martes, 29 de noviembre de 2011

LA COLUMNA DE JOSE: Vértigo

LA COLUMNA DE JOSE
Por José Luis Claros López (1)
Vértigo

Presenciar la puesta en escena de una obra donde se suceden de forma acelerada los cambios en el descubrimiento de una realidad que para el personaje principal es desconocida en el inicio de la búsqueda por reconstruir un lugar al cual llamar hogar, es interesante pero por otro lado no habría estado de más en el caso de la obra teatral “Vértigo” interpretada por el Elenco Teatral ESPAADY intentar adaptar este guión de 1967 pues antes y desde los primeros ensayos se debió pensar que los términos coloquiales y otros detalles de los parlamentos utilizados corresponden a un estadio histórico distinto al que vivimos hoy en consecuencia, una adaptación del mismo habría facilitado una mejor asimilación por parte del público asistente, quienes por momentos comenzaban a perderse por culpa de un lenguaje demasiado formal y ya no utilizado de no ser por la interacción a la que se llega en un momento determinado de la obra que facilita retomar la idea inicial y continuar acompañando a “El Mendigo” interpretado por el actor Johan Gumucio mientras va guiando a un desafortunado “Alberto” interpretado por el actor Israel Cruz, sin embargo el teatro es algo más que aprenderse de memoria los parlamentos, es sentir las cosas que se dice apropiarse de las palabras y decirlas en el tono que corresponde y al comienzo de la puesta en escena de “Vértigo” dirigida por Denisse Sánchez e interpretada por el Elenco Teatral “ESPAADY” se puede notar que los actores tienen el temor de no recordar lo que deben decir y tienen miedo de improvisar por eso los errores por momentos no tan notorios se hacen evidentes al llegar a la escena de la aparición de “Lucas” interpretado por el actor Mauricio Quispe Rejas, quien por otro lado consigue sobreponerse a los errores iniciales y apoderarse del personaje colocándole a sus palabras dirigidas a quien dice ser su progenitor el toque adecuado de desprecio, en un arrebato de furia que descubre a los ojos del público a un personaje déspota, materialista e inhumano.

Sin lugar a dudas el Director como sus actores llegaron a concentrarse demasiado en el guión y dejaron de lado algunos aspectos importantes como ser la escenografía y la caracterización visual de los personajes ante el público que no solo asiste a ver como el Mendigo en un lenguaje por momentos cantinflesco guía a un desafortunado Alberto, sino también que asiste al descubrimiento de la madurez en el escenario de ambos actores que a un comienzo tienen los temores característicos de quien debe reír o llorar en el escenario para poder alcanzar del público el aplauso que premie su esfuerzo y también se puede presenciar la triste realidad que vive una familia producto de la crisis sufrida por los veinte años de ausencia de la figura paterna y el comprender que también en el presente la sociedad igual que aquel 1967 continua quitándole al ser humano lo que le hace humano: sus sentimientos.  Asistiendo a esa serie de reales encuentros, Alberto encuentra a otro de sus hijos “Pablo” interpretado por el actor Samuel Ribera Salgueiro, quien cuando el telón cae logra generar en el público la misma sensación de tristeza que deja el payaso, sin lugar a dudas al llegar a este momento de la obra es que Gastón Suárez consigue una metáfora brillante igual como Juan De Dios Peza logro con Garrik en la historia contada en versos del poema “Reír Llorando”. Es por esa circunstancia que Alberto por ser un artista no puede hacer otra cosa más que mostrar su arte viviendo la triste vida de ser aplaudido por el cuadro pintado y no por la vida vivida y deja ir de su lado a su padre quien abandona la escena. Para luego encontrarnos con un desafortunado Alberto que se siente triste porque ninguno de los que llama “hijos” puede acompañarle y desprecia la compañía del pobre mendigo que abandona el escenario, mientras Alberto comprende que a su lado a estado no solo un mendigo diciéndole que puede vivir junto a el compartiendo su realidad de mendigo, sino también un hijo que le pide que le acompañe en su vida y que ahora ya no lo abandone y comprendiendo esto se levanta y corre a buscarlo mientras el telón cae.

Pero no es hasta llegar a la escena final del Drama “Vértigo” escrito por Gastón Suárez y dirigido por Denisse Sánchez que se comprende lo bello del teatro, cuando el Elenco Teatral del Colegio “ESPAADY” con las notas de una guitarra consiguieron hacer real la magia posible y despertar en el público la emoción de saber que la vida a pesar de todo continúa y que vale la pena vivirla porque la vida es bella por eso también es interesante asistir a ver lo que produce el elenco teatral del colegio ESPAADY piezas de dramaturgia seleccionadas que encierran como siempre aquel deseo de transmitir un mensaje de valores propio de la educación que se imparte cada día en sus aulas.
Email.: jlcarpediem@hotmail.es
Web.: http://www.jlcl.nemboati.com
(1) El autor es Director de Contenidos de NEMBOATI.com escribe cuento, poesía y dramaturgia. Forma parte de la nueva generación de la Unión de Escritores de Tarija. Fue Responsable del Elenco Teatral “GRUTA”, en Noviembre de 2009 público el libro “La Niña y El Fantasma Y Otros Relatos”. Reconocido en mayo de 2010 por el Municipio de Villazon.

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