domingo, 18 de junio de 2017

LA COLUMNA DE JOSE: YACUIBA, EN LA PRIMER DÉCADA DEL SIGLO XX. Por José Luis Claros López

LA COLUMNA DE JOSE (*)
YACUIBA, EN LA PRIMER DÉCADA DEL SIGLO XX.
Por José Luis Claros López

INTRODUCCIÓN.

El año de 1900 ñandúes domesticados tranquilamente recorren las calles de arena de Yacuiba (Smithsonian, 1901, p.517), “…Los avestruces no superabundan como alguien ha dicho y como generalmente se supone. Sin embargo no son en realidad escasos, lo que nos consta por haberlos visto con frecuencia, aún cuando no en grandes grupos…” (Baldrich, 1889, pp.187-188), después del terremoto de 1899 Yacuiba va renaciendo entre toldos de indios chanes que aún conviven con los criollos que son los bolivianos nacidos en el Chaco Tarijeño. En 1902 el Baron Nils Erland Herbert Nordenskiöld, etnógrafo y explorador sueco, mientras realiza sus primeros estudios de la región del chaco decide albergarse en la ciudad de Yacuiba “…desde Buenos Aires fueron directamente a Yacuiba, una ciudad en la frontera entre Argentina y Bolivia…” (Vestkusten, 1915, p.1). Para finales del siglo XIX las poblaciones Bolivianas de Yacuiba y Caiza son importantes centros de colonización y asentamiento de criollos y nacionales, “…físicamente la frontera del Chaco fue avanzando, a medida que se establecían estancias, haciendas, pueblos y fuertes…” (Robertson, 2015, p.3) donde la pacífica convivencia con los indios de la zona es importante. Los últimos años del Siglo XIX, son años de constante viajes a la zona de frontera entre Yacuiba y Tartagal realizada por técnicos y peritos argentinos y bolivianos (incluyendo extranjeros contratados por el Gobierno de Bolivia) para definir la cuestión de límites en lo que se refiere al trazado de la frontera entre ambos países, reclamando Bolivia la posesión de Yacuiba como parte de la nación boliviana.

La comprobación de que la línea del tratado de 1889 colocaba a la población de Yacuiba en territorio argentino fué alegada con aparente alarma por la parte de Bolivia como un hecho suficiente para impugnar la demarcación de la frontera cuando en su buena parte ésta ya había sido aceptada por el gobierno boliviano sin objeción. Se decía que tal población había sido siempre boliviana y en consecuencia, no podía pasar bajo la soberanía argentina, sin menoscabo de la primera. (Moreno Quintana, 1926, p.968)

Yacuiba para mediados de la primera década del Siglo XX es un pueblo que se recupera del devastador terremoto de 1899, su población crece de 300 habitantes en 1897 a 2446 habitantes entre nacionales y extranjeros para 1900, entre 1908 y 1909 Nordenskiöld realiza un viaje de estudios por el Chaco Tarijeño arribando el 18 de mayo de 1908 a la villa de Yacuiba, que describe con los siguientes términos: “…un pueblo grande en la frontera entre Bolivia y Argentina. En la actualidad existe un lugar bastante decente, pero antes era un antro peligroso de los criminales, que escapaban hasta allí por temor a la policía argentina…” (Nordenskiöld. 1926, p. 18) el 2 de junio de 1897 se firma un Acta Protocolizada entre Argentina y Bolivia, representada por el ministro argentino de Relaciones Exteriores, doctor Amando Alcorta, y el plenipotenciario boliviano, doctor Telmo Ichazo con el objetivo de definir la cuestión de límites entre ambas naciones en la zona que comprendía la ubicación de Yacuiba, “…en virtud del cual, se estipulaba la cesión de Yacuiba a Bolivia con el territorio que fuese necesario para su desenvolvimiento…” (Moreno Quintana, 1926, p.969) para comienzos del Siglo XX, la villa de Yacuiba tiene una mayor cantidad de población Boliviana pero también una significativa población de origen argentino (237 habitantes) que representa según los datos del Censo de 1900 un 10% del total de la población de Yacuiba y muchos extranjeros provenientes de naciones Europeas, aunque no se da una ocupación militar y política de Yacuiba por parte de la República Argentina (como sucedió con la villa de Tarija en 1825); en las primeras décadas del siglo XX se va dilucidando de manera pacífica y diplomática, la cuestión de límites entre Argentina y Bolivia, garantizándose así la permanencia de la villa de Yacuiba dentro del territorio de la nación Boliviana, lo cual es visto por la Prensa Argentina de la época como sí se “…hubiera obsequiado dos importantes villas y varios miles de argentinos a Bolivia…” (Diez de Medina, 1955, p. 139), el martes 22 de diciembre de 1903 el diario argentino La Nación destaca que: “…la demarcación de la frontera en la parte que comprende la villa de Yacuiva. Por este medio tienden las cancillerías á establecer la línea divisoria en condiciones equitativas para los dos países…” (La Nación, 1903) al modificarse la línea de frontera por la cuestión de Yacuiba, con fecha 28 de enero de 1904 fue celebrado el tercer protocolo entre el ministro argentino, José A. Terry, y el plenipotenciario boliviano, doctor José M. Escalier, con el objeto de modificar la línea establecida en los protocolos anteriores en la región de Yacuiba, “…excepción hecha del reducido espacio de Yacuiva, donde para conservar en su propia soberanía el pueblo del mismo nombre, ha sido indispensable modificar la expresada línea…” (Biblioteca Digital de Tratados del Ministerio de Relaciones Exteriores y Culto de Argentina.  Acta para facilitar la ejecución del tratado de límites con Bolivia del 10 de mayo de 1891. Buenos Aires, 23 de abril de 1902), reduciendo el territorio asignado a esta región (Moreno Quintana, 1926, p.970), en Yacuiba todavía existen para comienzos del siglo XX una gran cantidad de nativos, “…además en todo el valle se encuentran bastantes haciendas alguna población boliviana y mucha indiada…” (Boletín Instituto Geográfico Argentino, 1897, p.164) estos pobladores nativos vivían a finales del siglo XIX al interior de las Misiones de los Padres Franciscanos dedicándose a diversas actividades, entre las cuales sobresale lo agrícola pero no sólo al interior de los límites de la Misión sino también en sus alrededores, a finales del Siglo XX en 1893 Manuel O. Jofré informa a sus superiores que los indígenas no sólo cultivan las tierras de la Misión de Aguairenda cerca de Yacuiba, si no también otras tierras aparte.

En el caso de Aguairenda, según Jofré, la gran mayoría de la tierra cultivada estaba en manos de los chiriguanos: "Aparte de los tres pequeños huertos de la misión, los indios tienen treinta plantaciones de banano, treinta y cuatro cañaverales y Treinta y seis huertas de naranjos, distintas de las siembras de menor consideración, y sus plantaciones de maíz ". Aunque no tenemos información útil sobre los tipos de producción agrícola en las aldeas indias antes de la fundación de la misión (aparte de una lista de especies de plantas "tradicionales"), es lógico asumir que los indios de misión cultivaron ciertos cultivos europeos como caña de azúcar, más intensamente una vez que se establecieron las misiones. (Langer/Jackson, 1995, p.59)

En la segunda mitad del siglo XIX, producto de la Ley de 10 de septiembre de 1871 y del Decreto Supremo de 13 de septiembre de 1871 en las Misiones del Chaco Tarijeño, los Padres Conversores tenían el poder religioso pero también el poder político, económico y judicial en las misiones franciscanas; esta situación generará ciertos conflictos políticos que generaran prontos pedidos de secularización de las misiones como lo demuestra la nota emitida por la Prefectura de Tarija fechada el 23 de marzo de 1872, informando al Gobierno Nacional sobre las actitudes que asumen los Padres Conversores en la Provincia de Salinas jurisdicción territorial en la cual se encuentran los territorios del Chaco Tarijeño.

Circunscriptos en su propia conveniencia de utilidad pecuniaria y de comercio, se han apropiado de bastos y extensos terrenos de ganadería, habiéndose convertido en los únicos monopolizadores de la venta de ganados ejerciendo hostilidades aún sobre los animales que traspasan sus campos de pastación. (Langer/Bass Werner, 1988, p.317)

Esta situación cambiará a partir de la promulgación de la Ley de 23 de enero de 1900, que dispone la derogación del Reglamento de 13 de septiembre de 1871, autorizándose al Poder Ejecutivo, para que, en vista del estado de las misiones, dicte otro que esté conforme con la Constitución y leyes vigentes, con la implementación de un nuevo Reglamento de Misiones, disponiéndose que a partir de 1905 las misiones dependan en su organización y régimen del Ministerio de Colonización, correspondiendo a los Delegados Nacionales, Prefectos y Sub-prefectos vigilar el cumplimiento de las leyes en aquellas Misiones que se hallen establecidas en el territorio de su jurisdicción, cuidando que los Padres Conversores cumplan con las instrucciones que dichas autoridades administrativas les impartan, está situación de secularización de las Misiones se implementa durante los siguientes cinco años hasta 1911 abarcando la totalidad de las misiones existentes en el territorio del Chaco Tarijeño, decisión que ya se veía venir desde la realización de la Convención Nacional reunida en la ciudad de Oruro en el mes de octubre de 1899, donde Fernando Guachalla, en su calidad de Secretario General de Estado durante su informe a la Convención Nacional de 1899 hacía énfasis en la situación del tráfico con engaños de los “neófitos” bolivianos que viven bajo el cuidado de los Padres Conversores, este tráfico de mano de obra con rumbo a la República Argentina se produce desde las Misiones con lo cual se fundamentaba su pedido de que las Misiones estén bajo la “supervigilancia” (Bolivia, 1899, p.262) de los respectivos Subprefectos.

los neófitos sonsacados y extraidos de las misiones, son conducidos á la República Argentina donde se les vende al precio de Bs. 25 por cabeza. (Bolivia, 1899, p.261)

La migración de los “neófitos” a la Argentina para trabajar en los ingenios azucareros, fue un tema muy controvertido a fines del Siglo XIX y principios del XX, situación que fue permitida durante la segunda mitad del siglo XIX por las autoridades de Bolivia; como da testimonio el siguiente fragmento de una circular emitida el 20 de mayo de 1875 por el Jefe Superior del Territorio del Gran Chaco, Manuel Othon Jofre a los Reverendos Padres Conversores de las Misiones del Gran Chaco, dando licencia a los “Neófitos” para que vayan a trabajar a las haciendas argentinas. Los “neófitos” son los indígenas infieles recién convertida a la religión católica por los Padres Conversores y que viven al interior de las Misiones.  

Con tal propocito me permitiré dar licencias para que, los Dependientes de las Haciendas Arjentinas limítrofes, puedan estraer indios para los servicios temporales que precisen ecsaminando i comprobando antes el buen trato que han de darles íla puntualidad en el pago de sus respectivos salarios. (Langer/Bass Werner, 1988, p.400)

Pero después, la migración de los “neófitos” será una de las causales expuestas para la secularización de las misiones. En 1900, se promulgó la Ley de 23 de enero de 1900 estableciéndose que el servicio de las misiones, corresponde a la Nación y las erogaciones que ellas exijan serán pagadas por el Tesoro Nacional. El nuevo Reglamento de Misiones es emitido mediante Decreto Supremo de 23 de Diciembre de 1905, allí se proponía, en nombre de la libertad del individuo, el libre comercio con las reducciones, y que los neófitos de ellas estaban sometidos a la prestación vial, no favorecida por los conversores.

De acuerdo a los testimonios recogidos en el libro “Yacuiba Retazos Pueblerinos” de Pedro Ángel Coto se puede concluir que la convivencia a finales del Siglo XIX y comienzos del Siglo XX en el pueblo de Yacuiba entre los habitantes criollos y los pueblos indígenas era pacífica, sin embargo a varios kilómetros Chaco adentro, aún los pueblos indígenas se resisten a las incursiones de los “blancos” defendiendo su espacio territorial de las incursiones sean de los soldados del ejército, de los criollos que quieren ampliar la frontera ó de los exploradores que realizan trabajos de tipo científico.

YACUIBA Y EL CENSO DE 1900.

El Decreto Supremo de 1 de abril de 1900 (elevado al rango de Ley mediante Ley de 6 de noviembre de 1911) disponía en su Art. 1 “Cada diez años, a partir del presente se formará el Censo General de la República, con la colaboración de los concejos municipales y bajo la súper vigilancia del Estado, ejercitada mediante el Ministerio de Gobierno”. El 1 de Septiembre de 1900 se produce desde las 06:00 a.m. en todo el territorio de Bolivia el Censo Nacional, que se realiza según documentos oficiales con la mayor regularidad, y con estricta sujeción al decreto de 1 de abril de 1900 y a “…las disposiciones dictadas por la Comisión Nacional en la mayor parte de los departamentos de la república…” (Bolivia, 1901, p.23), el Departamento de Tarija de acuerdo al Censo de 1900 tenia 77.887 Habitantes (Bolivia, 1901, p.23), el Censo realizado el año 1900, fue el primer censo moderno de la República de Bolivia.


El censo del año 1900 fue desarrollado durante la presidencia de José Manuel Pando y bajo la dirección de Manuel Vicente Ballivian, director de la entonces Oficina Nacional de Inmigración, Estadísticas y Propaganda Geográfica, en un contexto particular de post Guerra Federal, en momentos en que se protagonizaba la Guerra del Acre y se llevaba adelante una reforma militar. El Censo de 1900 considera un 5% de margen de error en el trabajo censal, el Censo de 1900 definió al indio como descendiente de los habitantes originarios anteriores a la conquista española.


De acuerdo a los datos del Censo de 1900 en Yacuiba, de la población económicamente activa existe un 44% de agricultores, un 7% de comerciantes y un 3% de Propietarios de Haciendas, tan sólo un 17% que representan 419 habitantes, no tienen un oficio declarado.


De acuerdo a los datos del Censo de 1900, de los 2446 habitantes que tiene Yacuiba, un 11% son extranjeros y un 89% son bolivianos. El Decreto Supremo de 18 de marzo de 1907 aprueba en Bolivia el Reglamento de Inmigración Libre, para impulsar el progreso de la agricultura y el desarrollo de las industrias nacionales; mediante el cual se consideraba como inmigrante a todo extranjero, obrero, agricultor ó industrial, que teniendo menos de sesenta años y comprobada su moralidad y aptitudes, quiera establecerse en el territorio de la República. Otorgándole al inmigrante entre otros el derecho a ocupar una extensión de terrenos del Estado para implantar trabajos de agricultura, cría de ganados ó industrias útiles. El terreno a ocupar sería de 50 hectáreas por persona, pagando 10 centavos la hectárea. Gozando de facilidades para el pago de los terrenos que ocupe. Estas facilidades fueron: Poder pagar al contado ó por anualidades repartidas en cinco periodos, en este último caso se agregará un 5 % anual sobre el valor del terreno ocupado; libertad para poder comenzar a pagar las anualidades a partir el tercer año de su establecimiento, con una rebaja del 5 % sobre las cantidades pagadas con anticipación. 


Coexisten en el mismo espacio geográfico las tolderías de los nativos y casas rústicamente construidas por los habitantes criollos de la región evidencia de tales construcciones son las fotografías difundidas en 1908 en la página 80 de la Revista Argentina “Caras y Caretas”.

“…figuraban numerosas vistas fotográficas, que Yacuiva no era una ciudad sino un simple rodeo de ranchos con 300 á 400 habitantes en su mayoría indios chiriguanos y matacos…” (Olascoaga, 1910, p. 16)


Para el año de 1898, Yacuiba tiene 300 habitantes (Montaner y Simón, 1898, p.122) antes del terremoto de 1899 que causa pánico en la región, aún “…Yacuiba cuenta con 300 habitantes, una escuela y una aduanilla…” (Limiñana, 1897, p.111), pero a comienzos del Siglo XX la población de Yacuiba crece significativamente alcanzando según los registros del día del Censo de 1900 una población de 2446 habitantes, además Yacuiba “…es un punto de almacenamiento de mercaderías para su posterior distribución en  el  país  vecino…” (Benedetii/Salizzi. 2011, p.166); la zona de Yacuiba se va consolidando a inicios del siglo XX como centro poblacional importante de frontera para el intercambio comercial entre Bolivia y Argentina.

En 1908, casi al final de la década, la población se encuentra habitando "en una encañada formada por la cordillera, más propiamente serrania, de Aguaragüe en su costado occidental, y en el oriental por la cadena de Yacuiba. El área que ocupa es de 10 kilóm. cuadrados aproximadamente; hacia el eje S. N. se extiende al rededor de 35 kilóm y de E. á O. cerca de 3 kilóm. Consta de 34 manzanas, con unas 82 casas, de las cuales, unas 60 están habitadas. Todas las casas estan rodeadas de huertas, que ocupan la mayor parte de ellas la manzana completa, sin dejar más que las habitaciones precisas á una familia." (Bolivia, 1908, p.97)


IMPORTANCIA ECONÓMICA DE YACUIBA EN LA PRIMERA DÉCADA DEL SIGLO XX.

Por un lado las últimas décadas del siglo XIX y principios del XX corresponden al período del mayor auge del alto comercio tarijeño, pero por otro lado a comienzos del Siglo XX, la situación del Gran Chaco desde una perspectiva fiscal era deficitaria, sus egresos generales superaban los ingresos propios del año 1900. Situación que se puede verificar al contrastar los ingresos y egresos declarados por el Ministerio de Haciendas e Industrias de Bolivia, expuestos en el Cuadro 4: Estadística del Movimiento Económico de las Municipalidades de la República en 1900. La capital del Gran Chaco era la villa de Yacuiba destruida por un terremoto en 1899, circunstancialmente para 1900 la capital política se había trasladado a Caiza. Es en está primer década del siglo XX que la legislación boliviana permite la compra de grandes extensiones de tierra por precios bajos intentando impulsar el poblamiento de las regiones alejadas de frontera por ciudadanos extranjeros ó nacionales.

Estas leyes reflejaban el principio liberal que asumía que todo terreno sin título de propiedad era baldío y, por consiguiente, pertenecía al Estado, que podía hacer lo que considerara con él; se ignoraban completamente los derechos de los nativos de las tierras bajas sobre el territorio, porque, según el gobierno boliviano, jurídicamente muchos de estos pueblos no existían. En definitiva, las élites locales con contactos políticos consiguieron acumular grandes extensiones de tierra y nunca se cumplió el objetivo de poblar la frontera con colonizadores extranjeros. (Vallvé Vallori, 2012, p.66)

Como consecuencia de la legislación nueva sobre tierras baldías dispuesto por la Ley de 26 de Octubre de 1905, que facilito la adquisición de hasta 20.000 hectáreas por cada individuo, gran parte del Chaco Tarijeño pasó a manos de extranjeros, especialmente especuladores argentinos que residían en Buenos Aires.

Todo nacional ó extranjero capaz de obligarse conforme á la ley civil, podrá comprar del Estado hasta 20,000 hectáreas, pagando al contado 10 centavos por cada una; si fueren apropiadas á la agricultura y á la crianza de ganados, un boliviano por hectárea; en los terrenos que contengan árboles productores de goma elástica, (Siphonia y Hebea). Los compradores tendrán la obligación de constituir en los terrenos comprados una familia por lo menos por cada mil hectáreas. Toda propuesta de adjudicación por una extensión mayor de 20,000 hectáreas, será concedida previa aprobación del Legislativo. (Art. 4 Ley de 26 de octubre de 1905)

El Decreto Supremo de 20 de junio de 1907, Reglamenta la cuestión de la concesión de “Tierras Baldías”, declarando de propiedad fiscal todos los terrenos baldíos que se hallan dentro del territorio de la República y también los que habiendo sido adjudicados no se hubieran amparado en forma legal. Estableciendo además el Decreto Supremo de 20 de junio de 1907 que las tierras destinadas a la colonización serán distribuidas en la forma señalada por el Reglamento de Inmigración Libre aprobado por Decreto Supremo de 18 de marzo de 1907.

El Chaco Tarijeño y la villa de Yacuiba, no sólo es importante para comienzos del Siglo XX, por la cuestión del tema comercial ó de la producción agrícola sino también por la cuestión de la producción ganadera:

Los datos catastrales para el mismo período de tiempo notoriamente subestimaron el número de bovinos, pero siguen siendo sugerentes. En 1906, por ejemplo, el catastro del cantón de Yacuiba (donde se ubicaba Partiñanca) contaba sólo con 893 cabezas de ganado. Se estima un total de 61.406 cabezas de ganado. Evidentemente, si los recuentos de las misiones eran exactos mientras que las encuestas catastrales eran estimaciones muy bajas (como es probable), las misiones poseían un número relativamente insignificante del total de ganado en la región, especialmente cuando se consideraba por habitante. (Langer/Jackson, 1995, p.68)

"De Yacuiba se puede decir que es el puerto boliviano seco que dá paso alas provincias O'Connor y del Gran Chaco, esto es, al territorio virgen y exuberante del porvenir de Bolivia; además dá acceso á la provincia del Acero, de Chuquisaca, v á todas las provincias orientales de Santa-Cruz y al departamento del Beni. El camino sobre el que se halla construido Yacuiba, tiene recursos suficientes para el tránsito de arrias y,viajeros, con pastales abundantes y todo género de facilidades para el tráfico. La agricultura en Yacuiba se dedica especialmente al cultivo de caña de azúcar, del arroz, maíz, algodón, tabaco, yuca, mandioca, frutas de diversas especies, etc. — posee varios trapiches primitivos de maderas duras, como el soto, el quebracho, etc., para la elaboración del azúcar de caña; tiene una buena curtiembre de cueros vacunos y de pieles, con trabajo constante y abundante." (Bolivia, 1908, pp.97-98)

En Paratiñanca hacienda en la Provincia Gran Chaco, en 1899 “…se tazaron 1255 cavezas de ganado vacuno cuyo valor es de quince mil ciento cuarenta y cuatro bolivianos…” (Langer/Bass Werner, 1988, p.273); así en el Chaco con una inversión mínima en terrenos muy extensos y casi sin ninguna mejora, se podía ganar mucho dinero sólo criando ganado.

CUADRO 4
CUADRO 4: “Estadísticas del Movimiento Económico de las Municipalidades de la República en 1900” Extraído de la p. 115 de la Edición Oficial del Ministerio de Hacienda e Industria de Bolivia. Anexos de la Memoria presentada a la Legislatura de 1900. 

En la primera década del siglo XX la expansión económica en el Chaco Tarijeño, genera bastante expectativa para la capital del Departamento la ciudad de Tarija, porque la industria agrícola y ganadera de la frontera es bastante productiva, incrementó su desarrollo, dando mayor expansión al comercio mercantil de la ciudad de Tarija, que expende sus mercaderías en las plazas de Sauces, Lagunillas, San Luis, Caiza, Yacuiva, Las Misiones y varios puntos importantes del Departamento de Santa Cruz.

En el año 1910, la ganadería primaba en Yacuiba, y de sus alrededores, traían hacienda, para ser vendida y arreada luego hasta Embarcación. El dinero circulante entonces eran las libras esterlinas y la moneda de plata sellada, con las cuales se hacían las transacciones. A la ganadería se agregaba también los prietos naranjales que se extendían por todo el pueblo, con gran algarabía de las bandadas de loros y tucanes, que invadían los árboles frutales, con placer para los chiquillos que ondeaban con todo entusiasmo. Los naranjales en toda la región chaqueña, le daban una característica definida, y las plantaciones eran obra de misioneros franciscanos que accidentalmente hacían su estancia en Yacuiba, rumbo a las misiones de Cuevo, Tarairi, Caiza. De la prodigalidad de este delicioso cítrico, puede dar una idea, la producción de más de tres mil naranjas por árbol, constatada en las propiedades de las familias Moreno Avila, Galarza, Soruco, Villaroel, Cavero, Barroso, etc. en cuyas viviendas, la abundancia de dicha fruta, superaba todo lo imaginado. (Coto, 2005, p.91)

Durante aquellos años (1900-1910), era normal entre la población de Yacuiba el realizar transacciones utilizando la libra esterlina como moneda comercial considerando el tipo de cambio “…Libra Esterlina igual a Bs. 11.40 Cts. Estos cambios están fijados, teniendo por base 21 peniques por 1 Bs…” (Ballivian, 1903, p.235) fijado en 1901 para la conversión de moneda extranjera a moneda nacional. La Ley de 30 de noviembre de 1904 reconoce a la libra esterlina (Moneda nacional de Inglaterra) el carácter cancelatorio por el valor de doce bolivianos cincuenta centavos. Esta Ley de 30 de noviembre de 1904 obligaba que a partir del 1 de enero de 1905, el cincuenta por ciento de los derechos de Aduana sean pagados en moneda de oro, al tipo de doce bolivianos cincuenta centavos por libra esterlina. En caso de pagarse en moneda de plata todo ó parte de ese cincuenta por ciento, la cuota pagada tendrá el recargo del cinco por ciento. Las fracciones menores de doce bolivianos cincuenta centavos podrán abonarse en plata, sin recargo.

(...) reconoció a la Libra esterlina carácter cancelatorio, por cantidades que no pasen de dos mil bolivianos, al tipo de cambio vigente sobre Londres en relación al precio de la plata en el mismo mercado, con el premio de medio penique a favor del oro efectivo que se fijara por la Cámara de Comercio. (Ballivian, 1903, p.230)

Para atender al progreso de la ganadería en la Provincia del Chaco y prevenir las enfermedades que pudieran presentarse, el Ministerio de Gobierno y Fomento contrato en 1906 un veterinario competente, adscrito al personal de la Delegación Nacional (Bolivia, 1907, p.12), aunque la producción Ganadera era importante, los habitantes de Yacuiba en la primer década del siglo XX aún se proveían de carne desde la República Argentina que compraban más al sur llegando casi a Tartagal en un lugar conocido como Zoopota.

“…Zoopota es un largo oasis longitudinal, depósito abundante de los ganados que los indios arrebataban en todas las estancias del bajo Bermejo y provincias de Santiago y Santa Fé, siendo por su puesto, guarida de numerosas tribus que proveen de carne en pié y contribuyen á robarla para los especuladores bolivianos que llegan desde Yacuiva costeando el rio Itiyuro hasta los mismos cañadones donde se derrama dicho rio. Zoopota en lengua chiriguana significa «quiere carne»…” (Olascoaga, 1910, p. 14)

El negocio de la importación siempre fue más beneficioso para los comerciantes tarijeños que la exportación. Una vez que el ganado chaqueño pudo encontrar otro mercado, los habitantes chaqueños podían seguir consumiendo los productos importados que suministraban las casas comerciales de Tarija. Además participaron en el auge del caucho en el norte de Santa Cruz y el Beni, que empezó justo cuando se acabaron las minas de plata.

El llamado auge de la explotación de la goma tuvo lugar entre 1900 y 1913, debido a que los precios de este producto en el mercado internacional fueron los más altos y permitieron la exportación. (Ormachea, 2015, p.4)

Pero en el negocio del caucho no sólo participan los comerciantes Tarijeños, sino también la mano de obra que demandaba la explotación de los siringales del norte de la amazonia boliviana genera la importación de “…hasta «prisioneros de guerra» ava guaraní del Chaco…” (Vallvé Vallori, 2012, p.63) y es que a finales del Siglo XIX se producen los últimos grandes levantamientos de los indígenas de la llanura Chaqueña, pacificada completamente la región los comerciantes tarijeños controlaban el comercio en Yacuiba, a comienzos del siglo XX todos los productos que entraban por los puertos de Buenos Aires y Rosario, destinados a las regiones caucheras del norte de Santa Cruz y el Beni, tenían que pasar por Yacuiba. En el periodo 1895-1914, los ingresos al erario nacional por concepto de la economía del caucho fueron bastante superiores o por lo menos iguales al del estaño y, por varios años, mayores que los generados por la plata y el estaño juntos.

Los magnates del caucho prendían sus habanos con billetes de cien dólares y aplacaban la sed de sus caballos con champaña helado en cubetas de plata. Sus esposas, que desdeñaban las aguas fangosas del Amazonas, enviaban la ropa sucia a Europa para que la lavaran allá. (Collis, 2012, p.1)

El colapso gomero antes de 1914 fue, debido al robo de semillas en Brasil por parte de los ingleses, en 1912 las semillas sacadas ilegalmente de la selva por el inglés Henry Wickman fueron plantadas en los invernaderos del Jardín Botánico de Kew, en Londres, y cuando las plantas brotaron fueron cuidadosamente acondicionadas y embarcadas para la India, Ceilán y Singapur, donde se las trasplantó en lugares especialmente preparados. De esas plantas, 1.700 en total, nació el vasto sistema de plantaciones de hevea de las Indias Orientales, que producía, antes de la invasión japonesa, en la segunda Guerra Mundial, el 95 % de la producción total de caucho natural. Sembradas en Asia, se producen plantaciones masivas de árboles Heveas brasiliensis en varias regiones asiáticas y africanas, y también porque se empezó a producir debido al estallido de la Primera Guerra Mundial caucho sintético en los países del primer mundo. Ambos factores provocaron la drástica caída de los precios que se pagaban en el mercado internacional. Bolivia no se pudo recuperar ni siquiera reemplazando las bolachas de goma por las láminas de goma que permitían reducir costos y mejorar la producción. La crisis fue tan fuerte que sí en 1910 la libra de goma elástica costaba 3 dólares u 8 chelines, en 1916 el precio se desploma hasta los 55 centavos de dólar o 2 chelines. Está crisis de la goma, afectaría la economía comercial de Yacuiba. 

Existe a comienzos del siglo XX en Yacuiba, no solamente una oficina de “Aduanilla” (Art. 6 del Reglamento General de Aduanas de la República de Bolivia, de 21 de enero de 1901), por los datos estadísticos recibidos en el Ministerio de Hacienda y los informes producidos por el Administrador de la Aduana de Tarija, sé evidencia que los ingresos de la Aduanilla de Yacuiba son de mayor importancia con relación a los de la Aduana principal de Tarija; habiéndose mejorado en el Presupuesto actual, tanto la dotación como el personal de dicha Aduanilla por lo cual el posterior Decreto Supremo de 25 de febrero de 1910 declara Aduana Nacional la Aduanilla de Yacuiba que dependía de la Aduana de Tarija establecida por Ley de 16 de Octubre de 1880 empezó a funcionar desde el 1 de marzo de 1881, día en que feneció el término de la licitación a que antes estuvo sujeta. Por Decreto Supremo de 20 de Mayo de 1888 queda establecido el Reglamento de Aduanas Aduana de Tarija, este Reglamento determinaba que las mercaderías extranjeras con destino a Tarija debían ser despachadas por la aduana del Rosario, con intervención del cónsul de Bolivia y que las mercaderías destinadas al departamento de Santa Cruz, debían pasar por la aduanilla de Yacuiba, donde se hará la confrontación con la guía de tránsito expedida por la aduana del Rosario y visada por el cónsul de Bolivia, confrontadas las mercaderías y liquidada la póliza con arreglo a la tarifa de avalúos, se cobrarán los derechos fiscales de importación en la misma aduanilla de Yacuiba, conforme al arancel vigente para 1888. Toda mercadería que llegase a Santa Cruz desde la Argentina que no tuviera la Guía de Tránsito entregada en la Aduanilla de Yacuiba debía ser decomisada. A su vez, las mercaderías para el consumo de las otras provincias de Tarija, también debían ser internadas por la aduanilla de Yacuiba, con la respectiva guía expedida por la aduana de Rosario, visada por el cónsul de Bolivia. El Reglamento de Aduanas de 1888 establecía que todos los recursos recaudados en la aduanilla de Yacuiba pertenecían a la aduana de Tarija a la cual se remitirán íntegramente, para el respectivo control el Cónsul de Bolivia en Rosario (República Argentina), pasaría quincenalmente a la aduana de Tarija una razón de las guías que hubiesen sido expedidas con destino a la aduanilla de Yacuiba. Los aranceles vigentes para 1900 son los establecidos por el Decreto Supremo de 16 de febrero de 1881 y por las Leyes de 16 de octubre de 1880 y de 26 de noviembre de 1886, según el artículo 3ro. de la Ley de 25 de noviembre de 1893 todas las mercaderías que son del dominio del comercio, serán admitidas en la república, sin más excepción que los artículos cuya circulación prohíban las leyes penales, las de seguridad y moral públicas y las relativas á efectos estancados, cuando se resolviere el estanco de algunos. Es así que durante las últimas décadas del siglo XIX y hasta 1910 que la Aduana de Tarija tenía en Yacuiba una Aduanilla.

Son sus aduanillas: Yacuiba, Salitre, el Pulario y Padcaya. Resguardo: Camacho. El comercio que se efectúa por esta aduana está limitado exclusivamente al departamento de Tarija. El flete de carga de un quintal métrico, desde la Cachuela "Esperanza", ya nombrada, por las vías de la Cordillera y Yacuiba, es el siguiente: Cachuela Esperanza a Santa Cruz Bs. 46, a Pampa Blanca, Estación del frente Bs. 46, del frente Bs. 46 ferrocarril norte argentino Bs. 34, al Rosario Bs. 9 a Buenos Aires Bs. 3. Total Bs. 92. (Ballivian, 1903, p.280-281)

A partir de la promulgación de la Ley de 25 de febrero de 1910, la Aduanilla de Yacuiba comienza a funcionar independientemente de la Aduana de Tarija, quedando reconocida en el carácter de Aduana. Al ser un punto de activo comercio durante la primera década del siglo XX, importantes casas comerciales como las famosas Casas importadoras de los tiempos del caucho de capital alemán “Zeller & Mosser” y la “Villinger & Cia” esta última fabricante y distribuidora desde 1888 de la Cerveza Brahma, ambas Casas Comerciales con Oficina Central para el oriente de Bolivia en la Ciudad de Santa Cruz de la Sierra que funcionaron con sucursales en Yacuiba hasta el 27 de enero de 1917, de igual manera otras casas comerciales provenientes del norte argentino y de Tarija instalan sucursales en Yacuiba.

Entre las firmas incrementadas en la zona que se dedicaban a un activísimo comercio en 1910, figuraban la Casa Trigo - hoy desaparecida - y que se encargaba de las transacciones bancarias, al igual que "La Providencia". También estaba la Casa Leach, importante firma que en el norte argentino, tenía y tiene aun, una vasta industria azucarera, y contaba entonces con oficinas en la calle Comercio, donde actualmente se encuentra ubicada la Casa Ridder. (Coto, 2005, p.93)

La Casa Comercial Leach, instalada en Yacuiba es parte de “Leach Hnos.” constituida en 1893 con oficina principal en la ciudad Argentina de Jujuy y que se convirtió en 1912 en Leach´s Argentine Estates Limited, firma comercial de capital británico que desde la década del 80 del siglo XIX son accionistas del Ingenio Azucarero “La Esperanza” en el norte argentino y que también tienen inversiones en la industria tabacalera de la región. La Providencia es igual una sucursal de una casa Comercial con oficina principal en 1900 en la ciudad de Santa Cruz de la Sierra que provee de artículos de importación desde la Argentina a las barracas caucheras del norte de Bolivia.

En el siglo XIX son emitidos por el Gobierno de Bolivia, la Ley de 19 de octubre de 1871 y el Decreto Supremo de 31 de diciembre de 1871 que Reglamentaba la adjudicación y explotación de las sustancias inorgánicas no metalíferas en el Territorio de Bolivia.

Son propiedad del Estado los depósitos, mantos, capas ú otros criaderos de sustancias inorgánicas como el bórax, amoniaco, cal, magnecia, yodo, alúmina, azufre, carbón de piedra, ulla, turba, betun fósil, recina fócil, alumbre, petróleo, boratos y demás que no sean metalíferas y sean aplicables á la industria, ya se encuentren en el interior de la tierra, ya en su superficie. (Art. 1 Decreto Supremo de 31 de diciembre de 1871)

Según el Decreto Supremo de 1871, todo individuo nacional ó extranjero puede adquirir y explotar las sustancias inorgánicas no metalíferas, conforme a las prescripciones de ese Decreto, a finales del siglo XX se produce un incremento de las expectativas relacionadas con la búsqueda y explotación del petróleo en la zona del Chaco Tarijeño, formándose sociedades dedicadas a la búsqueda de petróleo incluso integrada por ciudadanos de Yacuiba, por ejemplo los socios Fermín Barroso y José Moreno obtuvieron 60 estacas en 1910 en Yacuiba con el nombre "La Sobrina" (Dollz, 1994, p. 74), según el Decreto Supremo de 1871 la estaca en vetas ó filones será de 400 metros de longitud sobre el rumbo designado por el interesado, reducida la superficie a horizontal, con una latitud de 25 metros a cada lado y en profundidad ilimitada. La estaca en mantos, capas, bancos u otras formaciones análogas será de 800 metros de longitud sobre 800 de latitud con profundidad ilimitada. El terreno de una concesión puede ser objeto de investigaciones de otras sustancias útiles, sin perjuicio de los derechos de los primeros concesionarios que serán preferidos en igualdad de circunstancias á toda empresa nueva. La adjudicación de estacas para la explotación de sustancias inorgánicas, no importa la adjudicación en propiedad de la superficie del terreno, si no del usufructo por todo el tiempo que dure la explotación, debiendo volver a la propiedad del estado después de concluida, ó cuando según el código de minería, se haya prescrito el derecho de adjudicación por desamparo ó despueble. Siempre que la explotación de sustancias inorgánicas no metalíferas, se tuviese que hacer por pozos ó galerías subterráneas, el laboreo estará sujeto enteramente a las prescripciones del código de Minería.


Los buscadores de fortuna que habitaban está frontera creían que muy cerca de las Serranías de Yacuiba existían yacimientos de oro.

LA EDUCACIÓN EN YACUIBA EN LA PRIMER DÉCADA DEL SIGLO XX

A comienzos del Siglo XX, el advenimiento del Partido Liberal en el poder dio un nuevo rumbo a la cuestión educativa en todo el territorio de Bolivia “…el discurso de progreso, modernidad e industrialización exigía la necesidad de instruir y formar la mano de obra calificada, lo que implicaba que los futuros obreros y mineros sepan leer y escribir…” (Iño Daza, 2012, p.165) Yacuiba, cuenta para comienzos del Siglo XX con una escuela primaria que para 1901 contaba con dos Profesores Clodomiro Catacora con un sueldo de 11 Bolivianos y Felicidad de Garrabulí con un sueldo de 20 Bolivianos.

Se cuenta también con el siguiente listado sobre quienes se desempeñaban como maestros en el Chaco Tarijeño, en cuanto se refiere a los primeros años del siglo XX ya que para entonces en Bolivia la educación elemental todavía está en manos de las alcaldías: El año de 1901 funcionaba en Caiza la escuela “Bolívar” donde trabajaba el Prof. Pacífico Burgos con un sueldo de 20 Bs.- por mes, en Yacuiba funcionaba una escuela para varones y otra de mujeres donde trabajaban los Profesores Clodomiro Catacora con un sueldo de 11 Bs.- y Felicidad de Garrabulí con un sueldo de 20 Bs.-, en Caraparí funcionaba una escuela mixta a cargo de la Prof. Justina de Mendoza con un sueldo de 9 Bs.- por mes. Se desempeñan como educadores para 1905 en la región, los siguientes: En Yacuiba, Prof. Neptalí Cuellar y Prof. Enriqueta Delfín; en El Palmar, Prof. Encarnación Meriles, en Itaú el Prof. Florencio López, en Caraparí, Prof. David Pacheco; en Saladillo, Prof. Rosa L. de Michel; en Caiza, Prof. Rufino Paz y la Prof. Corina Gómez. (Claros, 2012)


El Decreto Supremo de 21 de febrero de 1905, establece crear Escuelas Fiscales en Caiza y Yacuiba, estas escuelas eran elementales y la enseñanza impartida era conforme al respectivo programa dictado por el Ministerio de Instrucción. Cada uno de los profesores que trabajarían en estás escuelas recibían un sueldo mensual de cincuenta bolivianos. Mediante la Ley de 3 de octubre de 1905, se crean escuelas fiscales en Caiza, Yacuiba y Caraparí. La educación boliviana tuvo un lento desarrollo en el siglo XIX debido a la inestabilidad política y al bajo crecimiento económico durante este siglo. Por tanto, el país ingresó al siglo XX con un sistema educativo limitado y tradicional. Con los Liberales, comenzó la gradual recuperación de las escuelas de los municipios. Hasta entonces (1905) las escuelas estaban bajo la tuición de los municipios.

YACUIBA, EN LA PRIMER DÉCADA DEL SIGLO XX; CAMINOS, LÍMITES FRONTERIZOS, BANDIDAJE Y EL FERROCARRIL.

La idea de un Ferrocarril que desde la República Argentina (Formosa) llegase hasta Caiza pasando por Yacuiba era una idea que ya había sido considerada en 1889 cuando Émile-Arthur Thouar al retornar a Buenos Aires de su viaje al Chaco, “…se esfuerza por obtener la concesión necesaria para construir un ferrocarril desde Formosa, en la República Argentina, hasta Caiza, en Bolivia…” (Daily Alta California, 1889, p.4) desde la perspectiva de Thouar, para finales del Siglo XIX el Chaco Tarijeño es una región muy importante por las riquezas existentes en este territorio.

Thouar dice: «Por el Pilcomayo como vía natural abierta á la navegación, ó por el trazado de un ferrocarril paralelo á la dirección de este río á través del Chaco Central, se abre á las ricas provincias de Bolivia una vía de comunicación económica y rápida» bajo esta inspiración presentó al examen del gobierno argentino un doble proyecto de canalización del Pilcomayo y de una línea férrea que debía unir el puerto de Formosa con Caiza, capital del Chaco boliviano, situada al pie de los Andes. (Gomez, 1906, p.123)

Al otro lado de la frontera, en la República Argentina en 1890 se vivió una crisis política y económica que comenzó a ser superada para mediados de la última década del Siglo XIX, lo que permitió a la República Argentina reactivar las obras para la conexión Ferroviaria con Bolivia.

A medida que se superaba la crisis económica de 1890, se retomó el ritmo en la construcción ferroviaria. El Estado reactivó las obras en las provincias del Noroeste y buscó mejorar la funcionalidad de sus líneas, con dos metas: una, con un criterio estratégico, era el acceso a las regiones de reciente ocupación y la conexión ferroviaria con Bolivia. (Salerno, 2008, p.662)

La construcción del Ferrocarril en el lado argentino, significa también el incremento de la presencia extranjera en Yacuiba, el porcentaje de ciudadanos extranjeros en Yacuiba en 1900 ya era significativo, sin embargo no todos los extranjeros tenían “buenas intenciones”.

La aproximación del Ferrocarril Central Norte á la Frontera hace que lleguen mayor número de inmigrantes y que los ataques á la propiedad sean más frecuentes, debiendo aumentarse el número de rondas para la mejor vigilancia y prevenir la comisión de delitos. También se ha aumentado el pre de los rondas de 80 centavos a un boliviano, porque con esa pequeña remuneración no hay quien quiera hacer este duro servicio. (Bolivia, 1907, p.61)

En 1902, el explorador español Juan Gonzales Montenegro, explorando la misma zona recorre la quebrada de Yacuiba y sus inmediaciones, “…Desde Oran a través Yacuiva Gran Chaco, desde el Yacuiva a Crevaux y Acre, y luego en la inexplorada formidables regiones de Bermejo y Tarija, González Montenegro, encuentra valiosos descubrimientos geográficos y mineralógicos…” (Marco, 2001, p.19), Juan Gonzales Montenegro entre 1900 y 1905 permaneció en las selvas del Chaco.

En el último decenio del siglo anterior, Yacuiba, era el paso obligado para los viajeros que desde Santa Cruz de la Sierra, a lomo de mula, viajaban hasta la ciudad argentina de Salta, especialmente por motivos, comerciales, o simplemente familiares. En aquellos años el bandidaje se enseñoreaba en los senderos chaqueños, constituyendo un grave peligro para la vida de quienes se aventuraban en el camino. No solamente los cuatreros se hacían presentes, sino también tribus indómitas de indios Tobas, habitantes del Pilcomayo, asolaban la región Chaqueña con sus depredaciones. (Coto, 2005, p.87)

Para 1904, el Gobierno de la República Argentina estaba licitando la construcción de un nuevo camino que pueda vincular sus poblaciones del norte con la población de Yacuiba: “…Llamase a licitación por el término de 30 días para la construcción de los caminos de Rio de las Piedras a Oran y de Rio de las Piedras a Yacuiba (Provincia de Salta). Los planos y documentos, están a disposición de los interesados, en la inspección General de Puentes y Caminos (Casa de Gobierno, 3er. Piso), donde se abrirán las propuestas, el 7 de Diciembre del Corriente año, a las 2 p.m. - Buenos Aires, Noviembre 8 de 1904…” (Boletín Oficial de la República Argentina. Año XII. Num. 3319. Buenos Aires, Martes 8 de noviembre de 1904), por entonces (1904) aún se discutía la cuestión de límites y la pertenencia de Yacuiba a la nación Boliviana. Al final, con relación a la cuestión de límites el gobierno argentino aparecía – según la prensa argentina de la época -regalando a Bolivia el territorio de Yacuiba, obteniendo en cambio algunas ventajas muy pobres en el trazado de la línea limítrofe al oeste; mientras unos denunciaban que el Ministro Argentino había aceptado la doctrina boliviana admitiendo que el paralelo 22 fue mal fijado “…por errores imaginarios al aceptar la determinación magnética en vez de la astronómica…”, (Diez de Medina, 1955, p. 139), en cambio; para Bolivia la cuestión pasaba por retener el territorio de Yacuiba porque se trataba de una población habitada por Bolivianos, “…no se debe ya imponer mayores sacrificios al noble pueblo Tarijeño: lo justo, lo legitimo será la compensación recíproca de Santa Victoria por Yacuiba capital de Provincia, y por el Tartagal, baluarte avanzado de las conquistas tarijeñas contra la barbarie, sobre las fronteras del desierto…” (Paz, 1919, p.724), en los primeros años del Siglo XX, la villa de Yacuiba sigue creciendo en población.

A partir del hito N° 17, ya colocado, la línea divisoria bajará siguiendo la serranía de Ipaguazú, por los puntos S.R.Q.P.O.N.M.L.K.J.I.H. indicados en el plan número dos del relevamiento general, hasta un punto que determina el paralelo que pasa por la junta de los arroyos Yacuiva y Pocitos; continuará por este paralelo hasta encontrar el río Caraparí, desde cuyo punto seguirá la línea en la dirección ya establecida en los convenios de 14 de Mayo de 1898 y 23 de Abril de 1902. (Biblioteca Digital de Tratados del Ministerio de Relaciones Exteriores y Culto de Argentina. Convenio modificando el trazo de la línea de frontera al llegar al pueblo de Yacuiba a fin de que este pueblo y zona adyacente queden en territorio boliviano. Buenos aires, 28 de enero de 1904)

Mientras la cuestión de límites aún se discutía, el bandidaje se enseñoreaba en la región, producto sobre todo de una limitada presencia policiaca y militar; hacia 1910 en el Chaco; Aguairenda era la base más importante, y el Fortín Ballivian en el río Pilcomayo era el principal puesto de avanzada. Las condiciones eran extremadamente duras, siendo necesario tolerar la presencia de rabonas y confiar en la mano de obra de indígenas sometidos a las guarniciones. El régimen en estos puestos fronterizos parece haber sido bastante menos severo y eficaz que el impuesto en el interior. (Dunkerley, 2006, p.136), está situación genera que sean normales los actos de robo realizados por nacionales y extranjeros, administrar la justicia era una situación complicada en Yacuiba en 1900 sí bien existía un proyecto ya desde el 28 de agosto de 1898 para la creación de un juzgado y Fiscalía de Partido en las provincias de Salinas y el Gran Chaco.

 (…) Los robos de ganado que se realizaban entre diciembre y marzo, cuando los cuatreros indios y criollos, combinados con los compradores bolivianos que venían en esa época, aprovechaban los meses en que se producía el relevo de los conscriptos que guarnecían los establecimientos militares. Numerosos contingentes de indios y criollos argentinos, alzados contra la explotación y la miseria en aquellos pagos, asaltaban fincas, chacras, obrajes y estancias, para ejercer una justificada reacción contra quienes los condenaban al exterminio del hambre y del fusil. Esa durísima vida se prolongó por décadas, producto de la escasez de caminos y el abandono de los abiertos en el monte, el auge del cuatrerismo y el bandidaje y la insuficiencia de control policial. (Figallo, 2001, pp. 9-10)

Esta situación, obligaba que las autoridades para 1904 incrementen la presencia policiaca en Yacuiba.

En las Provincias continúa el pésimo servicio policiario y mientras los señores Subprefectos no dispongan siquiera de dos soldados celadores, el orden público y las garantías reales y personales, estarán á merced del buen sentido de los habitantes. En mi informe anterior yá hice presente esta notable falta y solicité dos celadores para cada provincia, los que, además, podrían servir para cooperar al cobro del impuesto territorial; pues sensible es tener que expresar que la mayor parte de los contribuyentes de este impuesto, no lo cancelan mientras no se ponga en movimiento la fuerza pública. Esta falta ocasiona también el ningún ingreso de multas en las Provincias, cuya recaudación y respectiva rendición de cuentas, ha sido tantas veces recomendada por el señor Ministro de Hacienda. (Bolivia, 1904, p.161) 

Al inicio del Siglo XX, en Bolivia la policía afrontaba serias dificultades, no sólo por la cuestión salarial, sino por las malas condiciones de vida de los funcionarios policiales, “…en muchos casos, los cuarteles eran alquilados, en otros, las instalaciones policiales compartían locales prefecturales menesterosos y marginales…” (Quintana, 2005, p.31), la falta de recursos económicos para sostener el trabajo policial fue una constante a lo largo de todo el período de gobierno del partido liberal.

MAPA 1
 MAPA 1: Fuente, Memoria que presenta el Ministro de Gobierno y Fomento Doctor Aníbal Capriles ante el Congreso Ordinario de 1907. Edición Oficial. La Paz. Imprenta Artística Castillo y Ca. 1907

Para 1907, Bolivia pretende mejorar la vinculación caminera de Yacuiba con el interior mediante la construcción el camino de Yacuiba a Lagunillas y Santa Cruz pasando por la misión de San Francisco Solano, hoy Villa Montes, y Charagua con ramal á Lagunillas desde este último punto. (Bolivia, 1907, pp. 191-192). Otro camino importante es el que se dirige al Chaco y que ha sido entregado en contrata al señor Samuel Arce, en la sección de Tarija á San Luis, debiendo trabajarse desde este lugar hasta Caiza, por el señor Julian Rocha. Por esta vía se hace la extracción de ganado que provee á todos los minerales del sud de la República (Bolivia, 1907, p.65) en 1908 Leocadio Trigo informaba que habían sido abiertos el camino carretero de Yacuiba a Villa Montes que debe seguir hasta Santa Cruz, y el camino de herradura directo a Tarija (Trigo, 1908, p.44), pero la vinculación caminera de Yacuiba no sólo es importante con el Departamento de Santa Cruz, sino también con el interior del departamento de Tarija en 1907 se construyo con el fin de facilitar los medios de comunicación entre Villa Montes y Caiza un camino que partiendo de Villa Montes, termine en el camino real que conduce de San Luis á Caiza, pasando por la Misión de Chiméo. El contratista Sr. Bernabé Araoz, tomó por su cuenta la apertura del camino de Lagunillas á Yacuiba, ha principiado la sección de Villa Montes á Yacuiba (Bolivia, 1907, p.12).

para la apertura de un camino carretero de Yacuiba á Santa Cruz, en su primera sección, hasta Charagua y Lagunillas y dividiendo esta última en tres partes de las que la primera abarca la comprendida entre Yacuiba y Villa Montes. Su entrega al servicio público ha de verificarse el día de hoy, previo recibo encomendado a la Subprefectura del Gran Chaco por intermedio de la Prefectura de Tarija. Esta vía cuya prosecución no interrumpida activa y atiende eficazmente el Ministerio de Fomento, ha de llenar necesidades muy sentidas por el Oriente y el Sud de la República. (Bolivia, 1907, p.46)

Producto de la Ley de 23 de septiembre de 1910, la sociedad Yacuibeña soñó con la próxima construcción antes de 1912 de una línea de Ferrocarril desde Yacuiba hasta Puerto Rojas. La construcción y diseño de la vía para este Ferrocarril estaba bajo la responsabilidad del señor James Simpson Witthon, para construir y explotar un ferrocarril que, partiendo de la población de Yacuiba, llegue hasta Puerto Rojas, pasando por la ciudad de Santa Cruz; en los siguientes términos: “…Otórgase al señor James Simpson Witthon, una concesión para construir y explotar un ferrocarril que, partiendo de la población de Yacuiba, sobre la frontera Argentina, llegue hasta Puerto Rojas, en la confluencia de los ríos Grande y Piray, pasando por la ciudad de Santa Cruz…” (Art. 1, Ley de 23 de septiembre de 1910), el Señor James Simpson Witthon era representante de la Eastern Bolivia Railway Company; el ferrocarril propuesto tendría la trocha de un metro, y una línea telegráfica en la extensión de 740 kilómetros. El mencionado ferrocarril gozaría un privilegio de zona de cuarenta kilómetros a cada lado de la línea, durante el término de treinta años de la concesión. El concesionario la empresa "Ferrocarril Este de Bolivia" Eastern Bolivia Railway Company, según la Ley de 23 de septiembre de 1910 podría también construir caminos carreteros ó de herradura, para satisfacer las conveniencias del tráfico, haciendo, extensivo á ellos la declaratoria de utilidad para los efectos de las expropiaciones. Esta propuesta, que debía vincular Yacuiba con Puerto Rojas antes de 1912, fue modificada pero al final jamás se materializo.

“…Considerando que la construcción del ferrocarril depende de la construcción de la línea argentina hasta la frontera, la empresa por su parte y el Gobierno de Bolivia por la suya, gestionarán ante el Gobierno Argentino la conclusión de la línea á la frontera, produciéndose la caducidad de la concesión de 23 de septiembre de 1910, de acuerdo con su artículo 5 °., si á los dos años de firmada la escritura, dichas gestiones no hubieran dado resultado alguno, pero, si al expirar ese plazo, la línea argentina estuviera próxima á construirse, el Gobierno de Bolivia lo tendrá en cuenta y concederá á la empresa una prórroga en el plazo fijado…” (Art. 6. Ley de 24 de noviembre de 1911)

La causal para el abandono del proyecto del Ferrocarril que vincularía Yacuiba con el interior del país se debió al colapso gomero que forzó al abandono del proyecto durante más de dos décadas. El 3 de octubre de 1910, es promulgada la Ley General de Ferrocarriles.

YACUIBA, 1907 LA LUZ Y EL TELEGRAFO.

Para el año de 1907, en Yacuiba Pedro Lea Plaza, instaló un pequeño motor para 20 focos en su propiedad ubicada en la calle Comercio, y con el cual proveía de luz al vecindario inmediato “…dos años después, ya no había más motorcito. Y no se piense que se debía a mala fe de los vecinos de entonces, que le robaron corriente. No lo precario del motor y la falta de reparaciones, determinó que su propietario lo archivara en los fondos de su casa…” (Coto, 2005, p.131), en 1910 apareció en Yacuiba otra "usina", esta vez de propiedad de Carlos Zimmerman, que contando con un motor más grande que el anterior administrado con caldera a leña, daba luz a un radio más extenso; cinco calles y veinte viviendas.

En 1907 también se inicio el tendido de una nueva línea telegráfica desde Tarija hasta San Luis, por el Inspector de Telégrafos del Sud señor David Lucuy. Esta Línea era importante para Tarija, porque permitiría una mejor comunicación con el Chaco.

Para que esta obra sea completa es necesario extender la línea en el año entrante á Villa Montes, pasando por Caiza, y construir un ramal á Yacuiba, región que ha tomado en los últimos tiempos gran importancia. (Bolivia, 1907, p.63)

A comienzos del siglo XX, el telégrafo era considerado como un auxiliar poderoso del comercio ya que simplificaba mucho sus transacciones, ya que toda operación importante de interés comercial es tramitada por este medio que para comienzos del siglo XX era más rápido y seguro que utilizar el correo postal.

EN 1905 YACUIBA, NUEVAMENTE CAPITAL DEL GRAN CHACO.

A consecuencia del terremoto de 23 de marzo de 1899, funcionaba en Caiza como medida de precaución asumida por la Prefectura de aquel Departamento, desde 1899 la Junta Municipal Provincial hasta el año 1905 en que paso a Yacuiba, por orden del Ministerio de Gobierno y Fomento presidido por el Ministro Anibal Capriles que mediante Orden Nro. 18 de 1 de mayo de 1905 disponiendo el traslado de la condición de Capital de Caiza a Yacuiba, considerando que las construcciones especiales que se han hecho en el mencionado pueblo reemplazan ventajosamente los antiguos edificios; que la mejor administración de la Provincia y la vigilancia aduanera lo reclamana, se resuelve: Restitúyase la Capital de la Provincia del Gran Chaco á la Villa de Yacuiba; debiendo trasladarse á ella todas las autoridades provinciales que hasta el presente residan en el pueblo de Caiza.

a solicitud de los vecinos de Yacuiba, del departamento de Tarija, y, en consideración á que la Ley de 19 de octubre de 1880 fija dicha Villa como Capital de la Provincia del Gran Chaco, se ha dispuesto por resolución de 13 de mayo último, que se restituya la capital de la expresa provincia a la Villa de Yacuiba, debiendo trasladarse á élla las autoridades provinciales que hasta esa fecha han residido en el pueblo de Caiza, á consecuencia del terremoto de marzo de 1899. Se ha hecho excepción de esta medida con la Junta Municipal, por la naturaleza de su institución y porque en breve la nueva Junta deberá ser elegida yá en la Capital. (Bolivia, 1906, p.16)

Para 1904, la junta Municipal del Gran Chaco con Sede en Caiza estaba compuesta por un Presidente el Señor Felisardo Terceros, un Vicepresidente el Señor Tristán Mejías y un Secretario el Señor Andrés Gómez; se desempeñaba como Subprefecto de la Provincia Gran Chaco en 1904 el Señor Emilio Araoz.

desempeñaba interinamente la Sub-prefectura del Gran Chaco, el señor Emilio Araoz, quien fué confirmado constitucionalmente en su puesto. Es recomendable la laboriosidad y contracción con que este meritorio funcionario cumple sus deberes. (Bolivia, 1906, p.60)

Debido a las constantes reclamaciones de ayuda que hacían los jefes superiores de colonias con asiento en Caiza y la Subprefectura de la Provincia del Chaco. En 1904 el Dr. Leocadio Trigo como Prefecto Departamental, organizó una expedición (Trigo, 1908, p.149) con el objetivo de reprimir a las tribus tobas del Pilcomayo.

Los pocos hombres que salieron de Tarija fueron colaborados ampliamente en Caiza, quedando integrada la expedición de la siguiente manera: Leocadio Trigo como Delegado Nacional, Cnl. Liborio Martinez, Emilio Aroz, Oficial Manuel Raña, Pedro Torrez, Zacarías Avila, Antonio Gomez e Isidoro Ortiz; 35 soldados, carpinteros, intérpretes, herreros, practicos, etc. haciendo un total de 56 hombres, a los cuales se agregaron tres capitanes Tobas: Talcoliqui, Burica y Yaguarezca. De Caiza partieron el 20 de diciembre de 1904 y el 25 ya estaban fundando el fortín D'Orbigni en la línea del paralelo 22º. Más abajo estaba el fortin Murillo ó Palo Marcado, fundado por Mariano Gomez, quien era todo un campeón para estar allí haciendo frente a los continuos asaltos de los salvajes. El 30 de diciembre los expedicionarios llegaron a los Esteros de Patiño, cumpliendo una gran hazaña y siguiendo la misma ruta de la expedición de Daniel Campos. (Trigo, 1908, p.150)

En 1905, es promulgado el Decreto Supremo de 25 de abril que plantea el objetivo de atraer una ola de inmigrantes ya sea de manera aislada en organizaciones o empresas dividiendo extensos territorios nacionales en 8 zonas destinadas a la colonización extranjera, clasificando como la Zona “H” reservada para la implementación de un Plan de Colonización, la comprendida dentro del Departamento de Tarija, Provincia del Gran Chaco que abarcaba el territorio que se extiende entre el paralelo 21, el río Pilcomayo, el meridiano 61 y una paralela al curso del río, situada á los 111 kilómetros de distancia. Superficie 30,250 kilómetros cuadrados. El posterior Decreto Supremo de 17 de octubre de 1905, pone bajo la dependencia del Ministerio de Colonización y Agricultura las misiones existentes y las que llegaren a fundarse; entre las que se encontraban las existentes en el Chaco Tarijeño.

En síntesis, el Ejecutivo boliviano parecía decidido a propiciar una progresiva secularización de las misiones cuyos habitantes, mezclados con los colonizadores nacionales o extranjeros que arribaran a la zona, serían los mejores garantes de la soberanía de Bolivia en los territorios fronterizos. (García Jordan, 1998, pp. 59-60)

Para 1906, el Regimiento “Tarija” 2° de Caballería, dividido en cuatro escuadrones, brindaba el servicio de los fortines en el Chaco. La región del Chaco, se mantiene a partir de 1905 en perfecta calma, cesando las periódicas invasiones de los Tobas; situación debida, en gran parte, á la política suave y paternal desplegada por la Delegación. Sólo un jefe toba para 1906, suele presentarse con pretensiones hostiles y agresivas. Según informaba el Delegado Leocadio Trigo al Gobierno Nacional “…A este mismo jefe, cuando viene á nuestros centros poblados, se le recibe con benevolencia y buen trato...” (Bolivia, 1907, p.11)

Como consecuencia de la sequía, que asoló los cultivos en el pasado año, la población indígena sufrió una terrible escasez de víveres, en gran parte, aliviada con las oportunas medidas adoptadas por el Delegado Nacional. Se distribuyeron alimentos y vestidos á los menesterosos y á los niños de las escuelas durante los días de desgracia y se acudió á satisfacer las más urgentes necesidades de aquellas pobres gentes. (Bolivia, 1907, p.11)

A partir del 1 de enero de 1906 entra en vigencia el nuevo Reglamento de Misiones promulgado mediante Decreto Supremo de 23 de diciembre de 1905 “…en el nuevo reglamento los indígenas continuaban siendo considerados menores bajo la tutela misionera…” (García Jordan, 1998, p.58), las autoridades políticas del Chaco Tarijeño, durante los años de 1899 a 1905 cuando la capital es trasladad de Yacuiba a Caiza, deben lidiar constantemente contra el bandidaje y los indios que continuaban realizando actos de robo en las haciendas de los criollos.

En 1907, se desarrollan los comicios con tranquilidad en Yacuiba,  sólo en la ciudad de Tarija se producen algunos incidentes donde la lucha sólo ha tenido lugar entre fracciones del Partido Liberal, “…a las que se han plegado los adeptos del extinguido partido Conservador, habiendo obtenido el triunfo completo la Unión Liberal…” (Bolivia, 1907, p.56) así también se desarrollan en Yacuiba.

Se han efectuado elecciones para municipes suplentes en las Provincias Arce, Gran Chaco y Méndez, con lo que su personal ha quedado completo. (Bolivia, 1906, p.62)

En el año 1899 el Partido Liberal tomó el poder enseguida de una insurrección y una guerra civil. En el desarrollo de los acontecimientos, el ala conservadora de ese partido tomó el gobierno y desplazó al ala liberal consecuente, condenándola a la oposición. Es más, el ala reaccionaria del liberalismo traicionó la revolución y mantuvo el viejo régimen sin ninguna modificación. El liberalismo desde comienzos del siglo XX y durante los siguientes 20 años y más de gobierno forma su estructura social, ligando a sus partidarios por intereses de toda clase, por combinaciones financieras y el apoyo mutuo.

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