lunes, 31 de octubre de 2016

Como un tonto embriagado... un poema de José Luis Claros López



Por culpa de la magía de tú mirada
estaba como hipnotizado
completamente dominado,
en el espejo de tus ojos aprisionado,
como un tonto embriagado
por tu piel perfumada
y tú me decias las más crueles cosas
y en ese momento sólo queria,
no decirte ninguna tonteria
solamente regalarte rosas,
para enojarte más y así provocar;
que la historia continue sin acabar...



domingo, 9 de octubre de 2016

La Columna de Jose: LA FERIA DEL LIBRO EN YACUIBA



La Columna de Jose (*)

LA FERIA DEL LIBRO EN YACUIBA

Durante la última semana de septiembre de 2016, se realizo como todos los años la Feria del Libro en Yacuiba, pero la Feria del Libro considero que no debería ser únicamente un espacio para vender libros, paralelamente se debería realizar coloquios sobre la importancia de la lectura, pero también debería ser el escenario ideal para que la juventud de Yacuiba descubra que también existe una producción importante de autores “de aquí”, quizás uno de los más reconocidos a nivel nacional sea el autor de la “Tirinea” Jesús Urzagasti (1941-2013), pero durante los días que se realizó la feria la única obra de un Yacuibeño perdida en un mar de otros libros que se comercializaban, era una reconocible “versión pirata” del conocido “Cuentos y Leyendas” de René Aguilera Fierro. Realmente que mal andamos en materia de promoción cultural, de revalorización de nuestra literatura y de nuestra historia local; el otro día por ejemplo en una conversación con unos amigos, ellos sostenían que Yacuiba fue fundada por Manuel Rodríguez Magariños el 22 de noviembre de 1841 y no había como convencerles de lo contrario por más que citaba una tras otra las evidencias históricas de que la mañana del 22 de noviembre de 1841 el supuesto fundador de Yacuiba ingresaba en Tacna un lugar a miles de kilómetros de distancia, realmente que tristeza que los Yacuibeños prefieran aceptar mentiras a buscar la verdad, que lástima que prefieran comprar libros piratas de autores locales a comprar la versión original, que pena realmente que nuestra biblioteca pública no sea un verdadero repositorio local de nuestra historia, nuestra literatura y cultura. Ni siquiera hasta ahora se conforma una comisión que pueda sintetizar toda la historia de Yacuiba en un solo texto, los niños yacuibeños saben más de la historia de Mongolia que de nuestra propia historia, sin ir más lejos ningún niño de Yacuiba cuando llega el 6 de agosto conoce que la guerra de independencia también se desarrollo en esta zona de la patria.

De que sirven las ferias de libros, sí sólo se privilegia la difusión de autores de otros lados, existe un poeta muy reconocido por la cadencia de sus versos agiles y de tono sentimental llamado José Luis Padilla que vive actualmente en Villa Montes autor de un poemario que solamente una vez fue exhibido en la Feria del Libro de Yacuiba, pero no por la invitación de los organizadores, sino por la insistencia de otro expositor también Yacuibeño y ambos tuvieron que peregrinar buscando un espacio cual vendedores ambulantes de baratijas sin valor. Cada vez que se desarrolla la Feria del Libro en Yacuiba, los autores locales son ignorados ó relegados a una mesita en un rincón. Mi experiencia personal tampoco es de las mejores publique mi primer obra literaria un libro de cuentos el 2009 aquel primer libro “La Niña y El Fantasma” mereció una página entera en Brújula que viene a ser la más reconocida revista literaria de Bolivia, mis siguientes 4 libros fueron objeto de invitaciones para difundir mi obra literaria en lugares como Villazon, Tarija y Bermejo recibiendo también buenas críticas por parte de periodistas culturales, sin embargo jamás he recibido una invitación para participar de la feria del Libro de Yacuiba y vivo en Yacuiba y nací en Yacuiba, alguna vez incluso de manera “clandestina” vendía mis libros de cuento y poesía porque al igual que otros autores yacuibeños la Feria del Libro es un espacio vedado para los autores locales, a veces creo que la principal razón de tal desprecio es porque no hemos publicado lo suficiente (cada año que no me invitaron a la Feria del Libro de Yacuiba publique un nuevo libro ya van 6 obras de mi autoría que conseguí publicar bajo sello independiente) de todas maneras hay que seguir escribiendo, nunca falta un lector que sin querer lee alguno de mis cuentos descubriendo una Yacuiba donde el realismo mágico sí existe.

(*) El autor José Luis Claros López, es Comunicador Social y Escritor. 

Fotografía del Twitter de José Luis Claros López

sábado, 8 de octubre de 2016

La Columna de Jose: EL PASO DEL CHE POR YACUIBA



La Columna de Jose (*)
EL PASO DEL CHE POR YACUIBA

¿Sabías qué Ernesto Guevara “El Che” camino por las calles de Yacuiba?… caminaba una tarde de diciembre de finales del año 2003 por la zona de la Terminal de Yacuiba, cuando me llamó la atención un mural pintado en plena esquina era una estrella grande y roja bordeada de blanco sobre una pared vieja de color tierra, quede intrigado con el mural, porque lo hicieron, quien ó quienes eran los autores, muchos años después descubrí que los autores del mural eran Rodolfo Saavedra y Mariela Aguirrezabal dos conocidos artistas del mural originarios de Rosario (Argentina), así supe también que la tarde gris y fría del martes 7 de julio de 1953 un joven llamado Ernesto Guevara junto con otro amigo abordaban en la Estación de Retiro con un salto uno de los vagones del Ferrocarril Belgrano, eran ya las 4 de la tarde y el tren internacional que se dirigía a Yacuiba-Pocitos en Bolivia recibía orden de partida y comenzaba a moverse pesadamente, con estruendo de fierros y vapores, al otro lado cruzando una quebrada estaba la ciudad Boliviana de Yacuiba. A principios de la década de los 50, la familia Guevara de la Serna contrató a una trabajadora del hogar, Sabina Portugal. Juan Martín Guevara, el hermano menor de cinco, cuenta que era una mujer de origen aymara, que aunque no vestía de pollera, tenía todos los rasgos de una campesina trabajadora. Según recuerda, ella fue la amiga y cómplice de Ernesto Che Guevara, a quien motivó para interesarse en Bolivia. Asegura que las largas conversaciones entre ambos  sobre el país pudo haber impactado al líder revolucionario, que un día decidió viajar al país durante la época de la revolución. Para julio de 1953, Ernesto Guevara conoce fugazmente las calles de Yacuiba, las recorre se alberga por un día en un hotel de paso ubicado en la calle Santa Cruz cerca del Mercado Central, luego con la imposibilidad de continuar ruta rumbo a La Paz en ferrocarril se ve obligado a cambiar de ruta regresan al lado argentino y a la ruta del Ferrocarril Belgrano pero su siguiente parada será la Quiaca el lugar desde donde abordarán un nuevo tren rumbo a La Paz un año antes la revolución había triunfado, esos eran los días de julio de 1953 y el joven doctor, el futuro Che, caminaba a encontrarse con la historia. 

 Pintada de un mural para el documental "Che 40 80 50", en la ciudad de Yacuiba (Bolivia).

El 9 de octubre de 1967, el Ejército de Bolivia dio el anuncio oficial de la muerte de Ernesto Guevara de la Serna. El 28 de junio de 1997, un equipo de investigadores encontró sus restos en una fosa común en un lugar cercano a Vallegrande (Bolivia). Existe un documental poco conocido es obra de Francisco Matiozzi el documental tiene por título: “Che 40 80 50” narra en un breve fragmento el paso de Ernesto Guevara por Yacuiba. Como muchos otros fragmentos de la historia no oficial de Yacuiba, el breve paso del Che por Yacuiba es uno de esos fragmentos que no son por nadie recordados. El mural que indicaba en el comienzo de la presente columna ya no existe, el año 2010 lo taparon con pintura de propaganda política durante las elecciones subnacionales de aquel año, lamentablemente nadie les dijo a los pintores que aquel mural era obra de unos artistas rosarinos, seguramente creyeron que se trataba de un dibujo cualquiera.

(*) José Luis Claros López, es Comunicador Social y Escritor.   

martes, 4 de octubre de 2016

La Columna de Jose: EL INCENDIO DEL MERCADO CAMPESINO EN YACUIBA



La Columna de Jose (*)
EL INCENDIO DEL MERCADO CAMPESINO EN YACUIBA

El 8 de julio de 2014 Marcial Rengifo realizaba en Yacuiba la presentación de los carros bomberos adquiridos en su gestión, e implementó el proyecto: Fortalecimiento al Comando de Frontera Policial Unidad de Bomberos – Yacuiba, con el objetivo de brindar una respuesta oportuna a la población, para llamadas de emergencia por motivo de incendios en 15 minutos, como tiempo promedio de respuesta, durante las 24 horas del día y los 365 días del año. A comienzo de la década de los años 90 Yacuiba carecía de una estación de bomberos, una noche trágica una vela produjo un incendio de magnitudes que arraso rápidamente con un precario e improvisado espacio comercial instalado en predios de la empresa de Ferrocarriles donde cientos de vendedores habían instalado precarias casetas para la venta mayoritaria de ropa. Después de aquel incendio se produjeron otros incendios en Yacuiba, cada nuevo incendio hacia renacer los pedidos de que se invierta en comprar un carro bombero y así pasaron los años, los meses y los días… La noche del 3 de octubre de 2016, será una noche que muchas familias Yacuibeñas recordaran con profundo pesar deseando borrarla de su memoria, aún no se sabe con certeza que produjo que se inicie un incendio que durante varias horas fue imparable, al final el “Mercado Campesino” de Yacuiba que abarca toda un manzano fue consumido por las llamas, hasta los panes y las verduras ardieron, el fuego arrasaba todo a su paso al punto que las columnas que sostenían el tinglado parece que cederán en cualquier momento, amenazando con venirse abajo, durante varios minutos de desesperación los integrantes de la Guardia Municipal arriesgando su vida sin la protección adecuada trataban de apagar el fuego, recorrer en aquel momento los pasillos era encontrarse con el calor infernal del incendio y el humo denso de los plásticos que se quemaban haciendo prácticamente imposible aquel intento desesperado de vencer al fuego sin los recursos suficientes; los llantos de los vendedores que habían perdido todo eran incontenibles, desobedecían los gritos de desalojar que les daban los policías para evitar que sus vidas corran riesgo, en medio de la tragedia, varios antisociales comenzaron el saqueo campante y sin restricciones; realizaban sus fechorías mimetizándose con habilidad entre la gente desesperada que intentaban rescatar con sus manos todo lo que podían salvar de sus tiendas, varios cisternas llegaron para tratar de suplir a los carros bomberos que se pedían a gritos, bomberos de Salvador Mazza cruzaban la frontera para tratar de ayudar, cientos de vecinos conmovidos se movilizaron para llegar a la zona del desastre y tratar de ayudar de alguna manera pero comprendiendo que ya no se podía hacer nada, se retiraban, muchos otros “mirones” permanecían en la zona y sin comprenderlo perjudicaban el avance de los vehículos que llegaban al lugar para intentar combatir el fuego, ante la ola de saqueos la seguridad del mercado intentaba cerrar las puertas de ingreso, se podían escuchar gritos pidiendo agua provenientes de distintos lugares del interior del mercado, la gente desesperada desafiaba todo con tal de rescatar y proteger “lo que sea” de su capital de trabajo, no les importaba que varias garrafas explotaban a sólo escasos metros de distancia, un hombre conseguía romper los candados y el cristal que protegían una efigie de la Virgen María y se la llevaba en medio de un angosto pasillo bordeado de fuego, hasta conseguir alcanzar una de las salidas, afuera en las calles que rodeaban la infraestructura del Mercado, varias heladeras, ropa, aparadores, mesas, es decir de todo se amontonaba como un desorden de naufragio en medio de charcos de agua, por uno de los techos una gata con el pelaje chamuscado avanza hasta lanzarse a la calzada para luego desaparecer en medio de las sombras de la calle llevando colgado de sus fauces un cachorrito, los guardias municipales y la policía son rebasados, los policías militares llegan y el superior les ordena que eviten que más personas ingresen al interior del Mercado; declara inmediatamente a los medios de comunicación: “no somos bomberos… esto es una bomba de tiempo” y las horas pasan el incendio continua sin poder ser sofocado en su totalidad, el servicio eléctrico es cortado en toda la zona que permanece iluminada por las llamas del fuego que fue derrumbando con su fuerza. Al final un horrible olor a quemado, acompañaban un escenario dantesco donde los escombros y las cenizas, eran lo único que había dejado el fuego, el incendio producido en el Mercado Campesino de la Ciudad de Yacuiba en sólo un par de horas había destruido lo que para muchas familias significaban no solamente años de sacrificio sino que también eran la única fuente de ingresos para su economía.

Yacuiba, disfruto de grandes conciertos durante los últimos 10 años, una década cuando los abundantes ingresos permitían a las Autoridades, escuchar una y otra vez los aplausos por las inauguraciones de algún gran proyecto; pero parece que durante aquellos largos 10 años, no priorizaron la prevención de posibles desastres como el sucedido a las miles de familias Yacuibeñas víctimas la noche del 3 de octubre de un incendió que destruyo el mayor Mercado de la ciudad, lamentablemente la infraestructura del Mercado Campesino tenía ya varios años, era prácticamente un canchón que abarcaba todo un manzano protegido por un gigantesco tinglado, con cientos de instalaciones eléctricas que fueron realizadas sin seguir ciertos protocolos de seguridad, un espacio donde la informalidad del trabajo imposibilitaba que los bienes de cada vendedor estén asegurados contra infortunios como el sucedido, cuando el humo y las cenizas se disipen, deberán iniciarse las investigaciones necesarias para determinar las causales del incendio, pero hasta que se den con las conclusiones, lamentablemente para la mayoría de los afectados la vida les depara un destino incierto, por tanto deberán reponerse del golpe sufrido y continuar. De las cenizas también puede volver a renacer la vida.   

(*) El autor José Luis Claros López, es Comunicador Social y Escritor.

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