La columna de Jose (*)
LOS YACUIBEÑOS EL 2018
UTLIZAREMOS EL 2% DEL PRESUPUESTO MUNICIPAL PARA REALIZAR REFERÉNDUMS
Los políticos yacuibeños, los hay
buenos y los hay malos, a los malos el pueblo deberá en su momento castigar en
las urnas, pero ahora va el siguiente detalle vivimos el peor año de una recesión
financiera que golpea la economía local, pero a nuestra clase política local,
esta situación parece importarle muy poco, sí según señalaba Ramiro Vallejos esperaban
recibir para el 2018 un aproximado de 221 millones de bolivianos, eso quiere
decir que durante los siguientes meses, para materializar los referéndum por
cartas orgánicas y el revocatorio serán gastados el equivalente al dos por
ciento del presupuesto total del gobierno municipal.
A finales de agosto del presente
año, los yacuibeños vamos a encontrarnos frente a las urnas con una escaza información,
pero deberemos decidir entre aceptar un contrato social a la fuerza o empezar
de cero, considerando que restan solamente algo así de 14 semanas para la
realización del referéndum de aprobación de la carta orgánica municipal. De
acuerdo con la información proporcionada por autoridades locales y por
funcionarios del Tribunal Electoral Departamental (TED) de Tarija, el costo del
referéndum por la carta orgánica municipal yacuibeña será de aproximadamente
dos millones de bolivianos. Supongamos que será casi un costo similar el
realizar todo lo necesario para realizar sí saliera procedente, alguno o ambos revocatorios
de mandato que actualmente fueron planteados, fueron entregados en la fecha
prevista los libros para revocar al actual alcalde de Yacuiba Ramiro Vallejos y
al asambleísta departamental Wilman Cardozo.
Los recursos para solventar el
costo de ambos referéndums, provienen del cada vez más disminuido presupuesto
del gobierno municipal, que por esta causa deberá ser modificado. Las consecuencias
significarán, que alguna obra, plan, programa o proyecto por implementarse o ya
en ejecución será eliminado inevitablemente o paralizado indefinidamente, quizás
en el mejor de los casos postergado para el año 2019, pero por otro lado la decisión
de cual obra paralizar o cual proyecto eliminar, será difícil y además generará
un costo político tremendo. Esperemos que la decisión sea la que menor impacto negativo
produzca para una sociedad local cada vez más golpeada por las malas noticias y
por la recesión financiera que afecta la frágil economía de los hogares yacuibeños.
Un estudio presentado el pasado mes de marzo, por la Fundación Nemboati revelaba
la existencia en nuestro municipio de una grave situación en lo que se refiere
al tema del empleo, por citar un ejemplo el 88% de la población de San José de
Pocitos está desempleada. Por otro lado, existen familias yacuibeñas que
cocinan con diez bolivianos al día, la falta de vivienda es también otro
problema que nadie quiere ver, el movimiento Sin Techo yacuibeño ha crecido
dramáticamente hasta la cifra del 800% durante los últimos 4 años. La
inseguridad ciudadana, la calidad de los servicios básicos que no satisfacen al
vecino, son elementos que hablan de una Yacuiba que no sólo está en crisis, sino
que vive una gran depresión. Capaz que ningún vecino piensa en este momento que
la clase política local pueda sacar a Yacuiba de la gran depresión. Y ahora, ¿Quién
podrá salvarnos?
(*) El autor, José Luis Claros
López es Director de la Fundación Nemboati, Comunicador Social y Escritor.
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