En el Chaco
Tarijeño, una de las páginas de la historia oficial indica que Pedro Lozano,
sacerdote jesuita fundó Caraparí el 20 de agosto de 1658. Con respecto a éste
punto, en algunos sitios web se reporta que Lozano realizó ese acto por
disposición de Luis de Fuentes y Vargas, sin embargo, existen imprecisiones en
ambos relatos. Pedro Lozano, no estaba vivo en 1658. Él, nació en Madrid el año
de 1697. Tampoco Luis de Fuentes y Vargas, podía dar esa orden en 1658, porque había
fallecido en 1598.
Con el paso de los
años, en el municipio de Caraparí fueron emitidos instrumentos normativos como
la Ley Municipal Nro. 025 de 12 de agosto de 2015, que no solamente da legalidad
al hecho fundacional, producido según la historia oficial el 20 de agosto de
1658, sino que perpetúan en el imaginario de la población al igual como en
otros casos que suceden en el Chaco Tarijeño, un hecho erróneo que se repite
incluso en la boca de los educadores que parafrasean como ciertos e incuestionables,
hechos falseados pero aprendidos de memoria por las autoridades políticas y es
que a veces, en lugar de conocer la verdadera historia, se prefiere difundir
una historia oficial llena de omisiones y en varios casos hasta de mentiras; por
ejemplo en Yacuiba, Capital de la Región Autónoma del Chaco Tarijeño, se
persiste hasta el hartazgo en sostener que su acto fundacional es realizado por
un ser sobrenatural con la capacidad de poder estar al mismo tiempo en dos
lugares distantes uno de otro por miles de kilómetros.
Algo similar
sucede, con el caso de la fundación de Caraparí, atribuida por igual a un sevillano
que ya había fallecido y a un sacerdote jesuita todavía no nacido; la
perpetuación de una fabulación semejante genera una incorrecta invención de la tradición.
¿Cuándo se
destinarán recursos y se generarán espacios para el revisionismo histórico en
el Chaco Tarijeño? Es una pregunta, difícil de responder en un momento cuando
la historia, el conocimiento y la educación, no son una prioridad en la
elaboración de las políticas públicas en Yacuiba, Villa Montes o Caraparí, vivimos
un tiempo en el cual desconocer nuestro pasado y negar nuestra historia, sólo
puede llevarnos a cometer una y otra vez los mismos errores de un pasado no
estudiado con la seriedad necesaria.
(*) El autor José
Luis Claros López, es Director de la Fundación Nemboati, Comunicador Social y
Escritor.
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