La Columna de Jose (*)
LA COMUNALIDAD Y LA PARTICIPACIÓN CIUDADANA EN LAS
POLÍTICAS PÚBLICAS LOCALES.
Comunalidad, es lo opuesto a la individualidad, es
una apuesta por otra visión del mundo una en donde no son el mercado ni el
poder los motores de la existencia. Para el etnólogo José Manuel Del Val, “la
comunalidad es una articulación de lo humano, toca presente, pasado y futuro”.
Justamente para el caso yacuibeño, existe una especie de voto secreto
establecido por las elites locales que tiene por objetivo la negación del
pasado, el olvido como una mala señal para que luego de un cierto tiempo se
vuelvan a cometer los mismos errores. Alcides Arguedas, atribuyo al ex presidente
boliviano José María Achá haber dicho: “Bolivia no tiene memoria”. Tal parece
que Yacuiba, tampoco tiene memoria, cuando trasladamos está concepción a la
cuestión de la elaboración de planes, programa y proyectos que deben ser parte
de una agenda de un Plan de acción que implemente políticas públicas que posean
la cualidad de tener continuidad y no sólo responder a factores coyunturales,
encontramos que casi todo lo que se propone para los vecinos, se transforman con
el tiempo en elefantes blancos, se puede definir a un “elefante blanco” como activos
que tienen un costo de mantenimiento mayor que los beneficios que pueden
aportar. También se puede extender a aquellos que proporcionan beneficios a
unos, pero ocasionan problemas a otros.
Por esa razón es importante, que los vecinos se den
cuenta que deben despertar y hacer a un lado su silencio en temas políticos,
tienen que ser capaces no sólo de criticar, sino también de proponer y ayudar con
la propuesta desde abajo en la construcción de una Yacuiba mejor. Los de abajo,
los vecinos yacuibeños de todos los barrios y sus comunidades, debemos asumir
también la corresponsabilidad en la situación actual de crisis que vive
Yacuiba, la solución de la crisis es un plan de emergencia, pero también es
cambiar el modelo, cambiando el modelo local e implementando desde abajo
políticas públicas en espacios de participación ciudadana podremos garantizar
la planificación de recursos públicos, en planes, programas y proyectos que
beneficien a todos pero también se necesita garantizar un permanente control
social. No basta con cambiar autoridades, cambiar autoridades es como cambiar
al conductor, pero el conductor sólo conduce y el pueblo acompaña, sí el pueblo
acompaña entonces debe asumir la responsabilidad de permanecer despierto y
advertir al conductor las equivocaciones que cometa para que así pueda conducirnos
a todos rumbo al buen destino al que deseamos llegar. La crisis financiera que
golpea cada día más los hogares yacuibeños, es un problema, como también es un
problema la disminución de la confianza en la clase política para gestar
políticas públicas que de verdad solucionen los problemas de la gente, pero no
existen problemas que no tengan solución; como dijo Lyndon Johnson: “No hay
problema que no podamos resolver juntos, y muy pocos que podamos resolver por
nosotros mismos”.
(*) El autor, José Luis Claros López es Comunicador
Social y Director de la Fundación Nemboati.
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