La Columna de Jose (*)
HAGAMOS UNA YACUIBA MEJOR
Para el mes de agosto de 2018, los
yacuibeños deberán decidir si aprueban o rechazan el proyecto de carta
orgánica, elaborada años atrás, entiéndase que se trata de una pesada herencia
política, que los actuales concejales municipales luego de su revisión por las instancias
correspondientes deben socializar, lo cual no significa que tomen partido para
su aprobación. No debemos olvidar que la carta orgánica yacuibeña, es el
resultado del nomeimportismo de diversos sectores sumado a una mala estrategia
de apertura para la inclusión de la opinión de la sociedad civil, situación que
permitió que al final el proyecto sea un conjunto arbitrario de imposiciones.
En esa lógica, existen cuatro consideraciones iniciales para rechazar el
proyecto, en el referéndum de consulta.
El primer aspecto, el proyecto
pretende perpetuar una incoherencia histórica relacionada con la identidad
local, no se puede aplicar en esta situación la teoría de Eric Hobsbawm, sobre
la invención de la tradición porque sí como sociedad desconocemos nuestra
propia historia estaríamos condenándonos a repetir los errores del pasado. El
siguiente aspecto, tiene que ver con el asunto de la geometría del poder, relacionada
con los mecanismos para la selección de los representantes del ejecutivo
municipal en los distritos que reclaman mayor descentralización administrativa
y es que la planificación desde arriba, sucede que los vecinos están ausentes de
las políticas públicas en esto el actual proyecto no es más que la perpetuación
de un modelo caducado que no permite que la población se apropie de los planes,
programas y proyectos que se implementan. El tercer aspecto, tiene que ver con
la planificación y el control social, elementos que son necesarios para la
construcción del concepto de “comunalidad” y lamentablemente la propuesta de
Carta Orgánica que deben votar los yacuibeños, no es más que una visión muy
ambigua, foránea con la cual se pretendería que transitemos el resto del siglo
21 con un andamiaje normativo inspirado en un municipalismo excluyente de las
grandes mayorías sin el espíritu de la participación popular. El cuarto aspecto
tiene que ver con la manera que fue diseñada la propuesta, en su momento existió
poca información, pero también la sociedad civil organizada; pecó de
nomeimportista, el resultado final es un proyecto que no representa realmente a
las diversas realidades que son parte de nuestro municipio.
El desconocimiento y la dejadez, ya
no debe ser la excusa para que nos impongan desde arriba destinarnos al abismo,
por eso desde abajo los yacuibeños debemos atrevernos a cuestionar un proyecto
que, de ser aprobado, permitirá que por varios años todo siga igual, para que hagamos
una Yacuiba mejor para todos hay que cambiar el modelo.
(*) El autor, José Luis Claros
López es Director de la fundación Nemboati, Comunicador Social y Escritor.
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