domingo, 22 de mayo de 2022

La Revolución de Mayo de 1809 en el Chaco Tarijeño. Autor: José Luis Claros López

 

Carlos Morel: “Caballería gaucha”, cuadro del siglo XIX.

La Revolución de Mayo de 1809 en el Chaco Tarijeño

Por José Luis Claros López (*)

 

Introducción.

 

El Cabildo de Tarija en Sesión Extraordinaria del lunes 25 de junio de 1810, presidida por el Dr. Mariano Antonio de Echazú (Presidente del Cabildo Capitular y Alcalde de Primer Voto), junto a tres otros Cabildantes, apoyó a la Revolución de Bueno Aires. Es decir, a los dos días de haber recibido las instrucciones desde Buenos Aires, el Cabildo Capitular de Tarija remitió dos oficios dirigidos a la Junta y al Cabildo de Buenos Aires. Los oficios, que contenían dicho apoyo estaban firmados por: Mariano Antonio de Echazú, Juan Antonio Reguerín, Francisco de Ruiloba y Ambrosio Catoira.

 

Posteriormente de acuerdo con el historiador tarijeño, Trigo (2020) el sábado 18 de agosto de 1810, el Cabildo de Tarija, eligió un diputado para el Congreso de Buenos Aires a petición del Gobierno que presidía Cornelio Saavedra. El diputado electo fue José Julián Pérez de Echalar.[1] Desde 1809, el vecindario siempre tan pacífico y tranquilo de Tarija (O'Connor, 1888), vivía en continua agitación causada por las entradas alternativas en la plaza, de fuerzas realistas y patriotas. Desde 1810 existe una importante participación de habitantes de Tarija en el bando patriota, situación reflejada con la incorporación de jinetes Tarijeños a las unidades militares formadas por Güemes; integrándose por ejemplo al Regimiento de Caballería de Salta que era de milicias formadas por gauchos y sobre otros cuerpos salteños y tarijeños de igual índole.

 

Durante los años de la Guerra de Independencia (1809-1825) la frontera del Chaco era el lejano límite de la Villa de Tarija, sin embargo, más allá de Itaú y de Caraparí estaba habitada principalmente por las naciones nómadas. La llamada “Frontera de Tarija”, estaba poblada principalmente por las naciones de Chanes, Chiriguanos, Tapietes, Tobas y otros pueblos de indígenas en un constante movimiento debido a diversos factores. Entre los factores, estaban “guerras mutuas, las viruelas y el hambre eran uno de los motivos más poderosos que los inducía a dejar un sitio y levantar su rancho en otra parte” (Tommasini, 1937, p.43); así entre 1809 y 1825 el espacio territorial del Chaco Tarijeño es un territorio en gran parte inexplorado.

 

El Chaco Tarijeño, luego de los sucesos de mayo de 1809

 

En septiembre de 1810 el Cabildo de Tarija instruye que un importante contingente de las tropas de milicias de los fortines del Chaco, abandonen la frontera y se trasladen a la Villa de Tarija. Los patriotas Tarijeños, el 23 de septiembre de 1810 esperando un pronto ataque antes del 27 de septiembre por parte del Ejército del Rey, piden al Gobernador Intendente de Salta, Dr. Feliciano Chiclana se les socorra con armamento "pues las útiles que tienen están en los fuertes de Carapari e Itau" (Güemes, 1980a, p.211) a pesar de tal situación se logró levantar una fuerza de 3000 milicianos (Ibídem, p.227) al costo de desguarnecer los fortines de Caraparí e Itaú aprovechándose de la vigencia de un tratado de paz con los Chiriguanos (Ibídem, p.228), los primeros voluntarios provenientes de la villa de Tarija participan del combate de Almona del 17 de octubre de 1810 “fue después de la llamada "Revolución de Mayo", la primera acción de guerra librada por nuestras fuerzas contra un enemigo exterior” (Ibídem, p.231), luego se producen los combates de Cotagaita y de Suipacha.

 

Milicias Tarijeños, participan en las Batallas de Cotagaita del 27 de octubre de 1810 y de Suipacha del 7 de noviembre de 1810; en el bando de los patriotas “por cuanto fueron precisamente las milicias tarijeñas la mayor parte de las que Güemes comandó en Cotagaita y Suipacha” (Güemes, 1979a, p.161), varios de los milicianos provenientes de Tarija perecieron ó resultaron mutilados en las acciones de armas que intervinieron, luego de los combates algunos de los mutilados pertenecientes a las milicias de Tarija al estar en situación de mendicidad después de realizar trámites de reclamo de pensiones recibieron por parte de la Junta de Buenos Aires algunas ayudas (Ibídem, pp.164-167) por su situación de invalidez.

 

En la frontera del Chaco, después de los levantamientos de 1809, continuaban en pie las Misiones de Salinas y de Itaú, según lo registraba citado por Corrado (Corrado, 1884, p.287) el Fr. Bernardo Duran el 13 de septiembre de 1813.

 

En 1813, una parte de los indígenas del Chaco comienzan a combatir con el bando de los patriotas “se sublevaban en favor de los patriotas los indios del Chaco a lo largo del Pilcomayo” (Paz, 1919, p.274), en 1816 se forman diversas Republiquetas ó territorios controlados por caudillos rebeldes incluyendo también la región del Chaco.

 

Otros indígenas que son también provenientes del Chaco prestan servicios al Ejército Realista perjudicando sobre todo la retaguardia de la Republiqueta controlada por Ascencio Padilla “Padilla recorría su línea de retaguardia, desorganizada por querellas intestinas y amenazada por algunos indios del Chaco aliados con los españoles” (Ibídem, p.379), los indígenas naturales del Chaco dadas las circunstancias combaten en ambos bandos.

 

Expedición del Ejército Realista en el Chaco Tarijeño

 

Los años posteriores a 1815 cuando los Ejércitos Regulares provenientes de Lima, intentaban pacificar el Alto Perú y recuperar las provincias del Río de La Plata, resolvió el General Español, La Serna invadir esas provincias, con 7000 veteranos, “compuesto en gran parte de los vencedores de Napoleón en la Península” (Cortés, 1861, p.75), en noviembre de 1816 nuevamente los ejércitos españoles ocupan la villa de Tarija intentando capturar a Francisco Pérez de Uriondo.

 

El general La Serna tomó sus medidas con rapidez, previsión y energía. Considerando peligrosa la permanencia sobre su flanco de las fuerzas de Uriondo en Tarija, y la de los partidarios que de acuerdo con él mantenían la insurrección en los valles inmediatos, organizó una expedición que consiguió dominar todo el país por esta parte hasta las desiertas fronteras del Chaco (Paz, 1919, pp.455-456)

 

La situación de los Religiosos, conforme la guerra de independencia continuaba se fue agravando debido a su lealtad con el Absolutismo Español, por esa razón en marzo de 1815 cuando llegaron hasta la villa de Tarija las noticias de que ya otro Ejército Auxiliar Argentino avanzaba rumbo al Alto Perú, a los religiosos Franciscanos no les quedó más alternativa que refugiarse con el ejército realista que acampaba en Cotagaita.

 

El intento español de capturar a Francisco Pérez de Uriondo, fracasa porque las guerrillas de patriotas a su mando junto con él habían salido de la villa de Tarija el 30 de noviembre de 1816 y se dirigieron al interior del territorio Tarijeño rumbo a Salinas en la frontera del Chaco; pero a finales de 1816 fueron “Arrojado de las salinas y de las fronteras de los indios chirihuanos el caudillo Uriondo por el coronel Vigil, que lo perseguía con el escuadrón de cazadores y dos compañías de infantería” (García, 1846a, 305),

 

Desde el Chaco en Caipipendi[2], el Teniente Basilio Rojas el 5 de diciembre de 1816 informa la situación de sus tropas y que Cumbay también estaba esperando alguna noticia (Guemes, 1980b, p.286), el 20 de diciembre de 1816 se produce la batalla de San Antonio entre guerrilleros al mando de Francisco Perez de Uriondo y una fuerza de 370 soldados españoles al mando de Vigil los combates continúan pero los patriotas se van quedando sin municiones y tienen varias bajas por tanto solicitan refuerzos para continuar las acciones de hostigamiento, Francisco Perez de Uriondo informa que Vigil le ofreció ser Coronel en el Ejército Español sí se cambia de bando (Guemes, 1980b, p.287), Francisco Pérez de Uriondo continuará en el bando Patriota hasta la conclusión de la Guerra de Independencia.  

 

La retirada de los guerrilleros patriotas que se produce luego de abril de 1817, origina nuevas incursiones del Ejército Realista sobre los territorios del Chaco Tarijeño “el coronel Vigil hizo una correría desde Tarija á Salinas y misiones de San Luis y de Itau en Abril, deshaciendo ventajosamente los grupos que acaudillaban los hermanos Uriondos y Rojas, tomándoles algunas armas, prisioneros y bastante ganado” (García, 1846a, p.384) el 21 de julio de 1817 prosiguen estás acciones “partió el coronel Vigil con la mitad de la fuerza del brigadier Canterac contra los caudillos Sánchez, Rojas y otros, hacia Capari é Itau, y habiendo conseguido alcanzarlos en dichos puntos los derrotó del modo más decidido, causándoles mucha pérdida entre muertos y prisioneros” (Ibídem, pp.385-386),

 

Los combates al interior de Tarija y en la frontera del Chaco continúan a lo largo del año de 1817, Güemes informó en marzo de 1817 a Belgrano que debió internar en el Chaco a los Oficiales del Ejército Español que permanecían como prisioneros bajo su custodia “los ha internado Arias al Chaco adentro, a un lugar que llaman Santa Rosa. Esta medida la tomó, por la entrada de Olañeta a Orán y por la dirección de Marquiegui a Santa Bárbara” (Guemes, 1980d, p.210), Guemes en el mismo informe dirigido a Belgrano expresaba su satisfacción la expansión de la noticia de la victoria del Ejército Patriota en Chile que producía su efecto en el ejército español al cual combatía en ese momento el General Gregorio Araoz de La Madrid “Estos van de capa caída y si Madrid se apura un poco, temblarán sin remedio y correrán hasta el otro lado del Chaco” (Ibídem, p.211), esperando que como resultado de nuevas victorias al ejército español no le quede más opción que huir por el Chaco, Belgrano responde a su Informe de Güemes el 26 de marzo de 1817 sentenciando “que prueben del Chaco esos canallas” (Güemes, 1980d, p.219), así el Chaco no sólo es utilizado por los patriotas como lugar de refugio sino también como presidio, Belgrano en una carta dirigida a Güemes, fechada en Tucumán el 26 de septiembre de 1817 explicó lo siguiente: “Ud. no se acuerda de lo que hablamos acerca del pensamiento de la expedición contra los indios, y con este motivo de los fuertes en el Chaco, y navegación del Bermejo, única capaz de poner a esa provincia en el estado de mayor prosperidad” (Ibídem, p.39), así también los Patriotas incurrirán en acciones militares en contra de los indígenas del Chaco que sufrirán los pesares de la guerra.

 

Ante una mayor presencia de fuerzas de un ejército regular proveniente del Virreinato del Perú y tener que retirarse hacia la frontera del Chaco, produce que algunos de los Guerrilleros Tarijeños prefieran dejar de combatir ó cambiar de bando pasándose al Ejército Realista, en noviembre de 1817 Eustaquio Méndez ingresó a formar parte del Ejército Realista Español.

 

El 14 de julio de 1818, el brigadier Canterac con unos 800 hombres se dirigió a la frontera de Tarija, persiguiendo a los “patriotas”. Derrotados éstos en la cuesta de la Soledad y perseguidos por el coronel realista Vigil, se replegaron con rumbo a la misión de Itaú.

 

En la Gaceta del Gobierno de Lima, se publica el 15 de julio de 1818 el Parte del Coronel Vigil al Señor General en Jefe del Ejército Real del Alto Perú, donde detallaba su incursión realizada desde Tarija durante abril de 1818 al territorio del Chaco para combatir a los rebeldes y a los indios Chanes aliados del Guerrillero Uriondo, el 18 de abril llegó el Coronel Vigil a Carapari desde donde ordenó al Teniente de la Guarnición de Caraparí que junto al Comandante del Fuerte de Itaú “reuniesen todos los vecinos e indios chiriguanos que pudiesen; en el mismo día me presentaron setenta y ocho de los primeros, muy bien montados y ochenta de los segundos” (Guemes, 1980c, pp.284-285).

 

Por los vecinos de Caraparí los españoles descubrieron que el Guerrillero Rojas estaba esperando refuerzos de Cumbay para hostilizar a los soldados españoles en la región de las Salinas, luego de algunas otras acciones más Vigil regresó a Tarija y el 8 de mayo de 1818 concluía su informe señalando la situación de dos habitantes de Itaú a los que habían tomados prisioneros Melchor Castro y Agustín Rodriguez “el primero porque he sabido fue capellán del caudillo Padilla, y el segundo, porque habiéndoseme presentado como paisano, se ha justificado es un capitan de los enemigos, cuyas insignias mantuvo hasta el día de mi llegada a Itau” (Ibídem, p.287), en mayo de 1818 a la zona de las Salinas frontera del Chaco, "acudió el capitán grande Cumbay con 1500 indios de la cordillera, en socorro de la patria; asimismo otro capitán del Río Pilcomayo nombrado N. Rocha con cerca de mil indios" (Ibídem, p.263), el 28 de mayo de 1818, Güemes informó a Belgrano lo siguiente: "el intrépido sargento mayor don Juan Antonio Rojas, desde el punto de la misión de Salinas, con fecha 3 del presente, haciendo uso de su lenguaje sencillo de la verdad, me comunica el triste resultado de las armas del rey en su invasión" (Ibídem, p.278), Güemes también, en el texto de su informe del 22 de mayo de 1818 reconoce las acciones que realizó Cumbay apoyando a Rojas "No lo es menos el del honrado capitán Cumbai, pues tuvo una parte principal en la ejecución, con algunos indios flecheros de su mando" (Guemes, 1980c, p.279), en el éxito de los patriotas para detener el avance de los soldados españoles en el Chaco Tarijeño durante mayo de 1818; pero debido a la falta de apoyo logístico la situación cambio a favor del Ejército Realista.

 

El General José de La Serna, informaba el 18 de agosto de 1818 que la expedición al interior de Tarija había resultado con la derrota de los rebeldes, captura de 30 prisioneros, varias armas, caballos, "más de mil cabezas de ganado vacuno; y más de mil fanegas de maíz" (Ibídem, p.288); de acuerdo con el parte de Guerra fechado en Caraparí el 12 de diciembre de 1818 por Francisco Pérez de Uriondo, se informó a Güemes del cambio de bando del Guerrillero Eustaquio Méndez que después de salir de la villa de Tarija el 16 de noviembre de 1818 "el traidor Méndez con su tropa venía ocupando la vanguardia y desde el Alto del Tambo se regresó él solo a la Villa, todo el campo venía seduciendo al paisanaje" (Guemes, 1984, pp.316-317) convenciendo para desertar a una parte de sus soldados. En posterior oficio de 10 de enero de 1819 de Belgrano a Pueyrredon, Director de las Provincias Unidas del Río de La Plata "se da por traidor al comandante don Eustaquio Méndez" (Ibídem, p.316)

 

La batalla de Viray principal acción de armas en el Chaco durante la Guerra de Independencia.

 

El 30 de noviembre de 1818, en el Chaco Tarijeño se produce una de las acciones de armas de la guerra de independencia, denominada la batalla de Biray (cerro El Viray al sur del municipio de Caraparí) donde se combate desde las seis de la mañana hasta las once del día (Güemes, 1984, p.319), de acuerdo con los testimonios de los partes de la batalla elaborados por los comandantes que intervinieron en el combate, por un bando el patriota Francisco Pérez de Uriondo y por el otro bando el militar del ejército Real el coronel Antonio Vigil, la batalla fue intensa, sin existir a lo largo de las horas en las que se desarrollaba una idea clara del desenlace final, los contingentes de tropas patriotas conformada por habitantes de Caraparí, Itau, del valle de Tarija y además aliados de la tribu Chane provenientes de la zona del Itiyuru al sur de Yacuiba, enrolados todos en la milicia patriota junto con algunos soldados con experiencia de combate adquirida en la fuerza regular de Güemes, enfrentaron durante varias horas a los realistas de un contingente conformado por batallones con soldados regulares llegados desde España que tenían la experiencia de luchar exitosamente contra las fuerzas de ocupación francesas del Emperador Napoleón I, fue así como pasaron de un combate inicial de trincheras, a un asalto y posterior batalla campal.

 

Luego de la derrota española en el Biray, el coronel Vigil deberá retroceder abandonando la zona del Chaco, justificando su retirada como una cuestión estratégica para proteger otro flanco más al norte donde las tropas españolas son débiles para detener la posible amenaza que representaba para la villa de Tarija el avance de los patriotas y de sus aliados guaranís liderados por Cumbay, la victoria de los patriotas, permitió temporalmente recuperar el control sobre la zona de Caraparí y de Itau, sin embargo, en su retirada el ejército realista tomará represalias, no sólo contra la población civil de la zona sino también contra los religiosos Franciscanos, por su apoyo a la causa de los patriotas desde allí destacaron una partida sobre Itau. Lo han incendiado todo, saqueando la iglesia y si no es por una partida nuestra también se incendia (Ibídem, p.319), el contingente de regulares de las tropas del Rey enviado para pacificar la región, derrotado por los patriotas al mando de las milicias de Francisco Pérez de Uriondo deberá retirarse forzadamente, hacia posiciones propias más al norte por la zona conocida en aquel tiempo, como de las Salinas, actual Entre Ríos, lugar en donde permanecerán, hasta 1819 cuando nuevamente recuperen las posiciones perdidas en Caraparí e Itau el año anterior, ocupándolas esta vez hasta el final de la guerra de independencia.

 

Conclusión.

 

En la distante frontera de Tarija, en territorios del Chaco llegó el Ejército Realista Español, incluso a combatir en las cercanías del Pilcomayo, como también en Caraparí e Itaú. Es justamente “sobre la frontera del Chaco” (Reusmann, 1910, p.102), donde se reunió una Junta de Guerra luego de la muerte de Ascencio Padilla en la que participa su viuda Juana Azurduy en su calidad de Teniente Coronel para decidir las futuras acciones de los restos de su tropa, que seguirán hostigando al ejército español hasta la conclusión en 1825 de la Guerra de Independencia. A partir del año 1817 no llegaría ningún refuerzo europeo para los realistas del Perú (Semprún, 1998, p.157), y desde el año 1820 para ningún lugar de América.

 

El 5 de agosto de 1811, Güemes sale de Salta con rumbo a la Villa de Tarija, donde se conforma una Junta de Guerra, el 1º de septiembre de 1811 la Junta de Guerra de la Villa de Tarija envía un oficio a la Junta de Buenos Aires, solicita no ser abandonada por las autoridades de Buenos Aires, explicando la necesidad de sostener militarmente la Villa de Tarija y también expresando el temor de que se produzca una incursión de los nativos del Chaco “se necesitan precisamente las armas que sea posible enviar a la mayor brevedad teniendo en consideración la gran necesidad que padece este pueblo de siquiera doscientos fusiles al pronto para preservarse de cualesquiera invasión que pueda experimentarse de los indios del Chaco” (Güemes, 1979a, p.344), los fortines de Caraparí y de Itaú habían quedado reducidos luego de 1810, esta disminución de la presencia de las tropas de milicias en el Chaco dejaban indefensa la villa de Tarija de una posible incursión durante 1811 de los nativos del Chaco.

 

En los dos bandos que se enfrentaban había indígenas, los indígenas eran utilizados principalmente como fuerzas de choque, como espías y saboteadores y como baqueanos. Con frecuencia eran enviados para espiar camuflados en su propio papel: como vendedores de pan, pastores o mitayos. Había indios que participaban en la guerra, obligados, otros que no se involucraban en absoluto, algunos eran realistas, otros patriotas, otros negociaron su participación. Hubo, además, otro conjunto distinguible dentro de esta aparente masa de “los indios” y se trata de aquellos que no participaron de la guerra sino que la padecieron (Gil, 2006), en julio 9 de 1814, Fernandez de La Cruz denunciaba en un oficio al Directorio en Buenos Aires que “Por los partes del comandante Güemes he sabido con disgustos, que asociado al enemigo con algunos indios del Chaco, tuvo la bárbara complacencia de degollar en el Río del Valle, nueve mujeres y algunas criaturas” (Güemes, 1979b, p.127), no todos los chiriguanos estuvieron con los patriotas. Guemes en un oficio de 6 de junio de 1815, informa que por aquel momento la posición del guerrillero Camargo está “en el pueblo de Santa Elena, inmediato a la villa de Tarija, con más de seiscientos hombres de fusil; a fin de que inmediatamente ocurra, al socorro de ella, si se halla amenazada de los bárbaros chiriguanos” (Güemes, 1980a, p.11), con los destacamentos en los fortines del Chaco desguarnecidos los habitantes de la villa de Tarija temen por una incursión de los indígenas del Chaco. 

 

En las Misiones Franciscanas existentes en el Chaco Tarijeño para mayo de 1811 ya los naturales no asistían a las actividades religiosas, se resistían al trabajo y preferían escapar que permanecer en las reducciones (Corrado, 1884), los Misioneros Franciscanos creían que su presencia ya era inútil en esos territorios, el comienzo de las acciones de armas en la zona producto de la Guerra de Independencia incremento los problemas de las Misiones en el Chaco Tarijeño “Algunos religiosos acompañaron como capellanes a las tropas españolas, otros fueron perseguidos, muchos retornaron a España y algunos huyeron. Ya existía un gran movimiento de tropas y luchas contra la corona española, así que en general los religiosos se desbandaron” (Arce, 2003, p.12), los religiosos ahora no sólo estaban a merced de los naturales sino también de los avatares propios de la guerra.

 

(*) El autor José Luis Claros López, es Director del Instituto de Historia de Yacuiba.

 

BIBLIOGRAFÍA.

 

Claros López, José Luis (2017) La Guerra de Independencia en el Chaco Tarijeño 1809-1825. Yacuiba, Bolivia. Disponible en https://desdeyacuiba.blogspot.com/2017/08/la-guerra-de-independencia-en-el-chaco.html

Claros López, José Luis (2018) Rumbo al Bicentenario de la batalla de Biray producida en el Chaco Tarijeño durante la Guerra de Independencia. Yacuiba, Bolivia. Disponible en https://desdeyacuiba.blogspot.com/2018/05/la-columna-de-jose-rumbo-al.html

Claros López, José Luis (2018) 30 de noviembre de 2018: Bicentenario La batalla de Viray en el Chaco Tarijeño. Yacuiba, Bolivia. Disponible en https://desdeyacuiba.blogspot.com/2018/11/30-de-noviembre-de-2018-bicentenario-la.html

Corrado, Alejandro M. (1884) El Colegio Franciscano de Tarija y sus Misiones Noticias Históricas recogidas por dos Misioneros del mismo Colegio. Tipografía del Colegio de S. Buenaventura. Quaracchi, Italia.

Cortés, Manuel José. (1861) Ensayo sobre la Historia de Bolivia. Imprenta de Beeche. Sucre, Bolivia.

García Camba, Andrés. (1846) Memorias para la historia de las Armas Españolas en el Perú. Tomo I. Sociedad Tipográfica de Hortelano V Compañía. Madrid, España.

Güemes, Luis. (1979) Güemes Documentado. Tomo I. Editorial Plus Ultra. Ronaldo J. Pellegrini Impresiones. Buenos Aires, Argentina.

Güemes, Luis.  (1980b) Güemes Documentado. Tomo IV. Editorial Plus Ultra. Ronaldo J. Pellegrini Impresiones. Buenos Aires, Argentina.

Güemes, Luis.  (1980c) Güemes Documentado. Tomo V. Editorial Plus Ultra. Ronaldo J. Pellegrini Impresiones. Buenos Aires, Argentina.

Güemes, Luis. (1980d) Güemes Documentado. Epistolario. Tomo VI. Editorial Plus Ultra. Ronaldo J. Pellegrini Impresiones. Buenos Aires, Argentina.

Güemes, Luis. (1984) Güemes Documentado. Tomo VIII. Editorial Plus Ultra. Buenos Aires, Argentina.

Nuevo Sur, Diario (2017) La adhesión del 25 de junio: La Revolución del 25 de mayo de 1810 y el Cabildo Capitular de Tarija. Tarija, Bolivia. Disponible en https://diarionuevosur.com/la-adhesion-del-25-de-junio-la-revolucion-del-25-de-mayo-de-1810-y-el-cabildo-capitular-de-tarija/

O'Connor D'Arlach, Tomas. (1888) Tarijeños Notables Colección de apuntes biográficos. Imprenta de la Estrella de Tarija. Tarija, Bolivia.

Paz, Luis. (1919) Historia General del Alto Perú hoy Bolivia. Guerra de Independencia Tomo II. Imprenta Bolivar. Sucre, Bolivia.

Reusmann de Battolla, Elvira. (1910) Heroínas Americanas. Episodios, Anécdotas, Acciones Heroicas. Librería Argentina de Enrique García. Buenos Aires, Argentina.

Semprún, José. (1998) Capitanes y Virreyes: El Esfuerzo Bélico Realista en la Contienda de Emancipación Hispanoamericana. Editor Ministerio de Defensa, Secretaría General Técnica. Madrid, España.

Tommasini, Gabriel. (1937) La Civilización Cristiana del Chaco Primera Parte (1554-1810). Libreria Santa Catalina. Buenos Aires, Argentina.

Trigo O’Connor d’Arlach, Eduardo (2020) “La guerra de la Independencia, en lo que hoy es Bolivia, comenzó en Tarija”. Diario Los Tiempos. Cochabamba, Bolivia. Disponible en https://www.lostiempos.com/doble-click/cultura/20200621/eduardo-trigo-oconnor-darlach-guerra-independencia-que-hoy-es-bolivia

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 



[1] Abogado tarijeño que tuvo una destacadísima actuación en el Gobierno del Rio de la Plata. Él se incorporó a la Junta Grande que se formó en Buenos Aires y tuvo activa participación diplomática y política. Fue designado negociador frente al virrey Elío para el tratado de pacificación que fue firmado en Montevideo por el diputado tarijeño, lo cual hizo crecer enormemente su prestigio. Posteriormente fue elegido miembro del Triunvirato que gobernó la actual República Argentina, juntamente con Nicolás Rodríguez Peña y Antonio Álvarez Jonte. Finalmente concluyó su carrera política como diputado por Buenos Aires.

 

[2] Caipependi, está ubicada en la orilla norte del Pilcomayo, al oeste de Macharetí.

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Seguidores