Dulce es desde enero una de las estudiantes de la clase de Teatro que se dictaba en La Casa del Arte. El joven profesor se acerca a ella para explicarle que “El actor debe abandonar todas sus costumbres, comenzar desde el silencio, desde la calma, desde la inmovilidad, a construir hasta el más insignificante movimiento, descubriendo el cómo hacerlo, siendo consciente del proceso”.
Dulce esa tarde decidió estudiar los parlamentos de su personaje en una solitaria plaza, por esa razón sentada en una banca repasaba en voz baja su parte en el libreto sin darse cuenta en que momento ese hombre vestido completamente de un simple color negro y con la cara pintada de blanco se acerco a ella y empezó a realizar los gestos y movimientos corporales propios de un mimo para explicarle sin utilizar las palabras que le parecía interesante las cosas que ella decía. Dulce entonces le pregunto al mimo si quería escuchar un poema que ella había escrito aquella mañana. El mimo entonces corto una flor de un arbusto imaginario y se lo entrego a Dulce, ella sonrió y con sus manos agarro una hermosa rosa imaginaria que el mimo le ofreció. Luego comenzó a leerle los sencillos versos de un poema que el mimo escuchaba, no necesitaba decir ninguna palabra, sus ojos expresaban un verdadero interés y cuando Dulce termino de leer el poema que ella había escrito, en el rostro pintado de blanco del mimo se dibujo una sonrisa.
No hay comentarios:
Publicar un comentario