La Columna de Jose (*)
LA UNIVERSALIDAD DEL DESAPARECIDO MARCELO QUIROGA SANTA CRUZ
Por José Luis Claros López
Julio Cortázar en 1980 durante una conferencia sobre
literatura, reflexionó un breve momento expresando las siguiente palabras con
relación al asesinato del autor de Los Deshabitados: “…y pienso en hombres como
Marcelo Quiroga Santa Cruz, asesinado en Bolivia porque su mera sombra era para
los militares golpistas lo que el espectro de Banquo para la conciencia de
Macbeth…”
Los primeros textos literarios de Marcelo Quiroga
Santa Cruz datan de su época temprana de estudiante cuando escribió versos. Pero
es su novela titulada “Los Deshabitados” no sólo la más conocida sino la más
universal, que surge según el autor por una extraña sensación de melancolía, publicada
en los tiempos del comienzo del Boom Latinoamericano del Realismo Mágico, es técnicamente
inspirada en la narrativa de James Joyce, para 1962 fue reconocida en el Certamen
de la Novela Iberoamericana organizado por la Fundación William Faulkner, describiéndola
como "la mejor obra hispanoamericana escrita desde la Segunda Guerra
Mundial”, es una narración sin descripciones de paisajes ni ambientes, pero sus
personajes reflexionan sobre la cotidianidad de los problemas y el destino del
hombre sobre la tierra. En 1969 a convocatoria de la Sociedad de Escritores de
Chile participa del Encuentro de Escritores Latinoamericanos, efectuado en Santiago
de Chile del 18 al 21 de agosto de 1969, según Walter Gonzales Valdivia, a
partir de la participación de Marcelo Quiroga Santa Cruz en aquel encuentro surge
un amistad con el escritor mexicano Juan Rulfo, el autor de “Pedro Páramo”, quien
sintió una profunda admiración y respeto por Marcelo Quiroga Santa Cruz, años después,
Rulfo el 17 de noviembre de 1980, en un acto de homenaje póstumo a la memoria
de Marcelo Quiroga Santa Cruz en el auditorio Justo Sierra de la Universidad de
México expreso lo siguiente: “Nos hemos quedado sin Quiroga Santa Cruz como
también sin San Martín, sin Sucre y sin tantos otros que murieron
sacrificándose por esta pobre América”.
El militante del Partido Socialista Uno, autor de
poemas, ensayos y de la célebre novela “Los Deshabitados” Marcelo Quiroga Santa
Cruz, fue muerto en combate según la versión oficial de 1980, pero en realidad el
autor de Los Deshabitados fue asesinado y después de tantos años de vigencia de
un sistema democrático en Bolivia todavía sus restos continúan desaparecidos lo
cual es una contradicción más de un régimen político liderado por Evo Morales y
el Movimiento al Socialismo que durante ya por más una década gobierna según
cuenta la publicidad oficial con la teoría socialista por delante y que tendría
la responsabilidad histórica de descubrir el lugar donde fueron ocultados los
restos del desaparecido Marcelo Quiroga Santa Cruz. Pero la historia no se
detiene a tiros, Marcelo Quiroga Santa Cruz, después de su desaparición su
presencia ideológica fue muy fuerte para la formación política de muchos jóvenes
bolivianos, una presencia por medio de su voz recordada en infinidad de discursos
que son el reflejo de su época y una crítica constante a la hipócrita falta de
moral en la política boliviana. Su voz fue capaz de “callarlos a todos”, lo
cual provocaría su trágico desenlace porque la élite oligárquica conservadora nacional
que ligada con los intereses capitalistas de los Estados Unidos temía por el
potencial político en ascenso electoral de Marcelo Quiroga Santa Cruz por eso fue
asesinado el 17 de julio de 1980. Su muerte dejó a la izquierda política boliviana en una debilitada
posición que fue aprovechada por otros políticos sin la grandeza moral del
desaparecido Marcelo Quiroga Santa Cruz, al fin y al cabo la grandeza no sólo
se mide por los aspectos materiales, sino más bien por los factores
relacionados con la dignidad humana.
(*) El autor José Luis Claros López, es Comunicador
Social y Escritor. Columna publicada en http://desdeyacuiba.blogspot.com/2017/07/la-columna-de-jose-la-universalidad-del.html
Fotografía de un Afiche pegado en julio de 2010 en una calle de La Paz.
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