática, la
cuestión de límites entre Argentina y Bolivia, garantizándose así la
permanencia de la villa de Yacuiba dentro del territorio de la nación
Boliviana, lo cual es visto por la Prensa Argentina de la época como sí se “…hubiera obsequiado dos importantes villas y
varios miles de argentinos a Bolivia…” (Diez de Medina, 1955, p. 139), el
martes 22 de diciembre de 1903 el diario argentino La Nación destaca que: “…la demarcación de la frontera en la parte
que comprende la villa de Yacuiva. Por este medio tienden las cancillerías á
establecer la línea divisoria en condiciones equitativas para los dos países…”
(La Nación, 1903) al modificarse la línea de frontera por la cuestión de
Yacuiba, con fecha 28 de enero de 1904 fue celebrado el tercer protocolo entre
el ministro argentino, José A. Terry, y el plenipotenciario boliviano, doctor
José M. Escalier, con el objeto de modificar la línea establecida en los
protocolos anteriores en la región de Yacuiba, “…excepción hecha del reducido espacio de Yacuiva, donde para conservar
en su propia soberanía el pueblo del mismo nombre, ha sido indispensable
modificar la expresada línea…” (Biblioteca Digital
de Tratados del Ministerio de Relaciones Exteriores y Culto de Argentina. Acta para facilitar la ejecución del tratado
de límites con Bolivia del 10 de mayo de 1891. Buenos Aires, 23 de abril de 1902),
reduciendo el territorio asignado a esta región (Moreno Quintana, 1926, p.970),
en Yacuiba todavía existen para comienzos del siglo XX una gran cantidad de
nativos, “…además en todo el valle se
encuentran bastantes haciendas alguna población boliviana y mucha indiada…”
(Boletín Instituto Geográfico Argentino, 1897, p.164) estos pobladores nativos
vivían a finales del siglo XIX al interior de las Misiones de los Padres
Franciscanos dedicándose a diversas actividades, entre las cuales sobresale lo
agrícola pero no sólo al interior de los límites de la Misión sino también en
sus alrededores, a finales del Siglo XX en 1893 Manuel O. Jofré informa a sus
superiores que los indígenas no sólo cultivan las tierras de la Misión de
Aguairenda cerca de Yacuiba, si no también otras tierras aparte.
En
el caso de Aguairenda, según Jofré, la gran mayoría de la tierra cultivada
estaba en manos de los chiriguanos: "Aparte de los tres pequeños huertos
de la misión, los indios tienen treinta plantaciones de banano, treinta y
cuatro cañaverales y Treinta y seis huertas de naranjos, distintas de las
siembras de menor consideración, y sus plantaciones de maíz ". Aunque no
tenemos información útil sobre los tipos de producción agrícola en las aldeas
indias antes de la fundación de la misión (aparte de una lista de especies de
plantas "tradicionales"), es lógico asumir que los indios de misión
cultivaron ciertos cultivos europeos como caña de azúcar, más intensamente una
vez que se establecieron las misiones. (Langer/Jackson, 1995, p.59)
En la segunda mitad del siglo XIX, producto de la
Ley de 10 de septiembre de 1871 y del Decreto Supremo de 13 de septiembre de
1871 en las Misiones del Chaco Tarijeño, los Padres Conversores tenían el poder
religioso pero también el poder político, económico y judicial en las misiones
franciscanas; esta situación generará ciertos conflictos políticos que
generaran prontos pedidos de secularización de las misiones como lo demuestra
la nota emitida por la Prefectura de Tarija fechada el 23 de marzo de 1872,
informando al Gobierno Nacional sobre las actitudes que asumen los Padres
Conversores en la Provincia de Salinas jurisdicción territorial en la cual se
encuentran los territorios del Chaco Tarijeño.
Circunscriptos
en su propia conveniencia de utilidad pecuniaria y de comercio, se han
apropiado de bastos y extensos terrenos de ganadería, habiéndose convertido en
los únicos monopolizadores de la venta de ganados ejerciendo hostilidades aún
sobre los animales que traspasan sus campos de pastación. (Langer/Bass Werner,
1988, p.317)
Esta situación cambiará a partir de la promulgación
de la Ley de 23 de enero de 1900, que dispone la derogación del Reglamento de
13 de septiembre de 1871, autorizándose al Poder Ejecutivo, para que, en vista
del estado de las misiones, dicte otro que esté conforme con la Constitución y
leyes vigentes, con la implementación de un nuevo Reglamento de Misiones, disponiéndose
que a partir de 1905 las misiones dependan en su organización y régimen del
Ministerio de Colonización, correspondiendo a los Delegados Nacionales,
Prefectos y Sub-prefectos vigilar el cumplimiento de las leyes en aquellas Misiones
que se hallen establecidas en el territorio de su jurisdicción, cuidando que
los Padres Conversores cumplan con las instrucciones que dichas autoridades
administrativas les impartan, está situación de secularización de las Misiones se
implementa durante los siguientes cinco años hasta 1911 abarcando la totalidad
de las misiones existentes en el territorio del Chaco Tarijeño, decisión que ya
se veía venir desde la realización de la Convención Nacional reunida en la
ciudad de Oruro en el mes de octubre de 1899, donde Fernando Guachalla, en su
calidad de Secretario General de Estado durante su informe a la Convención
Nacional de 1899 hacía énfasis en la situación del tráfico con engaños de los “neófitos”
bolivianos que viven bajo el cuidado de los Padres Conversores, este tráfico de
mano de obra con rumbo a la República Argentina se produce desde las Misiones
con lo cual se fundamentaba su pedido de que las Misiones estén bajo la “supervigilancia” (Bolivia, 1899, p.262)
de los respectivos Subprefectos.
los
neófitos sonsacados y extraidos de las misiones, son conducidos á la República
Argentina donde se les vende al precio de Bs. 25 por cabeza. (Bolivia, 1899,
p.261)
La migración de los “neófitos” a la Argentina para
trabajar en los ingenios azucareros, fue un tema muy controvertido a fines del
Siglo XIX y principios del XX, situación que fue permitida durante la segunda
mitad del siglo XIX por las autoridades de Bolivia; como da testimonio el
siguiente fragmento de una circular emitida el 20 de mayo de 1875 por el Jefe
Superior del Territorio del Gran Chaco, Manuel Othon Jofre a los Reverendos
Padres Conversores de las Misiones del Gran Chaco, dando licencia a los
“Neófitos” para que vayan a trabajar a las haciendas argentinas. Los “neófitos”
son los indígenas infieles recién convertida a la religión católica por los
Padres Conversores y que viven al interior de las Misiones.
Con
tal propocito me permitiré dar licencias para que, los Dependientes de las
Haciendas Arjentinas limítrofes, puedan estraer indios para los servicios
temporales que precisen ecsaminando i comprobando antes el buen trato que han
de darles íla puntualidad en el pago de sus respectivos salarios. (Langer/Bass
Werner, 1988, p.400)
Pero después, la migración de los “neófitos” será
una de las causales expuestas para la secularización de las misiones. En 1900,
se promulgó la Ley de 23 de enero de 1900 estableciéndose que el servicio de
las misiones, corresponde a la Nación y las erogaciones que ellas exijan serán
pagadas por el Tesoro Nacional. El nuevo Reglamento de Misiones es emitido
mediante Decreto Supremo de 23 de Diciembre de 1905, allí se proponía, en
nombre de la libertad del individuo, el libre comercio con las reducciones, y
que los neófitos de ellas estaban sometidos a la prestación vial, no favorecida
por los conversores.
De acuerdo a los testimonios recogidos en el libro
“Yacuiba Retazos Pueblerinos” de Pedro Ángel Coto se puede concluir que la
convivencia a finales del Siglo XIX y comienzos del Siglo XX en el pueblo de
Yacuiba entre los habitantes criollos y los pueblos indígenas era pacífica, sin
embargo a varios kilómetros Chaco adentro, aún los pueblos indígenas se
resisten a las incursiones de los “blancos” defendiendo su espacio territorial
de las incursiones sean de los soldados del ejército, de los criollos que
quieren ampliar la frontera ó de los exploradores que realizan trabajos de tipo
científico.
YACUIBA Y EL
CENSO DE 1900.
El Decreto Supremo de 1 de abril de 1900 (elevado
al rango de Ley mediante Ley de 6 de noviembre de 1911) disponía en su Art. 1 “Cada
diez años, a partir del presente se formará el Censo General de la República,
con la colaboración de los concejos municipales y bajo la súper vigilancia del
Estado, ejercitada mediante el Ministerio de Gobierno”. El 1 de Septiembre de 1900
se produce desde las 06:00 a.m. en todo el territorio de Bolivia el Censo Nacional,
que se realiza según documentos oficiales con la mayor regularidad, y con
estricta sujeción al decreto de 1 de abril de 1900 y a “…las disposiciones dictadas por la Comisión Nacional en la mayor parte
de los departamentos de la república…” (Bolivia, 1901, p.23), el Departamento
de Tarija de acuerdo al Censo de 1900 tenia 77.887 Habitantes (Bolivia, 1901,
p.23), el Censo realizado el año 1900, fue el primer censo moderno de la
República de Bolivia.
El censo del año 1900 fue desarrollado durante la
presidencia de José Manuel Pando y bajo la dirección de Manuel Vicente
Ballivian, director de la entonces Oficina Nacional de Inmigración,
Estadísticas y Propaganda Geográfica, en un contexto particular de post Guerra
Federal, en momentos en que se protagonizaba la Guerra del Acre y se llevaba
adelante una reforma militar. El Censo de 1900 considera un 5% de margen de
error en el trabajo censal, el Censo de 1900 definió al indio como descendiente
de los habitantes originarios anteriores a la conquista española.
De acuerdo a los datos del Censo de 1900 en
Yacuiba, de la población económicamente activa existe un 44% de agricultores,
un 7% de comerciantes y un 3% de Propietarios de Haciendas, tan sólo un 17% que
representan 419 habitantes, no tienen un oficio declarado.
De acuerdo a los datos del Censo de 1900, de los
2446 habitantes que tiene Yacuiba, un 11% son extranjeros y un 89% son bolivianos.
El Decreto Supremo de 18 de marzo de 1907 aprueba en Bolivia el Reglamento de
Inmigración Libre, para impulsar el progreso de la agricultura y el desarrollo
de las industrias nacionales; mediante el cual se consideraba como inmigrante a
todo extranjero, obrero, agricultor ó industrial, que teniendo menos de sesenta
años y comprobada su moralidad y aptitudes, quiera establecerse en el
territorio de la República. Otorgándole al inmigrante entre otros el derecho a
ocupar una extensión de terrenos del Estado para implantar trabajos de
agricultura, cría de ganados ó industrias útiles. El terreno a ocupar sería de
50 hectáreas por persona, pagando 10 centavos la hectárea. Gozando de
facilidades para el pago de los terrenos que ocupe. Estas facilidades fueron: Poder
pagar al contado ó por anualidades repartidas en cinco periodos, en este último
caso se agregará un 5 % anual sobre el valor del terreno ocupado; libertad para
poder comenzar a pagar las anualidades a partir el tercer año de su
establecimiento, con una rebaja del 5 % sobre las cantidades pagadas con
anticipación.
Coexisten en el mismo espacio geográfico las
tolderías de los nativos y casas rústicamente construidas por los habitantes
criollos de la región evidencia de tales construcciones son las fotografías
difundidas en 1908 en la página 80 de la Revista Argentina “Caras y Caretas”.
“…figuraban
numerosas vistas fotográficas, que Yacuiva no era una ciudad sino un simple
rodeo de ranchos con 300 á 400 habitantes en su mayoría indios chiriguanos y
matacos…” (Olascoaga, 1910, p. 16)
Para el año de 1898, Yacuiba tiene 300 habitantes
(Montaner y Simón, 1898, p.122) antes del terremoto de 1899 que causa pánico en
la región, aún “…Yacuiba cuenta con 300
habitantes, una escuela y una aduanilla…” (Limiñana, 1897, p.111), pero a
comienzos del Siglo XX la población de Yacuiba crece significativamente
alcanzando según los registros del día del Censo de 1900 una población de 2446
habitantes, además Yacuiba “…es un punto
de almacenamiento de mercaderías para su posterior distribución en el
país vecino…”
(Benedetii/Salizzi. 2011, p.166); la zona de Yacuiba se va consolidando a
inicios del siglo XX como centro poblacional importante de frontera para el
intercambio comercial entre Bolivia y Argentina.
En 1908, casi al final de la década, la población se encuentra habitando "en una encañada formada por la cordillera, más propiamente serrania, de Aguaragüe en su costado occidental, y en el oriental por la cadena de Yacuiba. El área que ocupa es de 10 kilóm. cuadrados aproximadamente; hacia el eje S. N. se extiende al rededor de 35 kilóm y de E. á O. cerca de 3 kilóm. Consta de 34 manzanas, con unas 82 casas, de las cuales, unas 60 están habitadas. Todas las casas estan rodeadas de huertas, que ocupan la mayor parte de ellas la manzana completa, sin dejar más que las habitaciones precisas á una familia." (Bolivia, 1908, p.97)
IMPORTANCIA ECONÓMICA
DE YACUIBA EN LA PRIMERA DÉCADA DEL SIGLO XX.
Por un lado las últimas décadas del siglo XIX y
principios del XX corresponden al período del mayor auge del alto comercio
tarijeño, pero por otro lado a comienzos del Siglo XX, la situación del Gran
Chaco desde una perspectiva fiscal era deficitaria, sus egresos generales
superaban los ingresos propios del año 1900. Situación que se puede verificar
al contrastar los ingresos y egresos declarados por el Ministerio de Haciendas
e Industrias de Bolivia, expuestos en el Cuadro 4: Estadística del Movimiento
Económico de las Municipalidades de la República en 1900. La capital del Gran
Chaco era la villa de Yacuiba destruida por un terremoto en 1899,
circunstancialmente para 1900 la capital política se había trasladado a Caiza.
Es en está primer década del siglo XX que la legislación boliviana permite la
compra de grandes extensiones de tierra por precios bajos intentando impulsar
el poblamiento de las regiones alejadas de frontera por ciudadanos extranjeros
ó nacionales.
Estas
leyes reflejaban el principio liberal que asumía que todo terreno sin título de
propiedad era baldío y, por consiguiente, pertenecía al Estado, que podía hacer
lo que considerara con él; se ignoraban completamente los derechos de los
nativos de las tierras bajas sobre el territorio, porque, según el gobierno
boliviano, jurídicamente muchos de estos pueblos no existían. En definitiva,
las élites locales con contactos políticos consiguieron acumular grandes
extensiones de tierra y nunca se cumplió el objetivo de poblar la frontera con
colonizadores extranjeros. (Vallvé Vallori, 2012, p.66)
Como consecuencia de la legislación nueva sobre
tierras baldías dispuesto por la Ley de 26 de Octubre de 1905, que facilito la
adquisición de hasta 20.000 hectáreas por cada individuo, gran parte del Chaco
Tarijeño pasó a manos de extranjeros, especialmente especuladores argentinos
que residían en Buenos Aires.
Todo
nacional ó extranjero capaz de obligarse conforme á la ley civil, podrá comprar
del Estado hasta 20,000 hectáreas, pagando al contado 10 centavos por cada una;
si fueren apropiadas á la agricultura y á la crianza de ganados, un boliviano
por hectárea; en los terrenos que contengan árboles productores de goma
elástica, (Siphonia y Hebea). Los compradores tendrán la obligación de constituir
en los terrenos comprados una familia por lo menos por cada mil hectáreas. Toda
propuesta de adjudicación por una extensión mayor de 20,000 hectáreas, será
concedida previa aprobación del Legislativo. (Art. 4 Ley de 26 de octubre de
1905)
El Decreto Supremo de 20 de junio de 1907,
Reglamenta la cuestión de la concesión de “Tierras Baldías”, declarando de
propiedad fiscal todos los terrenos baldíos que se hallan dentro del territorio
de la República y también los que habiendo sido adjudicados no se hubieran
amparado en forma legal. Estableciendo además el Decreto Supremo de 20 de junio
de 1907 que las tierras destinadas a la colonización serán distribuidas en la
forma señalada por el Reglamento de Inmigración Libre aprobado por Decreto
Supremo de 18 de marzo de 1907.
El Chaco Tarijeño y la villa de Yacuiba, no sólo es
importante para comienzos del Siglo XX, por la cuestión del tema comercial ó de
la producción agrícola sino también por la cuestión de la producción ganadera:
Los
datos catastrales para el mismo período de tiempo notoriamente subestimaron el
número de bovinos, pero siguen siendo sugerentes. En 1906, por ejemplo, el
catastro del cantón de Yacuiba (donde se ubicaba Partiñanca) contaba sólo con
893 cabezas de ganado. Se estima un total de 61.406 cabezas de ganado.
Evidentemente, si los recuentos de las misiones eran exactos mientras que las
encuestas catastrales eran estimaciones muy bajas (como es probable), las
misiones poseían un número relativamente insignificante del total de ganado en
la región, especialmente cuando se consideraba por habitante. (Langer/Jackson,
1995, p.68)
"De Yacuiba se puede decir que es el puerto boliviano seco que dá paso alas provincias O'Connor y del Gran Chaco, esto es, al territorio virgen y exuberante del porvenir de Bolivia; además dá acceso á la provincia del Acero, de Chuquisaca, v á todas las provincias orientales de Santa-Cruz y al departamento del Beni. El camino sobre el que se halla construido Yacuiba, tiene recursos suficientes para el tránsito de arrias y,viajeros, con pastales abundantes y todo género de facilidades para el tráfico. La agricultura en Yacuiba se dedica especialmente al cultivo de caña de azúcar, del arroz, maíz, algodón, tabaco, yuca, mandioca, frutas de diversas especies, etc. — posee varios trapiches primitivos de maderas duras, como el soto, el quebracho, etc., para la elaboración del azúcar de caña; tiene una buena curtiembre de cueros vacunos y de pieles, con trabajo constante y abundante." (Bolivia, 1908, pp.97-98)
CUADRO
4
CUADRO
4: “Estadísticas del Movimiento Económico de las Municipalidades de la
República en 1900” Extraído de la p. 115 de la Edición Oficial del
Ministerio de Hacienda e Industria de Bolivia. Anexos de la Memoria presentada
a la Legislatura de 1900.
En la primera década del siglo XX la expansión
económica en el Chaco Tarijeño, genera bastante expectativa para la capital del
Departamento la ciudad de Tarija, porque la industria agrícola y ganadera de la
frontera es bastante productiva, incrementó su desarrollo, dando mayor
expansión al comercio mercantil de la ciudad de Tarija, que expende sus
mercaderías en las plazas de Sauces, Lagunillas, San Luis, Caiza, Yacuiva, Las
Misiones y varios puntos importantes del Departamento de Santa Cruz.
En
el año 1910, la ganadería primaba en Yacuiba, y de sus alrededores, traían
hacienda, para ser vendida y arreada luego hasta Embarcación. El dinero
circulante entonces eran las libras esterlinas y la moneda de plata sellada,
con las cuales se hacían las transacciones. A la ganadería se agregaba también
los prietos naranjales que se extendían por todo el pueblo, con gran algarabía
de las bandadas de loros y tucanes, que invadían los árboles frutales, con
placer para los chiquillos que ondeaban con todo entusiasmo. Los naranjales en
toda la región chaqueña, le daban una característica definida, y las
plantaciones eran obra de misioneros franciscanos que accidentalmente hacían su
estancia en Yacuiba, rumbo a las misiones de Cuevo, Tarairi, Caiza. De la
prodigalidad de este delicioso cítrico, puede dar una idea, la producción de
más de tres mil naranjas por árbol, constatada en las propiedades de las
familias Moreno Avila, Galarza, Soruco, Villaroel, Cavero, Barroso, etc. en
cuyas viviendas, la abundancia de dicha fruta, superaba todo lo imaginado.
(Coto, 2005, p.91)
Durante aquellos años (1900-1910), era normal entre
la población de Yacuiba el realizar transacciones utilizando la libra esterlina
como moneda comercial considerando el tipo de cambio “…Libra Esterlina igual a Bs. 11.40 Cts. Estos cambios están fijados,
teniendo por base 21 peniques por 1 Bs…” (Ballivian, 1903, p.235) fijado en
1901 para la conversión de moneda extranjera a moneda nacional. La Ley de 30 de
noviembre de 1904 reconoce a la libra esterlina (Moneda nacional de Inglaterra)
el carácter cancelatorio por el valor de doce bolivianos cincuenta centavos.
Esta Ley de 30 de noviembre de 1904 obligaba que a partir del 1 de enero de
1905, el cincuenta por ciento de los derechos de Aduana sean pagados en moneda
de oro, al tipo de doce bolivianos cincuenta centavos por libra esterlina. En
caso de pagarse en moneda de plata todo ó parte de ese cincuenta por ciento, la
cuota pagada tendrá el recargo del cinco por ciento. Las fracciones menores de
doce bolivianos cincuenta centavos podrán abonarse en plata, sin recargo.
(...)
reconoció a la Libra esterlina carácter cancelatorio, por cantidades que no
pasen de dos mil bolivianos, al tipo de cambio vigente sobre Londres en
relación al precio de la plata en el mismo mercado, con el premio de medio
penique a favor del oro efectivo que se fijara por la Cámara de Comercio.
(Ballivian, 1903, p.230)
Para atender al progreso de la ganadería en la
Provincia del Chaco y prevenir las enfermedades que pudieran presentarse, el
Ministerio de Gobierno y Fomento contrato en 1906 un veterinario competente,
adscrito al personal de la Delegación Nacional (Bolivia, 1907, p.12), aunque la
producción Ganadera era importante, los habitantes de Yacuiba en la primer
década del siglo XX aún se proveían de carne desde la República Argentina que
compraban más al sur llegando casi a Tartagal en un lugar conocido como
Zoopota.
“…Zoopota
es un largo oasis longitudinal, depósito abundante de los ganados que los
indios arrebataban en todas las estancias del bajo Bermejo y provincias de
Santiago y Santa Fé, siendo por su puesto, guarida de numerosas tribus que
proveen de carne en pié y contribuyen á robarla para los especuladores
bolivianos que llegan desde Yacuiva costeando el rio Itiyuro hasta los mismos
cañadones donde se derrama dicho rio. Zoopota en lengua chiriguana significa
«quiere carne»…” (Olascoaga, 1910, p. 14)
El negocio de la importación siempre fue más
beneficioso para los comerciantes tarijeños que la exportación. Una vez que el
ganado chaqueño pudo encontrar otro mercado, los habitantes chaqueños podían
seguir consumiendo los productos importados que suministraban las casas
comerciales de Tarija. Además participaron en el auge del caucho en el norte de
Santa Cruz y el Beni, que empezó justo cuando se acabaron las minas de plata.
El
llamado auge de la explotación de la goma tuvo lugar entre 1900 y 1913, debido
a que los precios de este producto en el mercado internacional fueron los más
altos y permitieron la exportación. (Ormachea, 2015, p.4)
Pero en el negocio del caucho no sólo participan
los comerciantes Tarijeños, sino también la mano de obra que demandaba la
explotación de los siringales del norte de la amazonia boliviana genera la
importación de “…hasta «prisioneros de
guerra» ava guaraní del Chaco…” (Vallvé Vallori, 2012, p.63) y es que a
finales del Siglo XIX se producen los últimos grandes levantamientos de los
indígenas de la llanura Chaqueña, pacificada completamente la región los
comerciantes tarijeños controlaban el comercio en Yacuiba, a comienzos del
siglo XX todos los productos que entraban por los puertos de Buenos Aires y
Rosario, destinados a las regiones caucheras del norte de Santa Cruz y el Beni,
tenían que pasar por Yacuiba. En el periodo 1895-1914, los ingresos al erario nacional
por concepto de la economía del caucho fueron bastante superiores o por lo
menos iguales al del estaño y, por varios años, mayores que los generados por
la plata y el estaño juntos.
Los
magnates del caucho prendían sus habanos con billetes de cien dólares y
aplacaban la sed de sus caballos con champaña helado en cubetas de plata. Sus
esposas, que desdeñaban las aguas fangosas del Amazonas, enviaban la ropa sucia
a Europa para que la lavaran allá. (Collis, 2012, p.1)
El colapso gomero antes de 1914 fue, debido al robo
de semillas en Brasil por parte de los ingleses, en 1912 las semillas sacadas
ilegalmente de la selva por el inglés Henry Wickman fueron plantadas en los
invernaderos del Jardín Botánico de Kew, en Londres, y cuando las plantas brotaron
fueron cuidadosamente acondicionadas y embarcadas para la India, Ceilán y
Singapur, donde se las trasplantó en lugares especialmente preparados. De esas
plantas, 1.700 en total, nació el vasto sistema de plantaciones de hevea de las
Indias Orientales, que producía, antes de la invasión japonesa, en la segunda
Guerra Mundial, el 95 % de la producción total de caucho natural. Sembradas en
Asia, se producen plantaciones masivas de árboles Heveas brasiliensis en varias
regiones asiáticas y africanas, y también porque se empezó a producir debido al
estallido de la Primera Guerra Mundial caucho sintético en los países del
primer mundo. Ambos factores provocaron la drástica caída de los precios que se
pagaban en el mercado internacional. Bolivia no se pudo recuperar ni siquiera
reemplazando las bolachas de goma por las láminas de goma que permitían reducir
costos y mejorar la producción. La crisis fue tan fuerte que sí en 1910 la
libra de goma elástica costaba 3 dólares u 8 chelines, en 1916 el precio se
desploma hasta los 55 centavos de dólar o 2 chelines. Está crisis de la goma,
afectaría la economía comercial de Yacuiba.
Existe a comienzos del siglo XX en Yacuiba, no
solamente una oficina de “Aduanilla” (Art. 6 del Reglamento General de Aduanas
de la República de Bolivia, de 21 de enero de 1901), por los datos estadísticos
recibidos en el Ministerio de Hacienda y los informes producidos por el
Administrador de la Aduana de Tarija, sé evidencia que los ingresos de la
Aduanilla de Yacuiba son de mayor importancia con relación a los de la Aduana
principal de Tarija; habiéndose mejorado en el Presupuesto actual, tanto la
dotación como el personal de dicha Aduanilla por lo cual el posterior Decreto
Supremo de 25 de febrero de 1910 declara Aduana Nacional la Aduanilla de
Yacuiba que dependía de la Aduana de Tarija establecida por Ley de 16 de
Octubre de 1880 empezó a funcionar desde el 1 de marzo de 1881, día en que
feneció el término de la licitación a que antes estuvo sujeta. Por Decreto
Supremo de 20 de Mayo de 1888 queda establecido el Reglamento de Aduanas Aduana
de Tarija, este Reglamento determinaba que las mercaderías extranjeras con
destino a Tarija debían ser despachadas por la aduana del Rosario, con
intervención del cónsul de Bolivia y que las mercaderías destinadas al
departamento de Santa Cruz, debían pasar por la aduanilla de Yacuiba, donde se
hará la confrontación con la guía de tránsito expedida por la aduana del
Rosario y visada por el cónsul de Bolivia, confrontadas las mercaderías y
liquidada la póliza con arreglo a la tarifa de avalúos, se cobrarán los
derechos fiscales de importación en la misma aduanilla de Yacuiba, conforme al
arancel vigente para 1888. Toda mercadería que llegase a Santa Cruz desde la
Argentina que no tuviera la Guía de Tránsito entregada en la Aduanilla de
Yacuiba debía ser decomisada. A su vez, las mercaderías para el consumo de las
otras provincias de Tarija, también debían ser internadas por la aduanilla de
Yacuiba, con la respectiva guía expedida por la aduana de Rosario, visada por
el cónsul de Bolivia. El Reglamento de Aduanas de 1888 establecía que todos los
recursos recaudados en la aduanilla de Yacuiba pertenecían a la aduana de
Tarija a la cual se remitirán íntegramente, para el respectivo control el
Cónsul de Bolivia en Rosario (República Argentina), pasaría quincenalmente a la
aduana de Tarija una razón de las guías que hubiesen sido expedidas con destino
a la aduanilla de Yacuiba. Los aranceles vigentes para 1900 son los
establecidos por el Decreto Supremo de 16 de febrero de 1881 y por las Leyes de
16 de octubre de 1880 y de 26 de noviembre de 1886, según el artículo 3ro. de
la Ley de 25 de noviembre de 1893 todas las mercaderías que son del dominio del
comercio, serán admitidas en la república, sin más excepción que los artículos
cuya circulación prohíban las leyes penales, las de seguridad y moral públicas
y las relativas á efectos estancados, cuando se resolviere el estanco de
algunos. Es así que durante las últimas décadas del siglo XIX y hasta 1910 que
la Aduana de Tarija tenía en Yacuiba una Aduanilla.
Son
sus aduanillas: Yacuiba, Salitre, el Pulario y Padcaya. Resguardo: Camacho. El
comercio que se efectúa por esta aduana está limitado exclusivamente al
departamento de Tarija. El flete de carga de un quintal métrico, desde la
Cachuela "Esperanza", ya nombrada, por las vías de la Cordillera y
Yacuiba, es el siguiente: Cachuela Esperanza a Santa Cruz Bs. 46, a Pampa
Blanca, Estación del frente Bs. 46, del frente Bs. 46 ferrocarril norte
argentino Bs. 34, al Rosario Bs. 9 a Buenos Aires Bs. 3. Total Bs. 92.
(Ballivian, 1903, p.280-281)
A partir de la promulgación de la Ley de 25 de
febrero de 1910, la Aduanilla de Yacuiba comienza a funcionar
independientemente de la Aduana de Tarija, quedando reconocida en el carácter
de Aduana. Al ser un punto de activo comercio durante la primera década del
siglo XX, importantes casas comerciales como las famosas Casas importadoras de
los tiempos del caucho de capital alemán “Zeller & Mosser” y la “Villinger
& Cia” esta última fabricante y distribuidora desde 1888 de la Cerveza
Brahma, ambas Casas Comerciales con Oficina Central para el oriente de Bolivia en
la Ciudad de Santa Cruz de la Sierra que funcionaron con sucursales en Yacuiba
hasta el 27 de enero de 1917, de igual manera otras casas comerciales
provenientes del norte argentino y de Tarija instalan sucursales en Yacuiba.
Entre
las firmas incrementadas en la zona que se dedicaban a un activísimo comercio
en 1910, figuraban la Casa Trigo - hoy desaparecida - y que se encargaba de las
transacciones bancarias, al igual que "La Providencia". También
estaba la Casa Leach, importante firma que en el norte argentino, tenía y tiene
aun, una vasta industria azucarera, y contaba entonces con oficinas en la calle
Comercio, donde actualmente se encuentra ubicada la Casa Ridder. (Coto, 2005,
p.93)
La Casa Comercial Leach, instalada en Yacuiba es
parte de “Leach Hnos.” constituida en 1893 con oficina principal en la ciudad
Argentina de Jujuy y que se convirtió en 1912 en Leach´s Argentine Estates
Limited, firma comercial de capital británico que desde la década del 80 del
siglo XIX son accionistas del Ingenio Azucarero “La Esperanza” en el norte
argentino y que también tienen inversiones en la industria tabacalera de la
región. La Providencia es igual una sucursal de una casa Comercial con oficina
principal en 1900 en la ciudad de Santa Cruz de la Sierra que provee de
artículos de importación desde la Argentina a las barracas caucheras del norte
de Bolivia.
En el siglo XIX son emitidos por el Gobierno de
Bolivia, la Ley de 19 de octubre de 1871 y el Decreto Supremo de 31 de
diciembre de 1871 que Reglamentaba la adjudicación y explotación de las
sustancias inorgánicas no metalíferas en el Territorio de Bolivia.
Son
propiedad del Estado los depósitos, mantos, capas ú otros criaderos de
sustancias inorgánicas como el bórax, amoniaco, cal, magnecia, yodo, alúmina,
azufre, carbón de piedra, ulla, turba, betun fósil, recina fócil, alumbre,
petróleo, boratos y demás que no sean metalíferas y sean aplicables á la
industria, ya se encuentren en el interior de la tierra, ya en su superficie.
(Art. 1 Decreto Supremo de 31 de diciembre de 1871)
Según el Decreto Supremo de 1871, todo individuo
nacional ó extranjero puede adquirir y explotar las sustancias inorgánicas no
metalíferas, conforme a las prescripciones de ese Decreto, a finales del siglo
XX se produce un incremento de las expectativas relacionadas con la búsqueda y
explotación del petróleo en la zona del Chaco Tarijeño, formándose sociedades
dedicadas a la búsqueda de petróleo incluso integrada por ciudadanos de
Yacuiba, por ejemplo los socios Fermín
Barroso y José Moreno obtuvieron 60 estacas en 1910 en Yacuiba con el nombre
"La Sobrina" (Dollz, 1994, p. 74), según el Decreto Supremo de
1871 la estaca en vetas ó filones será de 400 metros de longitud sobre el rumbo
designado por el interesado, reducida la superficie a horizontal, con una
latitud de 25 metros a cada lado y en profundidad ilimitada. La estaca en
mantos, capas, bancos u otras formaciones análogas será de 800 metros de longitud
sobre 800 de latitud con profundidad ilimitada. El terreno de una concesión
puede ser objeto de investigaciones de otras sustancias útiles, sin perjuicio
de los derechos de los primeros concesionarios que serán preferidos en igualdad
de circunstancias á toda empresa nueva. La adjudicación de estacas para la
explotación de sustancias inorgánicas, no importa la adjudicación en propiedad
de la superficie del terreno, si no del usufructo por todo el tiempo que dure
la explotación, debiendo volver a la propiedad del estado después de concluida,
ó cuando según el código de minería, se haya prescrito el derecho de
adjudicación por desamparo ó despueble. Siempre que la explotación de
sustancias inorgánicas no metalíferas, se tuviese que hacer por pozos ó
galerías subterráneas, el laboreo estará sujeto enteramente a las
prescripciones del código de Minería.
Los buscadores de fortuna que habitaban está
frontera creían que muy cerca de las Serranías de Yacuiba existían yacimientos
de oro.
LA EDUCACIÓN
EN YACUIBA EN LA PRIMER DÉCADA DEL SIGLO XX
A comienzos del Siglo XX, el advenimiento del
Partido Liberal en el poder dio un nuevo rumbo a la cuestión educativa en todo
el territorio de Bolivia “…el discurso de
progreso, modernidad e industrialización exigía la necesidad de instruir y
formar la mano de obra calificada, lo que implicaba que los futuros obreros y
mineros sepan leer y escribir…” (Iño Daza, 2012, p.165) Yacuiba, cuenta
para comienzos del Siglo XX con una escuela primaria que para 1901 contaba con
dos Profesores Clodomiro Catacora con un sueldo de 11 Bolivianos y Felicidad de
Garrabulí con un sueldo de 20 Bolivianos.
Se
cuenta también con el siguiente listado sobre quienes se desempeñaban como
maestros en el Chaco Tarijeño, en cuanto se refiere a los primeros años del
siglo XX ya que para entonces en Bolivia la educación elemental todavía está en
manos de las alcaldías: El año de 1901 funcionaba en Caiza la escuela “Bolívar”
donde trabajaba el Prof. Pacífico Burgos con un sueldo de 20 Bs.- por mes, en
Yacuiba funcionaba una escuela para varones y otra de mujeres donde trabajaban
los Profesores Clodomiro Catacora con un sueldo de 11 Bs.- y Felicidad de
Garrabulí con un sueldo de 20 Bs.-, en Caraparí funcionaba una escuela mixta a
cargo de la Prof. Justina de Mendoza con un sueldo de 9 Bs.- por mes. Se
desempeñan como educadores para 1905 en la región, los siguientes: En Yacuiba,
Prof. Neptalí Cuellar y Prof. Enriqueta Delfín; en El Palmar, Prof. Encarnación
Meriles, en Itaú el Prof. Florencio López, en Caraparí, Prof. David Pacheco; en
Saladillo, Prof. Rosa L. de Michel; en Caiza, Prof. Rufino Paz y la Prof.
Corina Gómez. (Claros, 2012)
El Decreto Supremo de 21 de febrero de 1905,
establece crear Escuelas Fiscales en Caiza y Yacuiba, estas escuelas eran
elementales y la enseñanza impartida era conforme al respectivo programa
dictado por el Ministerio de Instrucción. Cada uno de los profesores que
trabajarían en estás escuelas recibían un sueldo mensual de cincuenta
bolivianos. Mediante la Ley de 3 de octubre de 1905, se crean escuelas fiscales
en Caiza, Yacuiba y Caraparí. La educación boliviana tuvo un lento desarrollo
en el siglo XIX debido a la inestabilidad política y al bajo crecimiento
económico durante este siglo. Por tanto, el país ingresó al siglo XX con un
sistema educativo limitado y tradicional. Con los Liberales, comenzó la gradual
recuperación de las escuelas de los municipios. Hasta entonces (1905) las
escuelas estaban bajo la tuición de los municipios.
YACUIBA, EN
LA PRIMER DÉCADA DEL SIGLO XX; CAMINOS, LÍMITES FRONTERIZOS, BANDIDAJE Y EL
FERROCARRIL.
La idea de un Ferrocarril que desde la República
Argentina (Formosa) llegase hasta Caiza pasando por Yacuiba era una idea que ya
había sido considerada en 1889 cuando Émile-Arthur Thouar al retornar a Buenos
Aires de su viaje al Chaco, “…se esfuerza
por obtener la concesión necesaria para construir un ferrocarril desde Formosa,
en la República Argentina, hasta Caiza, en Bolivia…” (Daily Alta
California, 1889, p.4) desde la perspectiva de Thouar, para finales del Siglo
XIX el Chaco Tarijeño es una región muy importante por las riquezas existentes
en este territorio.
Thouar
dice: «Por el Pilcomayo como vía natural abierta á la navegación, ó por el
trazado de un ferrocarril paralelo á la dirección de este río á través del
Chaco Central, se abre á las ricas provincias de Bolivia una vía de
comunicación económica y rápida» bajo esta inspiración presentó al examen del
gobierno argentino un doble proyecto de canalización del Pilcomayo y de una
línea férrea que debía unir el puerto de Formosa con Caiza, capital del Chaco
boliviano, situada al pie de los Andes. (Gomez, 1906, p.123)
Al otro lado de la frontera, en la República
Argentina en 1890 se vivió una crisis política y económica que comenzó a ser
superada para mediados de la última década del Siglo XIX, lo que permitió a la
República Argentina reactivar las obras para la conexión Ferroviaria con
Bolivia.
A
medida que se superaba la crisis económica de 1890, se retomó el ritmo en la
construcción ferroviaria. El Estado reactivó las obras en las provincias del
Noroeste y buscó mejorar la funcionalidad de sus líneas, con dos metas: una,
con un criterio estratégico, era el acceso a las regiones de reciente ocupación
y la conexión ferroviaria con Bolivia. (Salerno, 2008, p.662)
La construcción del Ferrocarril en el lado
argentino, significa también el incremento de la presencia extranjera en
Yacuiba, el porcentaje de ciudadanos extranjeros en Yacuiba en 1900 ya era
significativo, sin embargo no todos los extranjeros tenían “buenas
intenciones”.
La
aproximación del Ferrocarril Central Norte á la Frontera hace que lleguen mayor
número de inmigrantes y que los ataques á la propiedad sean más frecuentes,
debiendo aumentarse el número de rondas para la mejor vigilancia y prevenir la
comisión de delitos. También se ha aumentado el pre de los rondas de 80
centavos a un boliviano, porque con esa pequeña remuneración no hay quien
quiera hacer este duro servicio. (Bolivia, 1907, p.61)
En 1902, el explorador español Juan Gonzales
Montenegro, explorando la misma zona recorre la quebrada de Yacuiba y sus
inmediaciones, “…Desde Oran a través
Yacuiva Gran Chaco, desde el Yacuiva a Crevaux y Acre, y luego en la
inexplorada formidables regiones de Bermejo y Tarija, González Montenegro,
encuentra valiosos descubrimientos geográficos y mineralógicos…” (Marco,
2001, p.19), Juan Gonzales Montenegro entre 1900 y 1905 permaneció en las
selvas del Chaco.
En
el último decenio del siglo anterior, Yacuiba, era el paso obligado para los
viajeros que desde Santa Cruz de la Sierra, a lomo de mula, viajaban hasta la
ciudad argentina de Salta, especialmente por motivos, comerciales, o
simplemente familiares. En aquellos años el bandidaje se enseñoreaba en los
senderos chaqueños, constituyendo un grave peligro para la vida de quienes se
aventuraban en el camino. No solamente los cuatreros se hacían presentes, sino
también tribus indómitas de indios Tobas, habitantes del Pilcomayo, asolaban la
región Chaqueña con sus depredaciones. (Coto, 2005, p.87)
Para 1904, el Gobierno de la República Argentina
estaba licitando la construcción de un nuevo camino que pueda vincular sus
poblaciones del norte con la población de Yacuiba: “…Llamase a licitación por el término de 30 días para la construcción
de los caminos de Rio de las Piedras a Oran y de Rio de las Piedras a Yacuiba (Provincia
de Salta). Los planos y documentos, están a disposición de los interesados, en
la inspección General de Puentes y Caminos (Casa de Gobierno, 3er. Piso), donde
se abrirán las propuestas, el 7 de Diciembre del Corriente año, a las 2 p.m. -
Buenos Aires, Noviembre 8 de 1904…” (Boletín Oficial de la República
Argentina. Año XII. Num. 3319. Buenos Aires, Martes 8 de noviembre de 1904),
por entonces (1904) aún se discutía la cuestión de límites y la pertenencia de
Yacuiba a la nación Boliviana. Al final, con relación a la cuestión de límites
el gobierno argentino aparecía – según la prensa argentina de la época
-regalando a Bolivia el territorio de Yacuiba, obteniendo en cambio algunas
ventajas muy pobres en el trazado de la línea limítrofe al oeste; mientras unos
denunciaban que el Ministro Argentino había aceptado la doctrina boliviana
admitiendo que el paralelo 22 fue mal fijado “…por errores imaginarios al aceptar la determinación magnética en vez
de la astronómica…”, (Diez de Medina, 1955, p. 139), en cambio; para
Bolivia la cuestión pasaba por retener el territorio de Yacuiba porque se
trataba de una población habitada por Bolivianos, “…no se debe ya imponer mayores sacrificios al noble pueblo Tarijeño:
lo justo, lo legitimo será la compensación recíproca de Santa Victoria por
Yacuiba capital de Provincia, y por el Tartagal, baluarte avanzado de las
conquistas tarijeñas contra la barbarie, sobre las fronteras del desierto…”
(Paz, 1919, p.724), en los primeros años del Siglo XX, la villa de Yacuiba
sigue creciendo en población.
A
partir del hito N° 17, ya colocado, la línea divisoria bajará siguiendo la
serranía de Ipaguazú, por los puntos S.R.Q.P.O.N.M.L.K.J.I.H. indicados en el
plan número dos del relevamiento general, hasta un punto que determina el
paralelo que pasa por la junta de los arroyos Yacuiva y Pocitos; continuará por
este paralelo hasta encontrar el río Caraparí, desde cuyo punto seguirá la
línea en la dirección ya establecida en los convenios de 14 de Mayo de 1898 y
23 de Abril de 1902. (Biblioteca Digital de Tratados del Ministerio de
Relaciones Exteriores y Culto de Argentina. Convenio modificando el trazo de la
línea de frontera al llegar al pueblo de Yacuiba a fin de que este pueblo y
zona adyacente queden en territorio boliviano. Buenos aires, 28 de enero de
1904)
Mientras la cuestión de límites aún se discutía, el
bandidaje se enseñoreaba en la región, producto sobre todo de una limitada
presencia policiaca y militar; hacia 1910 en el Chaco; Aguairenda era la base
más importante, y el Fortín Ballivian en el río Pilcomayo era el principal
puesto de avanzada. Las condiciones eran extremadamente duras, siendo necesario
tolerar la presencia de rabonas y confiar en la mano de obra de indígenas
sometidos a las guarniciones. El régimen en estos puestos fronterizos parece
haber sido bastante menos severo y eficaz que el impuesto en el interior.
(Dunkerley, 2006, p.136), está situación genera que sean normales los actos de
robo realizados por nacionales y extranjeros, administrar la justicia era una
situación complicada en Yacuiba en 1900 sí bien existía un proyecto ya desde el
28 de agosto de 1898 para la
creación de un juzgado y Fiscalía de Partido en las provincias de Salinas y el
Gran Chaco.
(…) Los robos de ganado que se realizaban
entre diciembre y marzo, cuando los cuatreros indios y criollos, combinados con
los compradores bolivianos que venían en esa época, aprovechaban los meses en
que se producía el relevo de los conscriptos que guarnecían los
establecimientos militares. Numerosos contingentes de indios y criollos
argentinos, alzados contra la explotación y la miseria en aquellos pagos,
asaltaban fincas, chacras, obrajes y estancias, para ejercer una justificada
reacción contra quienes los condenaban al exterminio del hambre y del fusil.
Esa durísima vida se prolongó por décadas, producto de la escasez de caminos y
el abandono de los abiertos en el monte, el auge del cuatrerismo y el bandidaje
y la insuficiencia de control policial. (Figallo, 2001, pp. 9-10)
Esta situación, obligaba que las autoridades para
1904 incrementen la presencia policiaca en Yacuiba.
En
las Provincias continúa el pésimo servicio policiario y mientras los señores
Subprefectos no dispongan siquiera de dos soldados celadores, el orden público
y las garantías reales y personales, estarán á merced del buen sentido de los
habitantes. En mi informe anterior yá hice presente esta notable falta y
solicité dos celadores para cada provincia, los que, además, podrían servir
para cooperar al cobro del impuesto territorial; pues sensible es tener que
expresar que la mayor parte de los contribuyentes de este impuesto, no lo
cancelan mientras no se ponga en movimiento la fuerza pública. Esta falta
ocasiona también el ningún ingreso de multas en las Provincias, cuya
recaudación y respectiva rendición de cuentas, ha sido tantas veces recomendada
por el señor Ministro de Hacienda. (Bolivia, 1904, p.161)
Al inicio del Siglo XX, en Bolivia la policía
afrontaba serias dificultades, no sólo por la cuestión salarial, sino por las
malas condiciones de vida de los funcionarios policiales, “…en muchos casos, los cuarteles eran alquilados, en otros, las
instalaciones policiales compartían locales prefecturales menesterosos y
marginales…” (Quintana, 2005, p.31), la falta de recursos económicos para
sostener el trabajo policial fue una constante a lo largo de todo el período de
gobierno del partido liberal.
MAPA
1
MAPA
1: Fuente, Memoria que presenta el Ministro de Gobierno y Fomento Doctor
Aníbal Capriles ante el Congreso Ordinario de 1907. Edición Oficial. La Paz.
Imprenta Artística Castillo y Ca. 1907
Para 1907, Bolivia pretende mejorar la vinculación
caminera de Yacuiba con el interior mediante la construcción el camino de
Yacuiba a Lagunillas y Santa Cruz pasando por la misión de San Francisco
Solano, hoy Villa Montes, y Charagua con ramal á Lagunillas desde este último
punto. (Bolivia, 1907, pp. 191-192). Otro camino importante es el que se dirige
al Chaco y que ha sido entregado en contrata al señor Samuel Arce, en la
sección de Tarija á San Luis, debiendo trabajarse desde este lugar hasta Caiza,
por el señor Julian Rocha. Por esta vía se hace la extracción de ganado que
provee á todos los minerales del sud de la República (Bolivia, 1907, p.65) en
1908 Leocadio Trigo informaba que habían sido abiertos el camino carretero de
Yacuiba a Villa Montes que debe seguir hasta Santa Cruz, y el camino de
herradura directo a Tarija (Trigo, 1908, p.44), pero la vinculación caminera de
Yacuiba no sólo es importante con el Departamento de Santa Cruz, sino también
con el interior del departamento de Tarija en 1907 se construyo con el fin de
facilitar los medios de comunicación entre Villa Montes y Caiza un camino que
partiendo de Villa Montes, termine en el camino real que conduce de San Luis á
Caiza, pasando por la Misión de Chiméo. El contratista Sr. Bernabé Araoz, tomó por
su cuenta la apertura del camino de Lagunillas á Yacuiba, ha principiado la sección
de Villa Montes á Yacuiba (Bolivia, 1907, p.12).
para
la apertura de un camino carretero de Yacuiba á Santa Cruz, en su primera
sección, hasta Charagua y Lagunillas y dividiendo esta última en tres partes de
las que la primera abarca la comprendida entre Yacuiba y Villa Montes. Su
entrega al servicio público ha de verificarse el día de hoy, previo recibo
encomendado a la Subprefectura del Gran Chaco por intermedio de la Prefectura
de Tarija. Esta vía cuya prosecución no interrumpida activa y atiende
eficazmente el Ministerio de Fomento, ha de llenar necesidades muy sentidas por
el Oriente y el Sud de la República. (Bolivia, 1907, p.46)
Producto de la Ley de 23 de septiembre de 1910, la
sociedad Yacuibeña soñó con la próxima construcción antes de 1912 de una línea
de Ferrocarril desde Yacuiba hasta Puerto Rojas. La construcción y diseño de la
vía para este Ferrocarril estaba bajo la responsabilidad del señor James
Simpson Witthon, para construir y explotar un ferrocarril que, partiendo de la
población de Yacuiba, llegue hasta Puerto Rojas, pasando por la ciudad de Santa
Cruz; en los siguientes términos: “…Otórgase
al señor James Simpson Witthon, una concesión para construir y explotar un
ferrocarril que, partiendo de la población de Yacuiba, sobre la frontera
Argentina, llegue hasta Puerto Rojas, en la confluencia de los ríos Grande y
Piray, pasando por la ciudad de Santa Cruz…” (Art. 1, Ley de 23 de
septiembre de 1910), el Señor James Simpson Witthon era representante de la Eastern
Bolivia Railway Company; el ferrocarril propuesto tendría la trocha de un
metro, y una línea telegráfica en la extensión de 740 kilómetros. El mencionado
ferrocarril gozaría un privilegio de zona de cuarenta kilómetros a cada lado de
la línea, durante el término de treinta años de la concesión. El concesionario
la empresa "Ferrocarril Este de Bolivia" Eastern Bolivia Railway Company,
según la Ley de 23 de septiembre de 1910 podría también construir caminos
carreteros ó de herradura, para satisfacer las conveniencias del tráfico,
haciendo, extensivo á ellos la declaratoria de utilidad para los efectos de las
expropiaciones. Esta propuesta, que debía vincular Yacuiba con Puerto Rojas
antes de 1912, fue modificada pero al final jamás se materializo.
“…Considerando
que la construcción del ferrocarril depende de la construcción de la línea
argentina hasta la frontera, la empresa por su parte y el Gobierno de Bolivia
por la suya, gestionarán ante el Gobierno Argentino la conclusión de la línea á
la frontera, produciéndose la caducidad de la concesión de 23 de septiembre de
1910, de acuerdo con su artículo 5 °., si á los dos años de firmada la
escritura, dichas gestiones no hubieran dado resultado alguno, pero, si al
expirar ese plazo, la línea argentina estuviera próxima á construirse, el
Gobierno de Bolivia lo tendrá en cuenta y concederá á la empresa una prórroga
en el plazo fijado…” (Art. 6. Ley de 24 de noviembre de 1911)
YACUIBA,
1907 LA LUZ Y EL TELEGRAFO.
Para el año de 1907, en Yacuiba Pedro Lea Plaza,
instaló un pequeño motor para 20 focos en su propiedad ubicada en la calle
Comercio, y con el cual proveía de luz al vecindario inmediato “…dos años después, ya no había más
motorcito. Y no se piense que se debía a mala fe de los vecinos de entonces,
que le robaron corriente. No lo precario del motor y la falta de reparaciones,
determinó que su propietario lo archivara en los fondos de su casa…” (Coto,
2005, p.131), en 1910 apareció en Yacuiba otra "usina", esta vez de
propiedad de Carlos Zimmerman, que contando con un motor más grande que el
anterior administrado con caldera a leña, daba luz a un radio más extenso;
cinco calles y veinte viviendas.
En 1907 también se inicio el tendido de una nueva
línea telegráfica desde Tarija hasta San Luis, por el Inspector de Telégrafos
del Sud señor David Lucuy. Esta Línea era importante para Tarija, porque
permitiría una mejor comunicación con el Chaco.
Para
que esta obra sea completa es necesario extender la línea en el año entrante á
Villa Montes, pasando por Caiza, y construir un ramal á Yacuiba, región que ha
tomado en los últimos tiempos gran importancia. (Bolivia, 1907, p.63)
EN 1905 YACUIBA,
NUEVAMENTE CAPITAL DEL GRAN CHACO.
A consecuencia del terremoto de 23 de marzo de
1899, funcionaba en Caiza como medida de precaución asumida por la Prefectura
de aquel Departamento, desde 1899 la Junta Municipal Provincial hasta el año
1905 en que paso a Yacuiba, por orden del Ministerio de Gobierno y Fomento
presidido por el Ministro Anibal Capriles que mediante Orden Nro. 18 de 1 de
mayo de 1905 disponiendo el traslado de la condición de Capital de Caiza a
Yacuiba, considerando que las construcciones especiales que se han hecho en el
mencionado pueblo reemplazan ventajosamente los antiguos edificios; que la
mejor administración de la Provincia y la vigilancia aduanera lo reclamana, se
resuelve: Restitúyase la Capital de la Provincia del Gran Chaco á la Villa de
Yacuiba; debiendo trasladarse á ella todas las autoridades provinciales que
hasta el presente residan en el pueblo de Caiza.
a
solicitud de los vecinos de Yacuiba, del departamento de Tarija, y, en
consideración á que la Ley de 19 de octubre de 1880 fija dicha Villa como
Capital de la Provincia del Gran Chaco, se ha dispuesto por resolución de 13 de
mayo último, que se restituya la capital de la expresa provincia a la Villa de
Yacuiba, debiendo trasladarse á élla las autoridades provinciales que hasta esa
fecha han residido en el pueblo de Caiza, á consecuencia del terremoto de marzo
de 1899. Se ha hecho excepción de esta medida con la Junta Municipal, por la
naturaleza de su institución y porque en breve la nueva Junta deberá ser
elegida yá en la Capital. (Bolivia, 1906, p.16)
Para 1904, la junta Municipal del Gran Chaco con
Sede en Caiza estaba compuesta por un Presidente el Señor Felisardo Terceros,
un Vicepresidente el Señor Tristán Mejías y un Secretario el Señor Andrés
Gómez; se desempeñaba como Subprefecto de la Provincia Gran Chaco en 1904 el
Señor Emilio Araoz.
desempeñaba
interinamente la Sub-prefectura del Gran Chaco, el señor Emilio Araoz, quien
fué confirmado constitucionalmente en su puesto. Es recomendable la
laboriosidad y contracción con que este meritorio funcionario cumple sus
deberes. (Bolivia, 1906, p.60)
Debido a las constantes reclamaciones de ayuda que
hacían los jefes superiores de colonias con asiento en Caiza y la Subprefectura
de la Provincia del Chaco. En 1904 el Dr. Leocadio Trigo como Prefecto
Departamental, organizó una expedición (Trigo, 1908, p.149) con el objetivo de
reprimir a las tribus tobas del Pilcomayo.
Los
pocos hombres que salieron de Tarija fueron colaborados ampliamente en Caiza,
quedando integrada la expedición de la siguiente manera: Leocadio Trigo como
Delegado Nacional, Cnl. Liborio Martinez, Emilio Aroz, Oficial Manuel Raña,
Pedro Torrez, Zacarías Avila, Antonio Gomez e Isidoro Ortiz; 35 soldados,
carpinteros, intérpretes, herreros, practicos, etc. haciendo un total de 56
hombres, a los cuales se agregaron tres capitanes Tobas: Talcoliqui, Burica y
Yaguarezca. De Caiza partieron el 20 de diciembre de 1904 y el 25 ya estaban
fundando el fortín D'Orbigni en la línea del paralelo 22º. Más abajo estaba el
fortin Murillo ó Palo Marcado, fundado por Mariano Gomez, quien era todo un
campeón para estar allí haciendo frente a los continuos asaltos de los
salvajes. El 30 de diciembre los expedicionarios llegaron a los Esteros de
Patiño, cumpliendo una gran hazaña y siguiendo la misma ruta de la expedición
de Daniel Campos. (Trigo, 1908, p.150)
En 1905, es promulgado el Decreto Supremo de 25 de
abril que plantea el objetivo de atraer una ola de inmigrantes ya sea de manera
aislada en organizaciones o empresas dividiendo
extensos territorios nacionales en 8 zonas destinadas a la colonización
extranjera, clasificando como la Zona “H” reservada para la
implementación de un Plan de Colonización, la comprendida dentro del Departamento
de Tarija, Provincia del Gran Chaco que abarcaba el territorio que se extiende
entre el paralelo 21, el río Pilcomayo, el meridiano 61 y una paralela al curso
del río, situada á los 111 kilómetros de distancia. Superficie 30,250
kilómetros cuadrados. El posterior Decreto Supremo de 17 de octubre de 1905,
pone bajo la dependencia del Ministerio de Colonización y Agricultura las
misiones existentes y las que llegaren a fundarse; entre las que se encontraban
las existentes en el Chaco Tarijeño.
En
síntesis, el Ejecutivo boliviano parecía decidido a propiciar una progresiva
secularización de las misiones cuyos habitantes, mezclados con los
colonizadores nacionales o extranjeros que arribaran a la zona, serían los
mejores garantes de la soberanía de Bolivia en los territorios fronterizos.
(García Jordan, 1998, pp. 59-60)
Para 1906, el Regimiento “Tarija” 2° de Caballería,
dividido en cuatro escuadrones, brindaba el servicio de los fortines en el
Chaco. La región del Chaco, se mantiene a partir de 1905 en perfecta calma, cesando
las periódicas invasiones de los Tobas; situación debida, en gran parte, á la
política suave y paternal desplegada por la Delegación. Sólo un jefe toba para
1906, suele presentarse con pretensiones hostiles y agresivas. Según informaba
el Delegado Leocadio Trigo al Gobierno Nacional “…A este mismo jefe, cuando viene á nuestros centros poblados, se le
recibe con benevolencia y buen trato...” (Bolivia, 1907, p.11)
Como
consecuencia de la sequía, que asoló los cultivos en el pasado año, la
población indígena sufrió una terrible escasez de víveres, en gran parte, aliviada
con las oportunas medidas adoptadas por el Delegado Nacional. Se distribuyeron
alimentos y vestidos á los menesterosos y á los niños de las escuelas durante
los días de desgracia y se acudió á satisfacer las más urgentes necesidades de
aquellas pobres gentes. (Bolivia, 1907, p.11)
A partir del 1 de enero de 1906 entra en vigencia
el nuevo Reglamento de Misiones promulgado mediante Decreto Supremo de 23 de
diciembre de 1905 “…en el nuevo
reglamento los indígenas continuaban siendo considerados menores bajo la tutela
misionera…” (García Jordan, 1998, p.58), las autoridades políticas del
Chaco Tarijeño, durante los años de 1899 a 1905 cuando la capital es trasladad
de Yacuiba a Caiza, deben lidiar constantemente contra el bandidaje y los
indios que continuaban realizando actos de robo en las haciendas de los
criollos.
En 1907, se desarrollan los comicios con tranquilidad
en Yacuiba, sólo en la ciudad de Tarija
se producen algunos incidentes donde la lucha sólo ha tenido lugar entre fracciones
del Partido Liberal, “…a las que se han
plegado los adeptos del extinguido partido Conservador, habiendo obtenido el triunfo
completo la Unión Liberal…” (Bolivia, 1907, p.56) así también se
desarrollan en Yacuiba.
Se
han efectuado elecciones para municipes suplentes en las Provincias Arce, Gran
Chaco y Méndez, con lo que su personal ha quedado completo. (Bolivia, 1906, p.62)
En el año 1899 el Partido Liberal tomó el poder
enseguida de una insurrección y una guerra civil. En el desarrollo de los
acontecimientos, el ala conservadora de ese partido tomó el gobierno y desplazó
al ala liberal consecuente, condenándola a la oposición. Es más, el ala
reaccionaria del liberalismo traicionó la revolución y mantuvo el viejo régimen
sin ninguna modificación. El liberalismo desde comienzos del siglo XX y durante
los siguientes 20 años y más de gobierno forma su estructura social, ligando a
sus partidarios por intereses de toda clase, por combinaciones financieras y el
apoyo mutuo.
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