jueves, 23 de abril de 2020

El Pirata del Pilcomayo de José Luis Claros López


La batalla
(Primer cuento del libro El Pirata del Pilcomayo)
Por José Luis Claros López

Recorriendo la zona enemiga, ellos encontraron una feroz resistencia y el jefe de la patrulla dispuso entonces ordenadamente sus tropas sobre una dilatada planicie. Los adversarios están casi frente a ellos a tan corta distancia que comienzan un enfrentamiento inevitable, gritos de furia y de dolor inundan el lugar escogido para la batalla, lanzas vuelan de aquí y de allá oscureciendo el cielo. Después, al agotarse las armas arrojadizas, empuñan todos las espadas y se tranzan en combate de honor, escudos delante, golpeteo constante, gritos de nuevo y las afiladas armas que cortan y cercenan, el jefe de la patrulla les pide más valor a sus hombres, matando con su propia espada a los cobardes y a los enemigos por igual, sus ojos están rojos color sangre y su voz es la voz de la muerte misma y todos huían de él, se arrojan sobre los cadáveres y por orden suya los siguen torturando sin piedad los despojan por entero de toda pertenencia. Finalmente la victoria es conseguida y los combatientes aclaman al jefe valiente.

Los pocos prisioneros sobrevivientes a la matanza tiemblan, tienen sudores fríos, otros lloran en silencio o incluso son incapaces de retener la orina que corre tibia por sus piernas hasta mojar el terreno. Conocen los terribles que son sus adversarios y ya solo esperan ser ellos también torturados sin piedad o pasados con espadas, la muerte será el descanso y la paz. El jefe de los vencedores se acerca hasta ellos, sintiendo el peso de su mirada quedaban estremecidos por el pánico. Entonces, levantando su espada escoge a uno de los infortunados derrotados, para que sus leales guerreros lo arrastren hasta sus pies colocándolo de rodillas para que así él pueda cortarle la cabeza.

Levanta su espada y entonces sucede… Una voz de mujer desde un lugar lejano les grita, que ya está la comida.

Los niños dejan entonces sus cascos de vikingos, como también sus espadas de cartón, mientras que los otros niños que simulaban estar muertos envueltos en sus propias capas se levantan del suelo y todos juntos corren alegremente hasta la mesa familiar.

Así terminan los juegos de los niños, pero cuando los hombres juegan a la guerra el final del cuento es muy distinto. 

Para descargar la versión digital (.pdf) El Pirata del Pilcomayo (2013): https://bit.ly/2XWIYs7

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Seguidores