LA UNIDAD DE LOS HERMANOS CHAQUEÑOS ESTÁ POR
ENCIMA DE TODO
Por José Luis Claros López
"Los hermanos sean unidos porque ésa es
la ley primera. Tengan unión verdadera en cualquier tiempo que sea, porque si
entre ellos se pelean, los devoran los de afuera", lo decía José Hernández
en su obra El Gaucho Martín Fierro.
En la Región Autónoma del Chaco, sus pueblos,
están unidos por una hermandad, que conoce bien el abandono y la postergación. Por
esa razón, están construyendo desde hace años, un proyecto propio de Autonomía
Regional, que se basa en ideas como la distribución igualitaria de los recursos
económicos y la integración de sus pueblos. En realidad, yacuibeños y
villamontinos, están unidos por historia, cultura y por un lazo de hermandad que
no debería disolverse fácilmente.
Pero, cada cierto tiempo, aparecen por el
Chaco, ciertos aliados del centralismo tarijeño, que buscan sembrar cizaña
entre los chaqueños. Ellos, se rasgan las vestiduras por el tema límites, con
la intención de ganar protagonismo a costa de repetir un discurso belicista,
que beneficia únicamente a la Capital del Departamento. Porque mientras más distraídos,
los chaqueños, en problemas internos, pues mejor para el centralismo. Un
centralismo, que ya se asustó bastante, cuando vio que los chaqueños, querían
construir una institucionalidad más fuerte con la conformación de la Asociación
de Municipios del Chaco (AMDECHACO). Las élites políticas en la capital del
departamento, que se benefician generando conflictos, no tienen dificultad en
conseguir aliados en el Chaco, dispuestos a ser los pirómanos de turno.
Esperando que villamontinos y yacuibeños, como
dos desconocidos, se saquen los ojos, para diversión de algunos politiqueros,
que buscan a toda costa, sucedan cosas malas a las actuales autoridades del
Chaco. A éstas alturas, es evidente que la sensatez política y anhelos de
construcción de una Región fuerte, que caracterizan a Carlos Brú, Ermas Perez y
Rubén Vaca, provocan malestar entre los “compadres” de una elite tarijeña que
ve al Chaco como su patio trasero.
En fin, es evidente que la cuestión de límites
entre Yacuiba y Villa Montes, no se resolverá bajo la sombra de un lapacho,
pero la decisión final, no debería quebrar el espíritu del Pacto del Quebracho,
que inspiró la conformación de la primer Región Autónoma de Bolivia.
Hay quien dijo una vez que las fronteras son
líneas imaginarias, que solamente dividen a los hermanos. En el caso del problema
de definición, del límite territorial intradepartamental entre los municipios
que componen la Región Autónoma del Chaco, específicamente Yacuiba y Villa
Montes. Debemos comprender, que de acuerdo con la Ley N° 339, sí existe un área
en conflicto.
El área en conflicto es, “el espacio de
territorio representado por un polígono generado por la sobreposición de las
propuestas limítrofes entre unidades territoriales”, en éste caso la zona
comprendida entre la quebrada de Cortaderal y la localidad de San Antonio a
orillas del río Pilcomayo.
Desde 1994, con la promulgación de la Ley de
Participación Popular, llegan a las arcas de los municipios en Bolivia, los
recursos por concepto de transferencias de Coparticipación Tributaria. Y como a
veces, pasa en una familia, la paz y buena vecindad, se quebró entre los
hermanos chaqueños, a consecuencia de “los recursos económicos” que provocan la
cuestión de límites. Mucho se habló, del tema de límites, con sus respectivos
apasionamientos y argumentos.
Con relación a éste caso, lo correcto, es que
las autoridades diluciden éste tema en los tiempos y espacios establecidos por
la Ley de delimitación de Unidades Territoriales. Todo lo demás, es caer en un
espurio show mediático, que no contribuye a la solución del problema. Porque al
final, la unidad entre los pueblos hermanos, que componen la familia chaqueña
debe prevalecer y está por encima de todo.
(*) El autor José Luis Claros López, es
Comunicador Social.
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