domingo, 6 de mayo de 2018

HAGAMOS UNA YACUIBA MEJOR

La Columna de Jose (*)
HAGAMOS UNA YACUIBA MEJOR
Para el mes de agosto de 2018, los yacuibeños deberán decidir si aprueban o rechazan el proyecto de carta orgánica, elaborada años atrás, entiéndase que se trata de una pesada herencia política, que los actuales concejales municipales luego de su revisión por las instancias correspondientes deben socializar, lo cual no significa que tomen partido para su aprobación. No debemos olvidar que la carta orgánica yacuibeña, es el resultado del nomeimportismo de diversos sectores sumado a una mala estrategia de apertura para la inclusión de la opinión de la sociedad civil, situación que permitió que al final el proyecto sea un conjunto arbitrario de imposiciones. En esa lógica, existen cuatro consideraciones iniciales para rechazar el proyecto, en el referéndum de consulta.
El primer aspecto, el proyecto pretende perpetuar una incoherencia histórica relacionada con la identidad local, no se puede aplicar en esta situación la teoría de Eric Hobsbawm, sobre la invención de la tradición porque sí como sociedad desconocemos nuestra propia historia estaríamos condenándonos a repetir los errores del pasado. El siguiente aspecto, tiene que ver con el asunto de la geometría del poder, relacionada con los mecanismos para la selección de los representantes del ejecutivo municipal en los distritos que reclaman mayor descentralización administrativa y es que la planificación desde arriba, sucede que los vecinos están ausentes de las políticas públicas en esto el actual proyecto no es más que la perpetuación de un modelo caducado que no permite que la población se apropie de los planes, programas y proyectos que se implementan. El tercer aspecto, tiene que ver con la planificación y el control social, elementos que son necesarios para la construcción del concepto de “comunalidad” y lamentablemente la propuesta de Carta Orgánica que deben votar los yacuibeños, no es más que una visión muy ambigua, foránea con la cual se pretendería que transitemos el resto del siglo 21 con un andamiaje normativo inspirado en un municipalismo excluyente de las grandes mayorías sin el espíritu de la participación popular. El cuarto aspecto tiene que ver con la manera que fue diseñada la propuesta, en su momento existió poca información, pero también la sociedad civil organizada; pecó de nomeimportista, el resultado final es un proyecto que no representa realmente a las diversas realidades que son parte de nuestro municipio.
El desconocimiento y la dejadez, ya no debe ser la excusa para que nos impongan desde arriba destinarnos al abismo, por eso desde abajo los yacuibeños debemos atrevernos a cuestionar un proyecto que, de ser aprobado, permitirá que por varios años todo siga igual, para que hagamos una Yacuiba mejor para todos hay que cambiar el modelo.

(*) El autor, José Luis Claros López es Director de la fundación Nemboati, Comunicador Social y Escritor. 

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