La expedición del General Manuel Rodríguez Magariños.
El presidente Ballivián promociona las expediciones de Manuel Rodríguez Magariños, quien entre 1843 y 1844, exploro la región junto a Enrique Van Nivel, dejando importante información sobre diversos aspectos de la región. En relación a su objetivo, llego a la conclusión que de la s31 leguas que recorrió del río Pilcomayo, este no era navegable, por los bancos de arena, las arenas movedizas del lecho del río y la imposibilidad de tener un canal permanente de navegación. Posteriormente aconsejo al gobierno optar por una ruta terrestre.
El propósito del Gral. Ballivián es por encontrar una vía de comunicación para Bolivia por el atlántico, el general Ballivián fomento las exploraciones, tanto por el sudeste como por el oriente del territorio nacional. Las exploraciones por el río pilcomayo fueron realizadas por Van Nivel y por Magariños, pero los resultados fueron poco satisfactorios.
El Gral. Manuel Rodríguez Magariños partió aguas abajo del Pilcomayo desde su país al Paraguay con las goletas Bolivia e Ingavi y la lancha Descubridora. Las embarcaciones resultaron inapropiadas y el viaje hubo de ser suspendido a poco de andar.
El Gral. Rodríguez Magariños en enero de 1843 le escribía al General Ballivián Presidente de Bolivia, “Tendremos en nuestros ríos establecidos los vapores que nos pongan en contacto con el Atlántico…” pensaba, además que por esa vía habrían de llegar corrientes inmigratorias de alguna importancia.
La misión encomendada a Rodríguez Magariños debía ser complementada con la firma de un tratado de comercio y navegación con el Paraguay. La expedición siguió el curso del río Pilcomayo y avanzo en medio de grandes dificultades opuesta por la naturaleza y las tribus salvajes que habitaban la región. Llego por las márgenes del río hasta un lugar en que desaparecía su curso regular y su caudal normal y se convertía en unos inmensos “bañados” o esteros, muy difíciles de franquear.
En el invierno de 1843. El General Manuel Rodríguez Magariños (uno de los fundadores en 1829 de la logia masónica en Bolivia), jefe de la expedición destinada a colonizar las vastas sabanas de Caiza, después de navegar el Pilcomayo, hizo alto y se situó en Aguairenda, cuyos magníficos bosques le proporcionaban copia de hermosísimos cedros, para la confección de las embarcaciones necesarias. Con ayuda del cacique Sosa, y los subalternos Maipure de Aguairenda y Camambúi de Timbóiti con sus familias fueron aserradas las maderas y transportadas en sus hombros a la distancia de unas veinte leguas, hasta aquel punto de margen derecha del Pilcomayo, que empezó entonces a llamarse Puerto Magariños. Mientras el general se ocupaba de la construcción de los barcos destinados a explorar el Pilcomayo, los prisioneros de Ingavi, iban levantando el Fortín que había de servir de resguardo a la nueva colonia, la cual en obsequio de su fundador se llamo Villa Rodrigo. Quedo esta situada a las dos leguas y media de Aguairenda hacia el Noreste, en un campo muy ameno, que por estas cubierto de una sutilísima paja, los indígenas llamaban Capiiviti.
Posteriormente no desalentado por este parcial fracaso, Ballivián obtuvo del gobierno Francés el envió de un oficial de marina. M. Liversant, para que, con mas conocimiento que Rodríguez Magariños, prosiguiera la empresa. Liversant llego a Bolivia, pero no pudo cumplir su tarea por hallarse entonces el país convulsionado políticamente.
En esta expedición participo también el Dr. Aniceto Arce Ruiz que nació en Tarija mientras se gestaba la República, el 17 de abril de 1824, de una familia de nobles criollos. El gobierno de José Ballivián lo condecoró con una medalla, otorgada por primera vez a un estudiante adolescente de Bolivia, “en mérito a su distinción en el estudio de las matemáticas”.
En 1843, el mismo gobierno de Ballivián lo incorporó en la expedición del coronel Rodríguez Magariños para explorar el río Pilcomayo como “adjunto de la comisión de ingeniería civil”. Tenía entonces 19 años. Curiosamente no se profesionalizó en ninguna rama de la ciencia exacta. Prefirió ser abogado, titulado con altas notas, y luego el gobierno lo contrató para cooperar en la Oficina de Estadística a cargo del doctor José María Dalence. Años después el Dr. Aniceto Arce Ruiz llegara a ser Presidente de la Republica de Bolivia.
El tiempo de la estancia conocida como Yacuiba.
Después de fracasada la expedición del Gral. Manuel Rodríguez Magariños por que se encontraba en la época de lluvia y la región rumbo al río Pilcomayo se encontraba en estado pantanosa, regreso a Caiza (A la que la expedición colonizadora cambia el nombre por el de Villa Ingavi) desde donde parten para fundar poblaciones otras poblaciones entre ellas la actual Tartagal. Al pasar por la zona de la actual ciudad de Yacuiba se producen algunos asentamientos producto de la distribución de la tierra entre la tropa que conforma la expedición, de esta forma al oeste de dicho fuerte se le concede una extensión de tierra de una legua conocida luego como estancia Yacuiba al Teniente Timoteo Ruiz el juez de Paz del cantón Carapari Don Antonio Valdivieso es quien da posesión al mencionado colono como premio a los servicios prestados a la nación y en cumplimiento al decreto del 22 de noviembre de 1841 referente a la colonización de zonas alejadas del territorio. Por ausencia del Teniente Timoteo Ruiz, su hermana materna la Señora Guadalupe Vásquez se hizo cargo de los trámites ante las autoridades del Departamento para el reconocimiento de propiedad de la estancia Yacuiba, por haber trabajado la casa que aparece en el terreno adjudicado a su hermano, ante esta solicitud el por entonces prefecto de Tarija en fecha 26 de septiembre de 1845, solicita al jefe de la colonia militar un informe sobre el particular. El entonces Jefe de la Colonia Militar, Don Pedro José Carrero elabora un informe el 23 de octubre de 1845 luego como respuesta el Juez de Paz Francisco Montero a los 18 días del mes de julio de 1846 procede a redactar el acta de posesión en calidad de depositaria a favor de la señora Guadalupe Vásquez.
Fuente: Historia de Yacuiba. Autor: José Luis Claros López.
No hay comentarios:
Publicar un comentario