La Columna de Jose (*)
UNA HUELGA SILENCIADA POR LA PRENSA
Generalmente, cuando algún grupo de vecinos ó alguna
organización social, sindical, cívica etcétera toman la decisión de comenzar
con una huelga exigiendo respuesta para una demanda planteada en un petitorio,
el eco de sus palabras y de sus acciones son transportadas por los medios de
comunicación y por el gremio de la prensa, al fin y al cabo un periodista debe
ser capaz de ver el mundo con ojos de niño y sentir sensibilidad por los
problemas que afectan a la sociedad, pero cuando una huelga es realizada en
algún pueblito distante, los protagonistas de las huelgas deben resistir varios
días, hasta que por fin, pueden conseguir que se despierte un poco de atención
de algún medio de comunicación que acude a cubrir lo que sucede, a partir de
aquel momento la huelga por fin adquiere otra dimensión. Hablando de huelgas, los
trabajadores de un Medio de Comunicación en la Ciudad de Santa Cruz de la
Sierra, iniciaron una huelga exigiendo a los propietarios respeto del derecho a
condiciones dignas de trabajo. La huelga de los trabajadores de la empresa
televisiva Red Uno esa que promocionaba el slogan de que la alegría es naranja,
es cubierta tímidamente por otros medios de comunicación televisivos y
periodistas independientes tanto en el ámbito local y nacional, lamentablemente
la cuestión de la alegría de la empresa Red Uno se basa, al igual que en varios
otros medios de comunicación en la precariedad de la estabilidad laboral, la
falta de condiciones dignas de trabajo y el no reconocimiento del talento del
capital humano de trabajadores que al momento de cubrir violentas jornadas de protesta
de otros sectores, poseen únicamente como mítica defensa un humilde chaleco con
la inscripción desgastada de: “Prensa”; comprado por el mismo periodista ó
descontado de su salario mensual y en muy pocos casos provisto de manera
gratuita por la empresa donde trabaja, podemos concluir que cuando se trata de
pelearse con las patronales privadas que administran las empresas televisivas,
radiales ó escritas; sea en Santa Cruz ó en cualquier otro lugar de Bolivia no
existe sindicalismo y mucho menos solidaridad entre los miembros agremiados,
quienes en los hechos tan sólo se restringirán a convocar una marcha que a
duras penas será televisada y emitir unas cuantas líneas de apoyo moral, las
típicas palmaditas en la espalda y luego mirar para otro lado.
El problema de los trabajadores de la Red Uno de
Santa Cruz de la Sierra en Bolivia, no es un hecho aislado, es más bien la
cruda realidad de un sector, en donde los obreros sin una figura clara de
contrato laboral deben agachar la cabeza, en definitiva sí en Bolivia existe
algo llamado “el poder de la prensa” en realidad, se trata del poder de los
dueños de los medios de comunicación, ellos son en realidad los intocables, los
que de verdad tienen poder e influencia sin importar que los gobiernos de turno
sean de izquierda ó de derecha; pero no así los periodistas de a pie que cubren
a riesgo de sus vidas la información que con el tiempo se transforma en el
registro de nuestra propia historia. Para concluir, el Ministerio de Trabajo debería
prestar más atención sobre la cuestión de los derechos de los trabajadores en
las empresas televisivas, radiales y escritas; como también deberían surgir
pronunciamientos de las universidades por lo menos de las públicas, exigiendo
el fin de la precariedad de las condiciones de trabajo de los periodistas, porque
tal parece, que ahora las universidades se restringen únicamente a “formar” y
arrojar al mercado laboral futuros comunicadores y periodistas adoctrinados
desde las aulas para temer al patrón y negar sus derechos laborales en un acto
de sumisión.
(*) El autor, es Comunicador Social y Escritor.
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