miércoles, 6 de diciembre de 2017

La Columna de Jose EL ANDINOCENTRISMO CULTURAL Y EL MASIFASCISMO

La Columna de Jose (*)
EL ANDINOCENTRISMO CULTURAL Y EL MASIFASCISMO

Comprender la acuciante situación de Bolivia es una tarea necesaria para generar propuestas positivas de cambio que permitan construir la nación boliviana, sin clases humilladas y con justicia social. Pero al comprender esta situación también comprendemos hasta qué punto el “andinocentrismo cultural” de manera violenta y odiosa pretende perpetuar su decisión no consensuada de imponer su voluntad con el pretexto de satisfacer los deseos de una “supuesta mayoría excluida”, sin respetar los derechos manifiestos en la actual Constitución Política del Estado, instrumentalizando conceptos como “socialismo del siglo XXI”, materializando la corrupción más descarada y una prebendalista política pública de asistencialismo gubernamental a cambio de doblegar la voluntad individual y colectiva de las grandes mayorías, donde el culto al caudillo y el ciego convencimiento que solo existe una verdad, la verdad oficial editada y difundida hasta el cansancio en una suerte de monstruoso cambalache de discursos, mensajes y propaganda preparada para simular el sonido de las palabras de la conocida marcha de la Internacional: “arriba los pobres del mundo, de pie los esclavos sin pan” Pero una cosa es el disfraz de socialistas y otra es la realidad.

El andinocentrismo cultural es el nuevo ideologuema adoptado para la instrumentalización del odio como doctrina dirigida a la obtención del poder absoluto, el andinocentrismo cultural aborrece las reglas del sistema democrático, desprecia el discenso, critica constantemente a todos los que se oponen o cuestionan su forma de hacer política. Comprendemos ahora, que el andinocentrismo cultural aprovechó el desgaste de la clase política que gobernaba por medio de la democracia pactada, para luego al estilo fascistoide utilizar las reglas de la democracia para transitar la ruta hacía un sistema totalitario. Es evidente que el andinocentrismo cultural y el masifascismo practicaron desde su ascensión al poder una política sucesiva del engaño y la mentira, de instrumentalización del odio y de una confrontación permanente. Será difícil superar el odio y polarización al nivel de violencia de tipo “bifurcatorio” que es el resultado del andinocentrismo cultural, pero el pueblo boliviano más temprano que tarde comprenderá que tanta violencia y aplicación sistemática del engaño, no son el camino para la construcción de la nación boliviana. La esperanza permanece todavía y es posible incluso que de estas ruinas; se levanten los pilares y se construya realmente el pacto social incluyente al que todos aspiramos, pero para que esto suceda es necesario la derrota electoral del andinocentrismo cultural que ha fracasado en su intento por silenciar a la Bolivia Democrática.


* El Autor es José Luis Claros López, Comunicador Social y Escritor.

Fotografía: Charles Chaplin, en una Escena de la Película El Gran Dictador.

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