Educación superior pública virtual, errores y aciertos en la
universidad de los tarijeños
Por José Luis Claros López (*)
En un pasaje de la obra, La Celestina, escrita en el siglo
XV por Fernando de Rojas, el personaje llamado Calisto, lamenta: “Por mucho que
madrugue, no amanece más pronto”. Con el tiempo, la expresión, se aplica en el
momento de aconsejar la inconveniencia de precipitarse.
La Universidad Autónoma
Juan Misael Saracho (UAJMS) universidad de los tarijeños, decidió reiniciar el 18 de mayo de 2020; las clases.
El Gobierno Nacional, implementó una cuarentena total en todo el país por Emergencia Sanitaria, en marzo y que con el DS 4229 continua hasta el 31 de mayo. El citado decreto, entre lo dispuesto por su artículo 2, ordena la “suspensión temporal de clases presenciales en todos los niveles y modalidades educativa”.
El Gobierno Nacional, implementó una cuarentena total en todo el país por Emergencia Sanitaria, en marzo y que con el DS 4229 continua hasta el 31 de mayo. El citado decreto, entre lo dispuesto por su artículo 2, ordena la “suspensión temporal de clases presenciales en todos los niveles y modalidades educativa”.
Al retornar precipitadamente a clases, la UAJMS, contrarió
al Gobierno Nacional, el llevar la contra, sí es para bien y produce buenos
resultados, estaría formidable. Pero, en éste caso la universidad de los
tarijeños, ejecuta con las clases virtuales un sistema desordenado y
excluyente.
La UAJMS, pretender continuar las clases, sin cambiar nada,
manteniendo un sistema de calificaciones obsoleto, que menosprecia el esfuerzo
académico del estudiante. Un sistema que redujo el proceso de
enseñanza-aprendizaje (PEA) a la obligación de ir a clases. Menoscabando así la
interacción social o poner la teoría en práctica. En la UAJMS, a partir del año
2000, comenzó la deshumanización de la educación.
Con excusas diversas, la mercantilización ganó terreno, las
ventajas tecnológicas no fueron aprovechadas para masificar la educación
superior pública. Freire lo explicaba, en la Pedagogía del Oprimido (1997) “Enseñar
no es transferir conocimiento, sino crear las posibilidades para su producción
o su construcción. Quien enseña aprende al enseñar y quien enseña aprende a
aprender”.
Pero la universidad de los tarijeños, que acabó con la
educación superior nocturna, dejando a los trabajadores sin oportunidades. ¿Comprenderá
la importancia de la responsabilidad social? ¿Entenderá la necesidad de que
todos tengan las mismas oportunidades? ¿Aceptará que la razón de ser de la
universidad son los estudiantes?
Con los hechos, al implementar el plan de retorno a clases
olvidando considerar distintos factores, demuestra que la respuesta será
negativa.
La UAJMS, debate desde 2016, realizar cambios para salir del
oscurantismo intelectual como resultado de una educación memorística. Retrotrayéndonos
en el tiempo, a finales del siglo XX, la universidad de los tarijeños, también
pasó por un proceso caracterizado por ilusionar con cambiar y transformar la
educación. Pero aplicar recetas foráneas nunca llevará por buen camino.
Escuchar para corregir errores, es importante, pero la
UAJMS, prefiere menospreciar las sugerencias. Encerrada entre sus murallas, el
alma de la universidad sigue prisionera. Rechazar las críticas de una oposición
constructiva, no tapará los problemas para siempre. La historia nos demuestra,
que ir por ese camino no es la mejor opción.
Actualmente, los problemas que afectan la educación superior
pública en la UAJMS, se puede resumir en el acceso de sus estudiantes al
servicio de internet.
La universidad de los tarijeños, prefiere no vincular la
situación económica del estudiante con el PEA, cuando éste también es un factor
a tomar en cuenta. ¿Acaso un estudiante con el estómago vació puede atender en
clases? ¿Un trabajador que pasa 10 o 12 horas trabajando podrá también cumplir
con el horario regular de clases?
Ante las interrogantes, la UAJMS, dejo a los estudiantes dos
opciones: “estudiar” o “trabajar” y no se habló más, del asunto. Pero ahora, la
realidad difiere a la normalidad de antes. Ahora más que nunca, la cuestión
económica es un factor que debería ser vinculante con la educación superior
pública.
Varias voces, en la UAJMS, de los estamentos docente y
estudiantil, además de las autoridades, prefieren caer en la miopía de creer
verdades relativas. Prefieren negar, que sólo el 5 por ciento de la población en
Bolivia tiene acceso a internet ilimitado. Y sin ese factor, cómo pueden
acceder a una educación virtual de calidad los estudiantes.
De acuerdo con la Agencia de Gobierno Electrónico y
Tecnologías de Información y Comunicación (AGETIC), 94% de los usuarios se
conecta mediante celular y conexiones móviles a internet. Es decir, el internet
que fue declarado como un derecho humano, en el caso de Bolivia todavía su acceso es bastante
limitado para la población.
Sin embargo, la universidad de los tarijeños, igual que las
autoridades nacionales del Gobierno de Transición, hablan de la educación
virtual pero no ponen los medios.
Que fácil, es decir, ahora el calendario académico se
reformulará prolongando las clases del semestre I/2020 hasta septiembre. Pero
eso no es el fondo del problema, no se trata de aumentar o quitar días de
clases. De lo que se trata, es de que todos tengan igualdad de oportunidades.
Sí la UAJMS, fuera una Universidad completamente privada, no
habría problemas, para que hagan lo que quieran. Los estudiantes, sí fueran
clientes de la UAJMS, en base a la oferta y demanda realizarían un análisis y tomarían
una decisión. Pero no es así, la UAJMS es una universidad pública.
La razón de ser de la Universidad son los estudiantes y la
UAJMS, pretende olvidar que su misión es servir a todo el estudiantado. Prefiere
caer en el despropósito de continuar el calendario académico, aplicando el
principio darwiniano, de sobrevivencia del más apto. En éste caso, el más apto,
es aquel con los recursos económicos suficientes para continuar estudiando. ¿Dónde
queda entonces la educación pública? Esta situación, refleja los males del
capitalismo entre los cuales también está la mercantilización del conocimiento.
En Bolivia, la Ley 342 dispone desde 2013, que los
estudiantes universitarios del sistema público tendrán acceso gratuito a
internet dentro de las universidades. Pero ahora con las universidades
cerradas, la Universidad debe proporcionar ese beneficio a los estudiantes.
Educación superior pública virtual en la UAJMS, los aciertos.
El principal acierto, consistiría en el hecho mismo de
aceptar su implementación. Obviamente, no lo realizan por voluntad propia sino
por el peso de los acontecimientos.
No debemos olvidar, que la UAJMS, inició un programa desde
2014, que benefició a los docentes con la otorgación de un equipo de
computación. Además, durante los últimos años desarrolló diversas
capacitaciones para promover la utilización de las nuevas tecnologías en el
PEA, por parte de los docentes.
La UAJMS, fue pionera en los primeros años del siglo XXI en
la implementación de un gobierno electrónico y la inserción de los estudiantes
a ese sistema.
Educación superior pública virtual en la UAJMS, los errores.
Los errores, son varios, pero podríamos resumirlos en los
siguientes seis puntos planteados como un petitorio por los estudiantes que
convocaron a un Paro Virtual que se realizó el pasado 26 de mayo.
1. Cumplimiento
de promesas realizadas por las autoridades (desde 2014), para otorgar
gratuitamente a los estudiantes universitarios acceso a internet y
computadoras.
2. Creación de
una plataforma virtual, que no tenga costo en datos al estudiante, para que
pueda continuar con su formación profesional.
3. Extender a
todas las materias un sistema de cursos a ritmo propio, es decir que ya no
estén regulados por una temporalidad arbitraria y que así los estudiantes
puedan ingresar en cualquier momento del día y tengan la oportunidad de
presentar sus tareas y pruebas hasta la conclusión del semestre regular.
4. Flexibilizar
el sistema de calificaciones permitiendo al estudiante aprobar con 51 en
evaluación continua y anular el parámetro de obligatoriedad de asistencia a las
clases virtuales y mantener únicamente la calificación por el cumplimiento de
las actividades virtuales como participación en foros, tareas y pruebas.
5. Implementar
ayudantías virtuales en la totalidad de materias (teóricas y prácticas),
impartidas por auxiliares de cátedra.
6. Dejar sin
efecto la Resolución Rectoral 12/10 para garantizar la permanencia de los
estudiantes.
Profundizar en un debate y encontrar soluciones a estos seis
aspectos, permitirá que la educación superior pública virtual se consolide.
Masificando así la educación superior en el departamento de Tarija.
(*) El autor José Luis Claros López, es Comunicador Social y
Escritor.
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